Nuestra tragedia no es la lucha entre derecha e izquierda, es entre civilización y barbarie.

 

         CIVILIZACION Y BARBARIE



La América es ingobernable para nosotros.

 "El que sirve una revolución ara en el mar".

 "La única cosa que se puede hacer en América es emigrar".

 "Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas. ..."

 (Carta de Bolívar a Juan José Flores, Barranquilla 9 de noviembre 1830).


Nuestra sociedad universal vive en el mundo de las paradojas. A mayor acceso a la educación, al bienestar colectivo, al mundo globalizado de las comunicaciones, mayores manifestaciones de barbarie y primitivismo.  Ya el conflicto no es entre ideologías, ni entre derecha o izquierda, ni siquiera entre socialistas y capitalistas, el conflicto y la lucha sigue siendo el anacronismo que se planteó en el siglo XIX entre la civilización y la barbarie.



 Lo recogen literariamente los argentinos   Domingo Faustino Sarmiento en su novela “Facundo” y Esteban Echeverría en “El Matadero”. En Venezuela el planteamiento de fondo de la novela “Doña Bárbara” del escritor Rómulo Gallegos es la agonía entre la civilización que no llega y la barbarie que se hace dueña de la realidad nacional en un ambiente tenebroso de una larga dictadura.

 Nuestra historia no se ha logrado liberar de la barbarie y la civilización sigue siendo una aspiración y una utopía. En nuestra Venezuela pesan mucho 300 años de esclavitud, de odios resentimientos que se han mantenido latentes hasta hoy. El primitivismo y el factor vandálico de las hordas de Boves, Rosete y Antoñanza, la sociopatìa de Antonio Nicolás Briceño, cortando cabezas de españoles y enviándolas en sacos para llevar la contabilidad, durante la llamada “Guerra a Muerte”. El saqueo y las demencias de la Guerra Federal, con un Froilán Espinoza matando por el solo delito de saber leer y escribir. ” Muerte a los alfabetizados”. No tuvimos un ejercito profesional hasta la llegada de Castro y fundamentalmente Gómez. Los ejércitos del siglo XIX eran milicias  particulares y respondían a la concepción del caudillo con toda su carga  de resabios y vicios. Esa herencia social y política  pesa en nuestra historia, allí está el origen de la corrupción generalizada de la clase política, de sus asociados y testaferros. "No pido que me den, sino que me ponga donde "haiga".



 Las montoneras y los saqueos del siglo XIX siguen vigentes, con nuevos ropajes. Hoy los llaman colectivos, la misma coalición de forajidos, ahora con un gran  poder político, armas suministradas por el Estado y una patente de corso que le otorga impunidad. No   son los “chacharos” de Gómez, ni la S.N. de Pérez Jiménez, son las tenebrosas  FAES de Maduro. Las raquíticas milicias de Diosdado. Los delincuentes de siempre, ahora con  sus caballos de hierro. No es el general “chopo de piedra”, ahora es el general que ampara rutas del narcotráfico,  el que negocia con el hambre  del pueblo,  el que contrabandea combustibles, el  que saquea con licencia, el  que ha corrompido hasta los tuétanos a la G.N alcabalera El que vive en la mayor opulencia, en medio de la más abyecta miseria  colectiva. . El general con  sus soles y un montón de condecoraciones de hojalata ganadas en negocios y no en combates . En el trasfondo histórico es el mismo cuatrero del siglo XIX, el  mismo negociante de cueros, el  ahora próspero socio de la narco guerrilla.



A lo largo de los tiempos Venezuela ha visto y padecido  burdas montoneras uniformadas –  bien descritas en la vieja copla llanera del siglo XIX: “No me diga General, porque yo a naiden he robao. Mientras haiga un General, yo no compro ni una becerra, porque ellos pa’ robar, de ná forman una guerra…”; y siempre acompañados del popular refrán criollo: “si quieres ver una bosta volando, dale mando”.

