EL COLECTIVISMO FASCISTA O EL SOCIALISMO
COMUNAL.
LA CONSIGNA TRASNOCHADA DEL FASCISMO “ESTADO O
MUERTE” FIDEL CASTRO SE LA COPIÒ Y LA CONVIRTIÒ EN PATRIA O MUERTE.
Los neofascistas comunales a su vez la
hicieron suya y los militares venezolanos la repiten como un matra.
Hay que advertir a los desprevenidos de
que la amenaza del neofascismo comunal es permanente. El camuflaje es su manera
de transmutarse de humanos a larvas, la política kafkiana los transforma en hordas
convencidas que la revolución tiene que ir de manos con el saqueo, de la filosofía
de los iconoclastas. Solo aspiran en su esquema mental imponer un orden total caótico
que es su única verdad, un orden sin críticas, ni protestas, ni desobediencia,
un orden militarizado presidido por ignaro infalible, un nuevo fuher socialista
.
Alexis Henri Charles de Clérel, vizconde
de Tocqueville -autor que tanto profundizó en los vientos políticos de nuestra
América Latina-, afirmaba que la democracia y el socialismo sólo poseen algo en
común: la igualdad, con una diferencia: la primera busca la equivalencia en la
libertad y el marxismo lo refleja en la privación y en la servidumbre, es decir
que el socialismo radical abreva en las pútridas aguas del fascismo.
La libertad se ha convertido en un
instrumento de cambio, los ciegos partidarios del neofascismo socialistoide, están
dispuestos a entregar la libertad a cambio de un orden que solo está en su
mente, no reparan que eso es un pacto perverso y que una vez entregada la
libertad no hay retorno, se ha enajenado la dignidad. ese es el costo.
Vivir en democracia es hacerlo con
riesgo, a sabiendas de que se trata de una forma de civilización que por su
inestabilidad exige, más que ninguna otra, “pensamiento, análisis, reflexión y
decisiones”. Añadamos coraje.
Pero hay una nueva generación que ha
renunciado al riesgo de ser libres, prefieren entregar su libertad en usufructo
a los que ofrecen la facilidad de un paraíso perdido.
El gran desafío de la democracia en peligro es
equilibrar una pasión por la libertad, con un compromiso de un desarrollo económico
con equidad y con solidaridad. Sin ese paso los neofascistas comunales impondrán
su infierno.
La lucha es entre los iluminados y los demócratas,
no hay punto medio. Ya no hay centro, "Se es o no se es".
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