LLEGA LA HORA DE LA VERDAD, EL FIN ES INEVITABLE.


FIDEL EN SU AMBICIÒN ROMPIÒ EL SACO.

Cuba en su ambición de controlar la riqueza venezolana se equivocó en su estrategia. Fidel en un cálculo audaz, pero totalmente insensato, sin el más común de los sentidos pensó que Venezuela era la Libia de Gadafi y que solo se necesitaba de la producción petrolera manejada por el Estado. Había que declararle la guerra al sector privado hasta desaparecerlo o llevarlo a una dimensión tan insignificante que no representara peligro para la estabilidad de la revolución chavista. Según Fidel bastaba con el petróleo, no necesitaba de impuestos, generados por la actividad privada.
Fidel pifia al no calcular que los precios altos del petróleo no eran, ni son eternos y que, sin un sostenido ingreso en la renta petrolera era imposible que el modelo radical revolucionario impuesto por Cuba funcionara.

Nunca entendieron los cubanos que el modelo ya era insostenible desde hace 10 años. Se autoengañaron con la optimista posición de confiar en el control bicéfalo de Maduro y Cabello compartido con una cúpula militar y el tutelaje cubano, solo eso bastaba para lograr la estabilidad. Ya en el 2011 los precios del petróleo no daban para cubrir los tres presupuestos que tenía sobre sus hombros Venezuela y una importación de gasolina precios internacionales para regalarla internamente. Venezuela empezó la importación de combustible desde año 2009 Nos referimos al presupuesto ordinario nacional, al presupuesto de las misiones sociales, de la promoción internacional del socialismo del siglo XXI  manejada por Cuba y el presupuesto de la contribución especial acordada y pactada que Venezuela tenía y tiene todavía que aportar a Cuba, en la condición  neocolonial. Para sostener ese modelo derrochador y corrupto se necesita un barril de petróleo por encima de los 100 dólares y una producción mínima de tres millones de barriles diarios.
Maduro ni sus asesores entendieron que ese modelo era inviable, al no tener la renta petrolera suficiente , no les pasó por la mente la posibilidad hacer un cambio y buscar  una apertura con sectores representativos de la actividad privada nacional  Al tener el agua al cuello con una hiperinflación y un endemoniado endeudamiento  que destruyó la calidad de vida del venezolano, se les ocurre optar por crear su propio sector privado, desligado de la tradicional clase empresarial, una mezcla perversa de negocios con ventaja (Importadores con dólares preferenciales, bodegones libres de impuesto y ahora una oligarquía gasolinera). Todo dentro de una corrupción voraz, donde solo interesa el enriquecimiento rápido y voluminoso de los participantes en el gran saqueo. Llegó el momento en que comprendieron que esa oportunidad de hacer riqueza podía terminar mañana y que había que acelerar el atesoramiento o saqueo, lo importante no era hacer una obra o una inversión seria en mantenimiento de infraestructuras, sino aprobar los presupuestos y robarlos con descaro, todo a manos llenas, por eso hoy no hay nada, ni energía eléctrica, ni gas, ni agua, ni petróleo, ni gasolina. Toda la infraestructura nacional se acabó un país en ruinas y el venezolano vive en la total indigencia. Es un modelo que colapsó hace años y no tiene ninguna viabilidad.

Su salida al cúmulo de problemas fue muy poco inteligente, radicalizarse, imponer instituciones paralelas, una ANC cuyo fin es hacer una Constitución, de la cual no hay un solo artículo redactado, pero necesitaban un parlamento paralelo y las figuras absurdas de unos mal llamados protectores. Se niegan radicalmente a cualquier apertura, ni siquiera son capaces de reconocer la existencia de una oposición, tratan de exterminarla, con detenciones, torturas, muertes y exilios, inhabilitaciones de partidos y dirigentes aumentan la represión  al máximo con un acelerador a fondo, imponen el miedo en la sociedad,  compran dirigentes  seudo opositores para dividir y crear su propia  oposición, lista para cumplir sus mandatos a cambio de dádivas, compraron al MAS, algunos  dirigentes adecos  y copeyanos, la descomposición ética de algunos dirigentes la provechan   al máximo. Arman su parapeto electoral con esa fauna de mercenarios, seudo intelectuales y comunicadores. No les importa que esas elecciones nadie las reconozca, ni genere legitimidad, es simplemente el teatro electoral con payasos y titiriteros. Demolieron el camino electoral decente, sembraron en la conciencia del venezolano la desconfianza total en las elecciones, Hacen sus propias elecciones con sus resultados privados, el electorado solo vota, pero no elige. Usan la figura de los infiltrados para debilitar a la oposición y se inventan su propia incursión armada, tratando de aplicar la vieja estratagema cubana de la famosa Bahía de Cochinos, la cual le dio muy buen resultado a Fidel Castro para consolidar su poder.
Pero han pasado 59 años de esa invasión, el mundo ha cambiado mucho, aunque los serviles siguen al acecho. Ya es muy tarde, ni que inventen elecciones, ni traigan gasolina de cualquier país, no hay prestamos ni financiamiento, solo queda el oro, las sanciones y el aislamiento está creciendo día a día. El colapso final es inevitable. Han subestimado a la inteligencia norteamericana y a la política de Washington que hábilmente ha tejido una inmensa telaraña alrededor del régimen, una política de apoyos internacionales, afincados por los múltiples errores y abusos del régimen hoy impresentable y sin ninguna credibilidad. Se dejaron aplicar una jugada de contrainteligenci se les nombró un presidente paralelo, pero legítimo, con respaldo del ordenamiento jurídico venezolano y   por la comunidad internacional, quienes desconocen a Maduro como Presidente, les cierran las cuentas internacionales, los asfixian económica y financieramente, le montan un cerco profiláctico y expiden desde los Tribunales de EE. UU unas órdenes de captura para las principales cabezas del régimen por tráfico de drogas. Es un escenario trágico y final para el régimen.