Esas mismas tendencias las previó El Libertador en 1830: “Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas. Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. Sí fuera posible que una parte del mundo volviera al caos-primitivo, este sería el último período de la América.” (Carta de   El Libertador al general Juan José Flores en Barranquilla el 9 de noviembre de 1830)

 Hoy Venezuela es una merengada de todos los antiguos males del pasado. Este desgobierno de ineptitud y corrupción no tiene nada Marx, ni Engel, ni de los teóricos modernos del marxismo, Sartre, Foucault, Lacan, Althusser, Lukács, Adorno, Gramsci, Habermas, Deleuze, Hobsbawm, Dworkin, Badiou, Rorty, Said, Galbraith y Zizek  Si tiene mucho de José Tomás Boves, del famoso bandido Josè de Jesús González alias “El Agachado”, quien reposa en el Panteón Nacional por órdenes del general   Joaquín Crespo Presidente de la República . 

Este desbarajuste chavista de hoy  tiene la herencia maldita de Martín Espinoza, de los “Lincheros de Santa Rosalía”, de los caudillos analfabetas. De toda esa tradición de salvajes que han asolado el país en distintas épocas. El mayor parecido es con los tiranuelos del África profunda , con el dictador dominicano "Chapita" Trujillo, con Papa Doc.  y los Tontón Macoutes de Haitì. Con Funes el terror del Amazonas.



 El pregonado modelo político del chavismo llamado pomposamente “socialismo del siglo XXI”, no es más que la misma pandilla de   salvajes uniformados y civiles que “tiran la parada” con nuevos procedimientos y se hacen dueños y señores de la nación. Es la toma del poder por parte de la eterna  barbarie, de la  moderna marginalidad. Las elites bajaron la guardia, fracasaron en sus planes de integración y culturización y la canalla se impuso y con ellos un modelo destructor, improductivo, bañado de populismo izquierdista y profundamente corrupto. Es el paso del saqueo oportunista, al latrocinio institucional. Unos pobres de solemnidad, inútiles para el trabajo productivo, terminaron administrando la riqueza inmensa de la renta petrolera venezolana , más de un millón de millones de dólares en apenas siete años (2004 al 2011) y por arte de magia ese dinero se evaporó  se fue de Venezuela, desapareció de las arcas de la nación, endeudaron la república  hasta el infinito, quebraron a PDVSA y solo les quedó la vergonzosa posibilidad de entregarse a los rusos, chinos e iraníes y seguir tutelados políticamente por los cubanos. Ineptos en el difícil arte de administrar con eficiencia, dilapidadores como aquel que se ganó la millonaria lotería y se volvió un desechable después de botar y regalar su dinero.

 La vileza de espíritu y la maldad ha caracterizado a este régimen, el crimen no tiene ideologías, es la propuesta de los representantes de una historia de destrucción que tiene varios siglos, son los herederos de las más oscuras hendiduras de la patria..

Dentro del elenco de malandros que integran esta cofradía no hay aliados ni lealtades, sino cómplices y mercenarios; y el desenlace vendrá justo al momento en que algunos de esos mismos malandros decidan escoger entre la bolsa o la vida.  La guerra por el botín como ocurre en Apure y en resto de las fronteras, en las minas del Sur.



 Esa es la nueva y trágica  Historia Patria. El nuevo hombre engendrado por la revolución.   Está lleno de podredumbre,  dominado por el mal,  Una horda moderna integrada por los peores. Es  la noria del tiempo repitiendo el predominio de la barbarie sobre la civilización. Pero la historia de la humanidad siempre hace avances positivos  y progresos. Pueden haber momentos muy  oscuros, lamentables accidentes, gobernantes  indeseables, pueblos sometidos a la violencia pero la final brilla la luz, es la Ley de la vida sobre todas las consignas necròfilas de la patria y la muerte. Ya los cubanos gritan hoy Patria y Vida y los venezolanos no nos podemos resignar a vivir como neo esclavos.

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