LA PALABRA ADECUADA.
El
profesor Alexis Márquez Rodríguez (Sabaneta de Barinas 1931. Caracas 2015) dedicó
gran parte de su vida a la enseñanza del lenguaje. Su trabajo en la
Universidad, en el Pedagógico y en los medios escritos deja un modelo para el buen
uso del lenguaje.
En su ejercicio como director de la Escuela de Comunicación
Social de la Universidad Central de Venezuela, siempre se lamentó del maltrato
oficial que ha sufrido nuestra lengua durante años de alocuciones
gubernamentales. “Ya no se utiliza la oratoria, es imposible pedirle a Maduro o
cualquier dirigente del PSUVISMO que se alejen de la ignorancia en el uso del
lenguaje”.
–“Maduro le propuso a la Real Academia Española, medio en broma,
medio en serio, la aceptación de la palabra “millonas”, porque era bonita”.
-La principal fuente de disparate en lenguaje en Venezuela es el
presidente Maduro. Y, en general, todo el Gobierno. Esto lo dijo en muchas oportunidades el
fallecido profesor Alexis Márquez R.
No
conocer el idioma trae como consecuencia su mal empleo.
Pero hay otra fuente, que es el uso de expresiones que no tienen
ningún sentido en el contexto. Eso de que el presidente, en una reunión oficial
con un conjunto de diplomáticos, diga que ellos van a ser recibidos
cariñosamente es un absurdo.
Es una palabra que no tiene cabida en el lenguaje diplomático,
es una expresión familiar.
Video memorable
Ni
Chávez tenía, ni Maduro tiene noción de la dignidad del cargo que representan.
El presidente de la República no puede hacer ciertas cosas mientras esté en el
mando. Eso mismo pasa con el lenguaje. Tiene que corresponder a lo que se llama
la cortesía diplomática. Maduro emplea el lenguaje que le da la gana sin ningún
sentido, con una pobreza que avergüenza a sus oyentes, pena ajena produce y lo
peor parece que disfruta con sus pifias y horrores.
El uso del género es más que vicio, es una aberración lingüística.
La necesidad de darle visibilidad a la mujer transgrede ciertas normas gramaticales.
El Estado aboga por la inclusión femenina en detrimento del idioma. Ese es un
disparate que ya casi está institucionalizado y forma parte de la Constitución Bolivariana.
Para la Real Academia de la Lengua Española, nuestra Constitución es un mal
ejemplo en el uso del lenguaje no sexista.
En el idioma castellano existen
los llamados términos genéricos que son las palabras que se pueden usar para
los dos sexos.
Hay genéricos
masculinos y femeninos. Por ejemplo: la gente es femenino y significa hombres y
mujeres. Y así muchos. Los genéricos están para ahorrar tiempo y lenguaje.
Esos
términos son desconocidos por el Gobierno actual de Venezuela, que ha puesto de
moda la duplicación de las palabras.
El
diputado y la diputada, el ministro y la ministra. Eso es una estupidez y una
necedad.
En el caso de Maduro hay cierto
prurito de aparecer como respaldando a la mujer, pero es más ignorancia de la
lengua.
–Algunos dirán que no es deterioro ni maltrato sino adaptación a los nuevos tiempos. Lo cual es una falacia. Es un estribillo repetitivo, cansón, innecesario con una connotación política equivocada y demagógica. Repetir no ayuda a visibilizar a la mujer, solo se hace el ridículo de los ignorantes.
El estilo.
Equivocadamente algunos creen que gritar es tener la razón. una cosa es
poner énfasis al tono de las palabras y otra hacer ruido. Voz clara, mensaje
interesante, buena dicción, riqueza en el vocabulario, postura adecuada son
fundamentales en un buen discurso. La oratoria es un arte que nos viene de
Grecia y tiene su modelo en Demóstenes y Sócrates
Los verdaderos líderes no tienen necesidad de levantar la voz para ser
escuchados; la sabiduría de sus palabras hace innecesario subir el volumen de
sus planteamientos.
Oír a ciertos personeros de la vida pública produce pena ajena por la
pobreza de la exposición, la ausencia de ideas, las burdas manipulaciones, las
descaradas mentiras, las ofensas personales, la carga de odio, el lenguaje soez
y los gritos que pretenden compensar el buen decir que no practican.
El mal uso de la lengua contamina a la sociedad, empobrece moralmente e
irrespeta la inteligencia.
Destruir el lenguaje es una forma de apoderarse de la sociedad.
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