EL LUMPEN COMO FACTOR DE PODER.

 

DEL PACTO DE PUNTO FIJO AL PACTO DE LOS PRANES.

¿QUE SON LOS PRANES? (PRESO REMATADO ASESINO  NATO.)

En lo alto de la pirámide mafiosa está el “pran”, un acrónimo de “Preso Rematado Asesino Nato”, este es el mandamás de la cárcel, el que determina cómo son las reglas de la prisiòn.


Una funcionaria del règimen evidencia su afinidad con los pranes.

La izquierda furibunda, los comunistas y los “intelectuales progresistas” dedican mucho esfuerzo y tinta en criticar el Pacto de Punto Fijo, como una diabólica alianza entre las élites (fuerzas vivas) de la Venezuela de 1958 (Políticos, empresarios, sindicalistas, iglesia, intelectuales democráticos), Pacto que permitió 40 años de estabilidad civil y democrática. Pero hacen un silencio absoluto al Pacto de Chávez con la Habana, donde se entregó a cambio de asesoramiento totalitario, la Soberanía Nacional a los hermanos Castro y además para mayor caradurismo acompañan con ferviente furor el pacto entre Maduro, sus militares y el pranato.

La “revolución chavista-madurista rompió desde 1999 sus relaciones con las élites venezolanas, desde hace 20 años los gremios, los empresarios, los comerciantes, los profesores, la clase obrera han sido desarticulados, expropiados y diezmados sin ningún remilgo, primero por Hugo Chávez y ahora por Maduro. El chavismo desde el primer día se dedicó a tejer una nueva red de relaciones de poder. No fue un pacto con la clase trabajadora, como sería lo natural en una “revolución que se autoproclama como obrera y de gran conciencia social. Los empresarios, contratistas y comerciantes serios fueron remplazados por un grupo delincuencial conocido como “Los bolis burgueses”, clase parasitaria que se enriqueció con vulgaridad en alianza con los altos funcionarios del régimen, saquearon a diestra y siniestra los ingresos en divisas por un monto contabilizado en unos 600 mil millones de dólares y llevaron el país a la ruina total.



 Pero el carácter delincuencial del régimen no se conformó con ese mega robo, como el poder corrompe y demostrado está desde la antigüedad, que el poder absoluto corrompe absolutamente, el funcionariado de alto nivel, especialmente el estamento militar fue llevando las estructuras del Estado a convertirse en un “Estado mafioso”, no solo por la profunda vinculación con el nefasto asunto del narcotráfico, sino con finos hilos tejidos con el crimen organizado, a las bandas criminales que se mueven por el país libremente, incluso con el apoyo oficial para la extracción de minerales, cobro de vacunas, expropiaciones violentas o la quema de industrias, invasiones de tierras Es ya normal que en cada estado, región, pueblo, ciudad, toda la actividad económica está controlada por las bandas que  se pelean el cobro de vacuna, el derecho de territorialidad , la protección, el lavado de dinero, el tráfico de alimentos, el llamado “bachaqueo”, el contrabando los secuestros, los robos, el tráfico de drogas, de seres humanos el control de policías, guardias y uniformados.

Venezuela hoy es una asociación de parcelas de poder manejadas por la organización llamada pranato, una organización que controla el submundo de todas las actividades delincuenciales, todo en pacto secreto entre el poder político y los delincuentes. Un pacto con el Pranato, donde el que se sale de sus reglas mafiosas le espera una ejecución indiscriminada, madrugadora, por parte de los organismos de seguridad del Estado, cuya función no es hacer las inveteradas y criminales limpiezas sociales exterminados delincuentes, sino un perverso juego de poder y muerte por ocupar territorios que comparten políticos, uniformados, delincuentes y seudo empresarios. Eso es un Narcoestado. De vez en cuando se salen de la sombra del régimen algún pran, como ha ocurrido en Petare o en la Cota 905

 El pacto con el pranato es desconocido a nivel internacional y cuando esos países que apoyan nuestra vuelta a la democracia se inclinan como es natural, por un diálogo entre gobierno y oposición, están haciendo un diagnóstico equivocado, El régimen de Maduro no es simplemente una dictadura, es un algo mucho más complejo. En 1999 empezaron como gobierno revolucionario, sus acciones y desempeños en mantenerse en poder a toda costa, aún con las más descaradas ventajas y trampas los convirtieron en un régimen. Pero la decadencia en la máxima corrupción a que se ha llegado trasmutó el régimen madurista en un pranato.

 Esta organización y estructura de poder no figura en los manuales diplomáticos es una novedad vernácula y creer que se pueden aplicar protocolos de negociación y dialogo entre unos bloques democráticos diversos y un parcelamiento de trasgresiones manejadas mafiosamente es un error. No es posible cambiar esa cualidad del régimen ganada por su desempeño criminal, su crueldad, su irrespeto total por la decencia.

 La crisis venezolana va tomando cada día un giro geopolítico, es un peligro para estabilidad de la región, hay que  frenar adecuadamente, sin dejar raíces, para evitar que la epidemia se pueda propagar por todo el  Continente  Hay un peligro latente que puede aparentar un cambio en la superficie, pero en el fondo las estructuras de poder sigan intactas: El pacto del pranato es peor que un cáncer y no se cura con ensalmes, ni con yerbas, necesita alta cirugía, mano firme, garantía de integridad en el respeto de los DD.HH. Partir de cero, pero aplicando las medidas que la gravedad reclama.

 Es indudable que para superar el pacto del pranato chavista se necesita restructurar un nuevo pacto nacional de todas las fuerzas democráticas, con respaldo internacional, ese es el desafío.

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