BASTA QUE ALGUIEN COLOQUE UNA BOLSA DE BASURA EN UNA ESQUINA PARA CONVERTIR ESA ESQUINA EN UN BASURERO.

 

EL VANDALISMO Y LA LA TEORIA  DE LAS VENTANAS ROTAS.



Los violentos no conocen la teoría del caos, pero las aplican,

La “teoría de las ventanas rotas” la sustentan James Wilson y George Kelling, en un artículo publicado en The Atlantic Monthly en marzo de 1982 en el que explican y argumentan que “si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen pequeñas infracciones (estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse un semáforo en rojo) y no son sancionados, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más graves (...) Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son progresivamente abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a los vándalos), esos espacios abandonados son progresivamente ocupados por los delincuentes”.

La “teoría de las ventanas rotas” concluye que en donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores, el delito prosperará. Gran parte de esos postulados los retomó, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York en 1994, quien impulsó una política de tolerancia cero que consistía en crear comunidades limpias y ordenadas, no permitiendo transgresiones a la ley y a las normas de convivencia urbana. Sobre los postulados han corrido chorros de tinta y expertos en el tema como, Daniel Eskibel, han sensibilizado y traído a colación los pilares de esta teoría citando al experimento social de Philip Zimpardo, profesor de la Universidad de Stanford, quien en 1969 dejó dos carros iguales abandonados en la calle en el Bronx y otro en Palo Alto, California. Como era lógico el del Bronx fue vandalizado y deshuesado en minutos, mientras que el de Palo Alto permaneció intacto, solo hasta que los autores del experimento le rompieron una ventana, lo que lo condenó a vivir la misma historia del Bronx.

 En sociología urbana basta que alguien coloque una bolsa de basura en una esquina para convertir esa esquina en un basurero, lo mismo podemos decir de uso del tren o del metro, donde se perdió la cultura de la conservación para terminar convirtiendo estos transportes públicos en vandalismo rodante. El descuido trae suciedad y delincuencia. Las alcaldías no se ocupan de poner orden y las ciudades y pueblos se convierten en antros. La izquierda vandálica sabe que hay tolerancia para su siembra del caos en toda América y por eso se atrincheran en ciertos lugares estratégicos para convertirlos en focos de perturbación, Son barricadas, micro tomas con un solo interés desestabilizar, destruir las propiedades públicas y privadas y desprestigiar al gobierno. Es la combinación de la teoría del caos con el viejo foquismo comunista. Si no se frenea a tiempo se propaga como una peste donde lo que queda es la ruina y el miedo Es una forma de empezar a dominar la sociedad, simplemente porque hay “Demócratas” que permiten la destrucción del sistema de vida liberal y de mercado. Es la barbarie programada y tolerada.

 

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