"Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar".

                           “Arte de no engancharse”



“Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia”.

“Esta oración ha sido atribuida a casi todos los teólogos, filósofos y santos conocidos de la humanidad. En realidad, fue escrita en 1932 por el Dr. Reinhold Niebuhr del Union Theological Seminary en la ciudad de Nueva York, como final de una oración más larga. En 1934, un amigo y vecino del doctor, el Dr. Howard Robbins, le pidió permiso para usar esta parte de la oración más larga en una compilación que estaba haciendo. Ese año, apareció publicada en un libro de oraciones del Dr. Robbins. La oración llamó la atención de uno de los primeros miembros de A.A. en 1940.



La inteligencia y la sabiduría está en no malgastar energías y tiempo en aquello que está fuera de tu control.

Debemos aprender una verdad, lo que está fuera de nuestro “círculo de influjo”, hay que  dejarlo de un lado, pues a no tener el control solo sirve para robarnos la calma.

 Cuando inviertes energía y adrenalina en lo que no puedes cambiar solo ganas en desgate y estrés.

Descomponerse en discusiones por asuntos que no valen la pena. Qué control puedes tener sobre la politiquería, mucho menos sobre las acciones de los políticos.

 


 

Piénsalo bien y reconoce que a veces te descompones o gritas por asuntos que no valen la pena, como la politiquería, para quebrar lanzas y convertirse en defensor a ultranza de una visión sobre la cual no tienes ninguna influencia. Allí solo sale a relucir el ego que pretende imponer un solo punto de vista, Quieres tener la razón a toda costa y al final sufres y haces sufrir. No vale la pena desgastarse y sembrar discordias por algo que está lejos de ti.

 Hay que ganar en serenidad y NO ENGANCHARSE CON LO QUE NO PODEMOS CAMBIAR, NI CONTROLAR.

 



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