Ortega y Maduro se burlan de las democracias.

 

UNA ALERTA INTERNACIONAL.



LAS TIRANÌAS USAN EL CAMUFLAJE ELECTORAL.

 La cuestionada e ilegítima reelección de Daniel Ortega en Nicaragua el domingo pasado no hace más que confirmar que la nación centroamericana continúa sometida a un régimen dictatorial, convertido en tiranía. Es la moda de los regímenes izquierdistas declararse eternos en el poder, irremplazables mediante elecciones libres y democráticas.



 A los tiranos no les importa que la comunidad internacional no los reconozca, no les hace falta y tienen todo un arsenal de artimañas para evitar y evadir sanciones. Cuba y Venezuela ya tienen una larga experiencia en estas fintas de política internacional. Por esas razones Maduro, Ortega y los herederos cubanos   de los Castro mantienen una actitud desafiante, aderezada con una sarta de insultos, ellos saben que no hay presión suficiente, ni interna, ni externa para obligarlos a efectuar unas verdaderas elecciones.

Ni la OEA, ni la ONU, ni la Unión Europea, ni los EE. UU tienen la posibilidad de aplicar un cordón de asepsia política que los obligue a retornar al redil de la democracia.

 Hay mucha complicidad tanto interna como internacional, dispuestos a tolerar que el continente americano se plague de tiranías procubanas, cuyos logros son la pobreza de los pueblos, la ruina de las naciones, la violencia, la violación de los Derechos Humanos, la perversión hecha gobierno en alianza con una comandita de traficantes y delincuentes de todo tipo. (Guerrilleros, paramilitares, narcos.)

 

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La OEA no tiene la capacidad de poner freno a las tiranías, desde 1960 Cuba se burla de todas las democracias, incluida los EE.UU. Ahora montan fachadas para legitimarse y consiguen partidos o los confiscan para tratar de demostrarle al mundo que las elecciones son legítimas. Ya no son las llamadas repúblicas bananeras, ni una revolución izquierdista al estilo fidelista. Ahora son dictadorzuelos que pregonan una democracia y hacen todo lo contrario con el apoyo de colaboracionistas que dan una fachada a las votaciones.

 Mientras los organismos internacionales no busquen de aplicar medidas de eficacia, sanciones que no se puedan saltar o solapar, los ilegítimos regímenes seguirán en su plan de burla. La Carta Democrática es un instrumento débil, un saludo a la bandera porque no tiene forma de hacerse respetar, Ningún dictador, ni aspirante le teme.

 La reelección indefinida implantada en las nuevas constituciones que rigen los países con tiranías de izquierda, no es un Derecho Humano, ni una garantía de libertad, solo es una aberración jurídica que se aprovecha de la política del no injerencismo para prolongar hasta el infinito a estos pésimos gobiernos que cuentan el apoyo del estamento militar, cooptado y corrompido.




 El gran desafío de la democracia es poner freno a estos desgobiernos y los organismos internacionales deben implementar sanciones que obliguen a los dictadores y aspirantes a pensar muy bien y medir consecuencias de sus acciones. Ahora es muy fácil jugar a un autoritarismo que termina en tiranía. Hay impunidad y tolerancia.


 Es muy claro de detrás de estas dictaduras como la cubana, la venezolana y la nicaragüense hay un componente geopolítico. Todos saben cuales son las potencias y países aliados con estos tiranos tropicales, todo el mundo sabe lo que esos países buscan y la amenaza que representan para los demás países democráticos. Auspician la desestabilización y demolición de las democracias del continente, Mientras esta situación no se vea con objetividad y realismo todo seguirá como hasta hoy. Las resoluciones, acuerdos y condenas no funcionan, si no hay otros instrumentos de presión. Esa es la única verdad.

 

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