“EL CESARISMO DEMOCRÀTICO”
LA TESIS DEL GENDARME NECESARIO.
LA VIGENCIA DE UN LIBRO PUBLICADO HACE
101 AÑOS.
(En diciembre de 1919 – se publicó Cesarismo democrático. Estudios sobre las bases sociológicas de la constitución efectiva de Venezuela, controvertido texto de Laureano Vallenilla Lanz donde se expone la tesis del “gendarme necesario”, doctrina que sirvió para sustentar, intelectualmente, la dictadura de Juan Vicente Gómez.)
Es muy doloroso para un fanático de la democracia y la libertad
tener que reconocer que los pueblos de Latinoamérica por su inmadurez política
y su cultura populista necesitan de una ·"mano dura": sustentada en
la tesis de Don Laureano Vallenilla Lanz en su libro Cesarismo
Democrático y el gendarme necesario que justificaba el gobierno del
general Juan Vicente Gómez.
El péndulo de la historia nos puede
llevar de la extrema izquierda (Venezuela) a una extrema derecha. Hay un
renacer en el mundo entero de la derecha fuerte que impone orden, desarrolla
valores, unifica en el nacionalismo y combate de frente a los comunistas
izquierdistas y afines. Un tema para una larga conversación creativa.
Dura visión del estamento popular, que en cierta forma contribuye a justificar la necesidad de un gendarme que “logre restablecer el orden, para amparar el hogar y la patria contra los demagogos, (…) contra los bolshevistas, contra los que se encumbran, medran, tiranizan, roban y asesinan (…) en nombre de la libertad de la humanidad”
.
El texto nos cuenta la devastación producida
por la guerra de Independencia,
que arrasa con sus habitantes, con su paisaje urbanístico, con su dinámica
cotidiana. De allí la pregunta y la respuesta en la carta de Bolívar a su tío
Don Esteban Palacios, citada en Cesarismo Democrático:
“¿Dónde está Caracas?, preguntará usted. ¡Caracas no existe!” (p. 48). Hoy
estamos a punto de repetir la misma pregunta con una respuesta muy parecida.
La
miseria generada por las acciones bélicas, los saqueos que acabaron con las haciendas
cacaoteras, las cuales pasaron por varias manos antes de llegar a los nuevos
caudillos militares. La Venezuela de la post guerra era hija de la indisciplina
social, del vandalismo, del crimen y se impone como estrategia controlar la
violencia con más violencia. Esa es la historia del siglo XIX hasta la llegada
de Juan Vicente Gómez como la figura del “gendarme necesario” para imponer el
orden.
Para Don Laureano
Vallenilla Lanz, la guerra de independencia pierde el carácter de gesta heroica
y se revela al lector como acción que deja al descubierto el imaginario, las
costumbres, los prejuicios, los miedos y rencores sociales. El desbordamiento
del odio hacia el blanco, símbolo de la opresión, surge como motivo central del
conflicto y expresa la complejidad de las relaciones entre las clases sociales.
Para Vallenilla Lanz la búsqueda de la democracia, la construcción
de la república liberal que se perfilaba desde la Independencia aparece atada a
la anarquía, a la destrucción, al saqueo, a la rapiña, al prevaricato, a la corrupción.”
“…El vaso donde se
condensan los sentimientos de las multitudes tiene en el fondo un sedimento que
toda sacudida puede hacer subir a la superficie cubriendo de una espuma de
vergüenza el licor brillante y generoso” Una visión trágica que hoy se repite bajo
otros esquemas y plantea la necesidad de justificar un gendarme que “logre
restablecer el orden, para amparar el hogar, la patria y la propiedad privada contra
los demagogos, (…) contra los “comunistas”, contra los que se encumbran,
medran, tiranizan, roban y asesinan (…) en nombre de la libertad de la humanidad” (p. 297). Es un duro análisis para la reflexión. ¿Qué podemos
hacer para poner freno al hampa empoderada, armada y libre? ¿Cómo vamos a
frenar la corrupción? Sera que durante la etapa de un gobierno de transición se
pueda vivir bajo un sistema de plena libertad? ¿Es que necesitamos una mano dura? Esa es la
vigencia que tiene este libro vilipendiado desde su primera edición.
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