EL VIRUS LLEGÒ PARA QUEDARSE, COMO UN PRIMO LEJANO Y OLVIDADO.
No es la primera peste, plaga o pandemia que padece la
humanidad, la Biblia nos indica que de tiempo en tiempo las plagas y pandemias
aparecen buscando un equilibrio en una naturaleza duramente castiga por la
especie humana.
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Nosotros hemos experimentado, al decir de Bert
Hölldobler y Edward O. Wilson, “la trasformación más compleja y rápida
de la historia de la vida. Somos la primera especie que se ha convertido en una
fuerza geofísica, al alterar y demoler ecosistemas y perturbar el clima mismo
del mundo”.
En nuestra soberbia y ambición desmedida se
nos olvida que venimos de las amebas que nadaban en los aminoácidos, de las
toxinas y de los mismos virus y bacterias. Los geólogos señalan y repiten que
“el caos y el capricho no existen”, ya que cuando de la formación del Universo
se trata, todo es un enigma tan encerrado que buscamos como náufragos una
palabra que nos sostenga y nos lleve a la apertura de una lógica que pueda
comprender nuestro pequeño cerebro.
Desde la misma teoría del Big Bang, cuando
Dios dijo:” hágase la luz, el tiempo y el espacio”, con galaxias, millones de
estrellas y planetas, en proceso complejo enigmático y profundo hasta llegar al
ser humano, el “rey del Universo” ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿para qué
estamos aquí? Ese enigma y esas preguntas siguen sin responderse, aunque hay
miles de intentos, teorías, hipótesis, creencias religiosas.
En pleno siglo XXI cuando creíamos que todos
los problemas científicos estaban resueltos y los conocimientos serían suficientes
para enfrentar las enfermedades. Cuando el afán del hombre es atesorar riquezas
sin límites, aparece un ser diminuto, quizás salió de un laboratorio un “micro Frankenstein”,
para llenar nuestra vida de miedos, de muerte y de dolores. Ya la vida no es la
misma, el virus llegó para quedarse, como primos lejanos y olvidados, nos
abofetea la cara y nos dice ustedes los humanos no son nada. Despierten de sus fantasías.
Ustedes apenas son una partícula infinitesimal del universo, son también micro-organismos
vertebrados que se creen dioses.
Han trascurrido miles de años de evolución desde
la originaria molécula de proteína, hasta hoy y al final no sabemos nada,
nuestros temores, dudas siguen siendo las mismas. Lo que ha cambiado son los
medios para expresar nuestra soberbia y el auto engaño de creer que podemos
acabar con la naturaleza y quedarnos solos en un erial de tecnologías. Pero el
sufrimiento está allí, llega cuando menos se espera para decirnos “Frena la destrucción
del mundo “La pandemia se yergue como un dios invisible y nos marca indicándonos
que la única realidad certera e inexorable que tenemos los humanos es la muerte.
La tierra es nuestra cuna, pero uno no se queda eternamente en ella y nuestro primer
deber es cuidarla para las nuevas generaciones. Esa es su herencia.
No queremos entender la verdad y la pandemia
nos alerta. La humanidad tal como la conocemos hoy se puede extinguir, sin que
por ello desaparezca la vida. Los insectos resisten mucho más que nosotros, las
cucarachas pueden soportar un holocausto nuclear, la vida en el mundo puede
seguir sin la presencia de la especie humana, Como pasó con los mamuts Dejaremos
apenas un recuerdo de nuestro paso autodestructivo,
nuestra prepotencia estúpida no nos permite deslumbrar nuestra fragilidad.
Somos casi la nada y para hacernos entrar en razón llegan las pandemias de
tiempo en tiempo, hacen su poda en vidas y la humanidad renace y toma su rumbo
nuevamente.
No tengamos miedo, tratemos de entender el
mensaje, venimos de las estrellas y hacia ellas vamos. Es nuestro encuentro con
el tiempo infinito, nuestro paso por la tierra es muy corto para ser tan
destructivo. De qué nos sirve la inteligencia, de qué nos vale esa computadora
que llamamos cerebro. De que nos sirve la religiosidad si no captamos el
mensaje:” Para ser algo en esta vida, necesitamos unirnos a la infinita
espiritualidad, más allá de toda creencia religiosa y lo infinito va desde el
microcosmo de las baterías y los virus hasta los territorios sin fin del
universo” Todo es un solo ente.
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