LA EDUCACIÒN
PARA COLECTIVISMO.
Todo el mundo está de acuerdo y repiten que la
Educación debe ser la PRIMERA PRIORIDAD de cualquier nación que aspire a tener
un pueblo con dignidad, con alto nivel de calidad de vida. La prosperidad de
una nación depende de la calidad y de los niveles de exigencia que debe tener
la educación, teóricamente todos estamos de acuerdo, pero en la práctica la educación
en nuestro país está en un lamentable proceso de decadencia pedagógica, la
pandemia nos encontró sin los equipamientos adecuados y el régimen socialista ha
convertido la educación, en los últimos 20 años, en un instrumento político para alienar
ideológicamente a las nuevas generaciones. Ya la preocupación no es dotar al
educando de las herramientas fundamentales de expresión, de lectura, de
escritura y cálculo indispensables en un mundo digitalizado y globalizado.
Desde 1999 el objetivo ha sido mediatizar la educación
y ponerla al servicio de un proyecto político fracasado en todos los órdenes del
bienestar colectivo y la calidad de vida.
Ya podemos decir hoy que su proyecto ha
logrado el objetivo perverso de llevar nuestra educación a los niveles más bajos
de calidad, no figuramos en las pruebas pisa, Nadie puede negar que los
sueldos, salarios, prestaciones y reivindicaciones de los docentes venezolanos
es una vergüenza y una invitación a dejar el magisterio. Cualquier “bachaquero”
gana en dólares, sin haberse quemado las pestañas, sin posgrados, ni maestrías.
Es una inequidad que se refleja en todo el sistema educativo, los colegios
privados se han dolarizado informalmente para poder sobrevivir a la hecatombe
educativa.
El
ejercicio docente es una tragedia que ya nos coloca en el abismo, la economía se
puede recuperar con medidas adecuados en un tiempo relativamente corto. Pero el
desface educativo, la baja calidad, la mala preparación de millones de
venezolanos es la peor catástrofe que puede padecer nuestro país. Es que
desperdiciamos el más importante recurso, el cual es el ser humano, no es el petróleo,
ni el oro, ni las riquezas mineras es una población preparada, educada para un
mundo que cambia a una velocidad nunca vista
Padecemos
la quiebra moral de la nación, la amenaza cumplida por la barbarie, la aniquilación
del presente y el futuro Somos un pueblo asaltado, expoliado en nuestras
riquezas naturales y muy comprometido para afrontar con éxito el futuro, sin una
educación de calidad no hay Venezuela posible. Hay un territorio, una población,
pero se pierde la nación.
Ahora como colofón de su vileza presentan una
Anteproyecto de la “Ley de Educación Docente” que propone como motor de la educación
venezolana, esa entelequia del fracaso del colectivismo, que son los
controlados consejos comunales. Es decir que el Ministerio de Educación le
entrega a unos ignaros lo que ellos llaman contraloría social para que se ocupe
de la educación en su comunidad, capaciten a los docentes y avalen su idoneidad
para el ejercicio educativo. En otras palabras, solo podrán trabajar en las escuelas
los “educadores castrados”, aplicando el concepto desarrollado por el maestro Luis
Beltrán Prieto en su libro “LOS MAESTROS EUNUCOS POLÌTICOS”
Dr. Luis Beltrán Prieto
Es
peor camino, pero ya lo vienen transitando, desde el momento en que
convirtieron la docencia en un vulgar “chamba juvenil” La politización de la educación
en su peor sentido, para fortalecer la mediocridad que busca robustecer un
proyecto político y no la educación. Las consecuencias ya son devastadoras,
solo que ahora le dan carácter legal a este crimen de lesa patria.
La educación debe ser otra cosa completamente diferente
si que queremos dignificar al pueblo. El ejercicio docente es para afianzar la dignidad
humana, la libertad, los valores de la vida democrática, la cultura, la tradición
la historia, las ciencias, la innovación, el progreso y la civilización, no la barbarie
colectivista en la mayor pobreza.
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