LOS
TONTOS ÙTILES.
Ni las
personas, ni los países aprenden las lecciones de la historia. Las repiten,
debemos recordar que los humanos somos los únicos miembros del reino animal que
tropezamos dos veces con la misma piedra.
No tiene
sentido intentar cambiar las almas atrapadas en su ego arrogante, convencidas
que siempre tienen la razón. Ese tipo de persona no quiere ayuda, sienten que
no la necesitan, su corazón no está abierto a la humildad de reconocer sus
fallas y errores.
No se
puede ayudar a quien no la acepta. Son tan tercos que aun llevando golpes que
se la habían advertido, insisten en su pedacito de verdad como algo absoluto y
encuentra excusas y culpables que justifican su terquedad.
Entender
esto, no es caer en la indiferencia, es aceptar que cada quien avanza en la
vida a su ritmo y algunos necesitan sufrir fracasos antes de despertar. La
experiencia en la vida es algo paradójico, cuando llega ya no la necesitas.
A veces,
aunque tenga apariencia de poca inteligencia, una persona terca necesita
estrellarse para tomar consciencia.
Cuántos
daños se hubiesen evitado, si se hubiese escuchado un consejo oportuno y bien
intencionado. Si los venezolanos hubiésemos aprendido de los cubanos y si los
cubanos hubiesen aprendido de los rusos, la historia sería otra cosa, pero la
realidad es así, cruel, dura y simplemente es lo que corresponde. Lo mexicanos están
ya en la olla caliente. España mira con indiferencia el terror de la Guerra Civil
del 36. Colombia tiene la tragedia venezolana encima, pero avanzan al
despeñadero del comunismo, no se sienten bien en democracia, quieren algo
mejor. Hay mucho idiota que sin ser comunista hace el papel que hizo Kerensky
en Rusia o el Dr. Caldera en Venezuela. Los propietarios del diario El
Nacional, de Radio Caracas, de Avensa tomaron a Hugo Chávez de la mano, lo
financiaron y lo llevaron a la presidencia. Con toda su inteligencia,
experiencia y habilidad, no fueron capaces de entender que estaban montado su
guillotina y que terminarían decapitados por la revolución que auspiciaron.
Nadie aprende en cabeza ajena, hasta que se la cortan. Es una experiencia para
pensar un poco. “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” Si hay dudas, allí
está Venezuela como una vitrina de la estupidez colectiva.
Viene al caso la idiotez, voluntaria o
intencional de solicitar, por parte de algunos alcaldes colombianos ayuda el
régimen cubano con una misión de médicos para combatir la pandemia.
Es un tema que requiere otra crónica, pero,
solo podemos decir que los médicos cubanos son las primeras victimas del
oprobio, son esclavos explotados por el Estado cubano, los alquilan y los honorarios
los cobra el Estado cubano. En cada misión por un médico hay nueve policías del
G-2 cubano. Esto no es una opinión es una realidad vivida en Venezuela. Lo de
la medicina cubana es un mito bien manejado. Pueden comprobar el estado del
sistema médico venezolano manejado por Cuba es un desastre total y en Cuba es
igual. Solo que tienen una fachada para pescar incautos.
Los tontos útiles seguirán existiendo
tercamente, no importa lo que le haya pasado a los venezolanos y a los cubanos,
esa experiencia para el tonto útil no vale, necesitan estrellarse o entregarse
al comunismo.
Comentarios
Publicar un comentario