EL RÈGIMEN MADURISTA Y EL EFECTO TEFLÒN.
Maduro sigue imbatible en su loca carrera al abismo y de paso termina de
hundir el país. El régimen está bajo el efecto teflón. todo le resbala, los
errores no cuentan No importa que el mundo entero lo rechace, que su
ilegitimidad lo haga intragable, que pandemia esté pesimamente manejada, que el
país se caiga a pedazos. Nada lo perturba
Es difícil determinar hasta cuando
va a durar el efecto teflón que favorece al régimen madurista. Claro está que
sin una alta dosis de cinismo y complicidades el efecto teflón no funciona.
La estabilidad del régimen de Maduro parece que es directamente
proporcional al caos y al desastre A medida que surgen nuevas crisis, mayor ha
sido el control autoritario y la cohesión de sus filas internas. Y
—aparentemente— también es una regla general por estos tiempos de coronavirus.
Si no hay energía eléctrica, ni agua, ni gas, ni transporte y ahora no hay
gasolina la gente no tiene tiempo de organizar conspiraciones y revueltas, su
tiempo se va en sobrevivir. Es decir que el Covid 19 le vino como anillo al
dedo para justificar su estado de represión total y aislamiento al estilo Corea
del Norte. ¿Qué elecciones se pueden
hacer en medio de esta pandemia? ¿Qué ejercito puede dedicar esfuerzo y dinero
en una invasión?
Los partidarios de la coexistencia y del convivir se justifican, dicen: "No
es hora de luchas estériles es hora de unir el país" El mandado está
hecho. El virus es chavista, como todas las pestes de la humanidad, que algo
tienen de socialistas y comunistas. Matan sin hacer diferencias.
Para aquellos que creen que las desgracias vendrán acompañadas del anhelado
cambio sociopolítico y económico, les recuerdo que es poco probable que los
países pobres y violentos emprendan su rumbo hacia la construcción de una
democracia estable. Hay amplia evidencia que sugiere que la pobreza, lejos de
acelerar los cambios, más bien los detiene. Como referencia tenemos a Cuba,
Corea del Norte, Congo, Chad, Guinea, Haití, Libia, Nicaragua, Ruanda, Siria,
Yemen, entre tantos otros ejemplos dolorosos. En estos países, la pobreza
—simplemente— empuja a sus ciudadanos a la conformidad, al sometimiento pleno
y, finalmente, a la resignación. estamos en un estado de resignación, parece
que ya no hay nada que hacer. Por lo menos es la sensación que se percibe en la
piel. La peste acapara toda la atención y eso lo aprovecha el régimen. Represión
y control social, monopolio de los procesos de vacunación y manipulación de la información.
Es evidente que formamos parte de la anti historia, en el resto del mundo
la peste china está generando profundos cambios en la economía, en la política,
en la vida, en las creencias e incluso en los valores éticos, pero en Venezuela
es y será más de lo mismo, nada va a cambiar, por el contrario, la peste
chavista que ya venía durante 21 años devastando al país, ahora encontró en el
virus chino su aliado estratégico y estabilizador para imponer su proyecto del
hambre comunitaria.
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