EL 30 DE ENERO LLEGO A LOS 76 AÑOS.UN PRIVILEGIO.

 

LAS PASTILLAS , LA VEJEZ Y LA VOLUNTAD DE VIVIR.



A medida que envejecemos, la madre naturaleza causa todo tipo de problemas en la maquinaria celular que antes nos mantenía saludables. Todavía no se ha inventado una pastilla que nos mantenga sanos hasta los 100 años. Hay muchos intentos y teorías, hay verdades, medias verdades y muchas falacias. Ahora la pandemia del Covid-19 nos ha declarado la guerra. La vejez y el Covid 19 son aceite y vinagre, por eso hay que estar super resguardado. No hay mal que dure tanto.

Los médicos todavía no pueden recetar una píldora que prolongue la vida, pero sí pueden ofrecer una receta para un estilo de vida que la extienda. Por mi experiencia en padecimientos, en operaciones quirúrgicas y martirios puedo a mis 76 años por cumplir recomendar algunas cosas que pueden ayudar a tener lo más importante, calidad de vida. No es vivir más, es vivir bien.



Comer muchas frutas y verduras.

Comer carnes magras, evitar las grasas.

 Hacer algún ejercicio que el cuerpo te permita.

Estiramientos, caminar, nadar por lo menos cinco veces a la semana aumentado la resistencia y la actividad cardiovascular.

 Evitar el aumento de peso. Controlar dulces y carbohidratos.

Licores moderadamente, cero cerveza y licores de mala calidad, es mejor no tomar si no se puede comprar de buena calidad.

 Oír buena música.

Descansar suficientemente y apartar el estrés que mata. Vivimos las últimas vacaciones y hay que disfrutarlas.

 Tener una disciplina que ocupe la mente en actividades gratificantes como leer, escribir, dibujar. Hay que ejercitar la mete diariamente si se quiere evitar las enfermedades degenerativas del cerebro como el Alzheimer.



 La vejez es una realidad, aunque uno se haga el loco termina imponiéndose. Nos lo recuerda cada día cuando empieza la rutina: La pastilla para la tiroides al levantarme, las pastillas para la tensión y la arritmia después del desayuno, la pastilla para que al estómago. Las pastillas para facilitar la circulación, la pastilla si hay dolor articular. Gasto más en pastillas que en alimentos y la pensión no me permite comprar todo el cúmulo de pastillas que tomo para conservar la vida. Parte de esas pastillas me llegan por la vía de ayudas internacionales, pues la escasez y los precios de esas medicinas matan. La pensión hoy es menos de un dólar mensual. Debo dar gracias a Dios, a mi esposa Nubia, a mis hijos, familiares y a mis amigos por su gran interés en que no me falten las pastillitas A ellos y a los médicos que me tratan les debo mi vida.

Por lo demás a mis 76 años por cumplir no me siento viejo, razonablemente feliz, a pesar de las pastillas no me arrumo en un rincón, sin ánimo, sin ilusiones. Dedico mi vida a lo que siempre he hecho tratar de enseñar, solo que hoy tengo un aula global con miles de lectores en las redes.   Soy un poco fastidioso y repetitivo por la angustia de la venezolanidad, pero como siempre libre e imprudente al decir lo que pienso. Tal como lo he hecho en toda mi vida.

También a mi edad mantengo el hábito de la lectura, pero más seleccionada, ya no tengo mucho tiempo para leer tantas cosas, En mi larga experiencia, hay tengo como decía el Dr. Uslar muchos “amigos invisibles” y son parte fundamental de esta etapa de mi vida y agradezco el tiempo que dedican a leerme y recibo sus estímulos y críticas. Lo cual también es una medicina. Lo duro es saber que muchos te leen y jamás se manifiestan ni con un monosílabo. Cuesta entender ese silencio o ese miedo a manifestarse.

Mario Vargas Llosa cuando cumplió 70 años de edad (hoy tiene 85). dijo “Yo sigo viviendo como si fuese inmortal –, de modo que, si la muerte llega en algún momento, lo tomaré como un accidente totalmente imprevisto”.







Hay que seguir adelante mientras el cuerpo aguante. siempre optimista, aunque lleno de pastillas. Son esas grageas, el estímulo, el amor de mi esposa, mis hijos y nietos, además de la voluntad de seguir adelante lo que nos mantiene con vida.

 Mil gracias a todos en estos 76 años de vida.

 

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