CONSTRUIR UNA MAYORÌA o ACEPTAR EL ESTADO FALLIDO.
Los partidos políticos venezolanos de oposición parten siempre de un principio equivocado: “Los opositores a Maduro o al sistema chavista somos mayoría. Luego en unas elecciones esa mayoría debe ganar”. El problema es que la lucha política de los partidos no es por construir una mayoría, sino partir del supuesto falso que el efecto cuantitativo de ser mayoría debería traducirse en un éxito electoral favorables a la oposición. Se piensa que el desgaste del mal gobierno se puede capitalizar en unas elecciones, sin un trabajo previo de construcción de mayoría.No les interesa articular la UNIDAD NACIONAL. Ignoran olimpicamente el estado de desesperanza y desilusiòn que padece el pueblo venezolano sometido a la anomia que produce el comunismo y una pèsima oposiciòn.
No solo
existe el tablero electoral, hay otros que necesitan una atención simultánea.
(El frente de presión internacional, la organización de la sociedad civil, de
los sindicatos, colegios profesionales, los militares, los empresarios y
comerciantes, las organizaciones locales como los consejos comunales, los
estudiantes, las amas de casa etc.) El juego no es solo electoral, pero hay que
estar preparados y organizados hasta para participar en unas elecciones
fraudulentas con el fin de sabotearlas o para profundizar su ilegitimidad.
También para tomar la determinación de no participar en la elección. Eso lo puede hacer un liderazgo con peso ètico, condiciòn que no existe. La clave
está en lograr construir una mayoría consciente, con mística y vocación
democrática. Tal como lo hizo Rómulo Betancourt y la generaciòn del 28 , como hizo Rafael Caldera o hasta el comunista Gustavo Machado.
Los polìticos de hoy no quieren aceptar que se están enfrentado un
movimiento político que empezó profundizando el autoritarismo y mantuvo por un
tiempo una fachada democrática y de cierta tolerancia al éxito electoral en
algunos espacios locales y regionales. Pero el autoritarismo creció hasta
convertirse en un monstruo donde no hay límites para el ejercicio del poder,
los pocos espacios que podía tener la oposición se fueron cerrando con la
creación de organizaciones paralelas, como los llamados “protectores de los
estados”. Se impuso el autoritarismo por encima de la ley, el gobierno se convirtiò en un règimen, en
nombre de una dudosa mayoría, para hacer lo que les dè la gana. No había, ni
hay control institucional, ni fuerza política para hacer una oposición eficaz.
El autoritarismo electoral empezó por imponer toda la fuerza y el peso del
Estado a favor de la causa oficial, La autoridad electoral (CNE) dejó de ser
imparcial desde hace años. La oposición verdadera no enfrenta un partido
político en el gobierno, le toca enfrentar al poder Estado que usa el dinero público
para financiar su campaña electoral, que usa los bienes públicos, que utiliza a
PDVSA como su caja chica para financiar su campaña, que tiene todos los medios
del Estado para hacerse propaganda. Todo un
proceso de consolidación que pasó del autoritarismo fraudulento al
totalitarismo absoluto, desde el momento mismo del fraude electoral donde
Maduro no ganó y sigue en la presidencia, la elección de una ANC para hacerle
sombra a la legítima A.N. y anular su actuación. Ahora ya nos es autoritarismo
es totalitarismo y la oposición debe enfrentar al Estado venezolano, a Cuba, a
China, a Irán, a Rusia, a las guerrillas colombianas, a los colectivos armados,
a la milicia y las Fuerzas Armadas. Es una contienda totalmente desproporcionada. Lo grave es que esa oposiciòn parece que no entiende que a esa organizaciòn criminal no se le puede ganar, porque ya no es un problema de mayorìas democràticas.Participar implica aceptar y reconocer, sobre todo cuando estan convencidos que aùn divididos y sin organizaciòn pueden ganar las elecciones. No es ingenuidad, es complicidad.
En este laberinto el régimen le da una vuelta más a su
sistema totalitario y somete a la oposición en proceso de disolución, cooptando
factores opositores mediante la compra de voluntad, un juego perverso que busca
subordinar a los partidos opositores y quienes no están de acuerdo les queda la
cárcel o el exilio. Las elecciones convocadas son un fraude desde el mismo
proceso de convocatoria, pero esa oposición hecha a la medida, no solo la
tolera, sino que apoya el fraude en
busca de sobrevivir en un contubernio, un maridaje de una parte de la
oposición y el régimen.
Hemos llegado a un punto en que la verdadera oposición está desarticulada, no hay objetivos comunes, el régimen puede hacer lo que quiera y no hay capacidad para dar una respuesta contundente, se espera que la presión internacional obligue a cambiar las condiciones actuales para desarrollar un proceso electoral legitimador. Por ahora esa presión no es suficiente para obligarlo y siguen adelante violando todas las sanciones. Los que buscamos un cambio estamos entrampados. No hay salida electoral bajo las condiciones actuales y el régimen seguirá adelante con su agenda comunista y corrupta. El gobierno provisonal de Guaidò se durmiò en los laureles y se salpicò con la corrupciòn. Fue como decìan antes:"Mucho camisòn pa` Petra" . Què nos queda a los venezolanos con un 94% de pobreza, con un paìs desmantelado, con salarios y pensiones de tres y cuatro dòlares mensuales, sin fuentes de trabajo, sin servicios pùblicos, sin salud, sin educaciòn, sin esperanzas, con una elecciones que solamente le sirven al règimen. Todo ese caos sin organizaciòn polìtica y objetivos comunes no tumba gobierno,solo convierte al pàis en un Estado fallido.
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