¿Que nos falta por hacer?

                                      NO LLORES POR MI….

Llora por ti y por los tuyos.



Las elecciones son el instrumento normal de una democracia, en Venezuela es todo lo contrario, es una herramienta para consolidar un régimen hegemónico que paso del autoritarismo al totalitarismo.
Ya en Venezuela no define el futuro si se vota o no se vota, no hay redistribución del poder, ni la posibilidad de la alternabilidad, solo funciona como un escenario para consolidar el poder en las mismas manos. Todo es una farsa como ocurre a Cuba, en Arabia Saudita, en Irán, en Corea del Norte, también en Turquía y Rusia, El voto bajo el poder de la coacción, la desinformación, la manipulación, el miedo y el hambre solo resulta útil para los que detentan el poder.
La legitimación tiene una fachada internacional que no se traga el cuento de las libres elecciones, pero también tiene una fachada interna, donde no interesa el voto sino el resultado ya previsto, no hay poder, ni fuerza que pueda legalmente desconocer o siquiera impugnar los resultados fraudulentos. La dinámica del autoritarismo no solo se impone sobre la oposición sino que saca del juego a muchos chavistas, se busca hacer la criba normal del comunismo que se traga sus propios hijos, elimina futuros competidores, de eso Cuba tiene 60 años de experiencia.

 

El poder a lo interno es caótico, fragmentado y su única garantía es el poder militar, base de una pirámide que hoy parece hecha de mármol, pero tiene profundas grietas. Hay una lucha a muerte por el poder y caerán algunas cabezas, Maduro pretende consolidar su poder pero su incógnita es el real apoyo militar, el cual siempre es oportunistas, crematístico y corrupto...
Solo queda el camino de la verdadera presión internacional y el desconocimiento del resultado electoral, la ruptura de relaciones y el retiro de Embajadores. Si eso no se hace todo es pura bulla y nada efectivo. El papel de una oposición con un liderazgo claro que inspire confianza y presente un plan para un gobierno de transición es el catalizador del cambio por presión externa.

 

Si nada de esto funciona, solo queda la lucha violenta o la huida. Dejar que Venezuela se hunda como Estado fallido al peor estilo del África Sub-sahariana. Cada día nos parecemos más a Eritrea, a Sudan, a Zimbabue y nos alejamos de la cultura occidental.
Las calles de los pueblos y ciudades reflejan miseria, basura, descuido, ventorrillos, bachaqueros, muy baja calidad de vida, no africanizamos en el peor sentido de la palabra. Nos regresamos al siglo XIX en todo.



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