 Mientras tanto el ingeniero Juan Guaidò asume la Presidencia provisional en su condición de presidente del Parlamento legítimamente electo. Maduro queda desconocido de hecho y de derecho. Juan Guaidò es el albacea de la legitimidad, la única luz que reconoce el concierto de naciones democráticas. Con el apoyo y la protección de EE. UU y de la comunidad internacional.  Le montan un gobierno paralelo, figura que los chavistas-maduristas conocen muy  bien y aplican permanentemente. La diferencia es que la figura de Guaidò está bañada de legitimidad, esa es la condición que se reconoce en las relaciones internacionales Guaidò maneja el área internacional pero funcionado dentro del país. Algo inédito e inesperado por el madurismo.
 Al mismo tiempo el cierran las cuentas internacionales y los asfixian económica y financieramente. Solo cuentan con el apoyo de Rusia, China, Cuba, Irán y los regímenes procomunistas y los que se apoyan en el narco terrorismo.
 Juan Guaidò no es simplemente un gobierno legítimo que funciona en el exilio, está dentro del país desafiando el poder omnímodo de la dictadura, le han destruido su entorno, han llevado a la cárcel a sus colaboradores, mantienen una guerra demoledora, pero hasta ahora no se atreven a tocarlo, le tienen un temor reverencial, no a Guaidò, sino el poder que lo apoya. Saben que si lo tocan hasta allí llegan. Prefieren usar otros métodos destructivos y en cierta forma la figura de Guaidò sufre un desgate natural, ese es el juego del régimen dejarlo que se “cocine en su jugo” de contradicciones o de incumplimiento de promesas etéreas que jamás podrá cumplir porque no dependen de él.
 Guaidò es mucho más que una figura simbólica, pero su actuación se limita a los deseos de la comunidad internacional que lo apoya, ninguna de esas naciones quiere una incursión armada, se inclinan por una negociación para llevar al país a unas elecciones y generar un cambio sin traumas. Pero Maduro se atrinchera en la radicalización se la juega tratando de hacer unas elecciones a su medida para terminar con la AN y con la presidencia de Guaidò. Pero es allí donde está el otro error de los asesores cubanos. Cualquier elección que se haga sin el control internacional y las normas mínimas aceptadas no produce legitimidad, ni reconocimiento. Si pretenden eliminar a la A.N. por esa vía, no puede aceptarse tiene que seguir funcionado y es allí donde se presentará el conflicto inevitable y se organizará una fuerza internacional para poner fin a la dictadura, ya no habrá otra alternativa y las FF. AA salvaran su pellejo buscando un acuerdo y aceptando un nuevo gobierno provisional. Sale Maduro y su entorno, pero la estructura real de poder sigue vigente. La habilidad de ese nuevo gobierno provisional, el cual tiene como fin supremo llevar el país a unas elecciones libres, también tiene la responsabilidad de sanear las estructuras desde adentro, frenar la violencia de grupos armados, desmontar el Estado comunal, iniciar el proceso de reingeniería para arrancar la construcción de un nuevo país.
 Lo que es muy claro es que el chavismo- madurismo colapsó conjuntamente con su modelo y los militares no tienen ideología, ayer fueron perzjimenistas, después dieron un giro y se convirtieron en demócratas y con el chavismo se hicieron socialistas y comunistas y cuando llegue la hora de la verdad dejarán el comunismo y serán otra cosa. El militarismo siempre está en el poder cambia de traje, pero en el fondo siempre son lo mismo una plaga necesaria, pero una plaga.
 Es decir que el fin de este régimen es inevitable, ese fue su error, no hay forma hoy en América de imponer una Corea del Norte. Es casi seguro que un nuevo gobierno no sea lo que uno quiere, pero hay métodos democráticos para cambiarlo o mejóralo Eso es lo que diferencia un gobierno de un régimen.

  


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