¿El Oráculo de Delfos funciona en Venezuela?
En la Grecia antigua, el Oráculo de Delfos era
un templo del dios Apolo al que la gente iba para conocer el futuro. Sus
predicciones tenían influencia en las decisiones que tomaban los
dirigentes.
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DELFOS GRECIA. |
¿Qué va a pasar? ¿Qué nos depara el futuro? ¿Hacia dónde va
el país? En general, hay una relación directa entre el pronóstico y el deseo
personal. Pero no son los deseos los
cambian las cosas en nuestro país, es la articulación de estrategias que no se
ven en el panorama, se espera una salida mágica, el deseo del 85% de los
venezolanos es un cambio en la conducción del país, pero hay un maleficio que
impide que se cumpla ese deseo. Necesitamos descubrir el hechizo para conjurar,
exorcizar esta “pava macha” que nos cayó a los venezolanos.
Objetivamente no se vislumbra nada nuevo, no se
ve una luz al final del túnel a menos que se produzca un imponderable, andamos
a oscuras solo alumbrado con una lámpara de ilusiones, esperanzas y deseos.
Ahora ayudada esa calma por la presencia del virus. Golpe de Estado es un deseo
de muchos, los militares fueron castrados por los cubanos. Son como esas
marraneras de engorde, el tiempo se les va, no en comer, sino en robar. Son
parte intrínseca del problema, jamás se puede esperar de ellos la solución.
La
intervención militar extranjera, está en la agenda, está sobre la mesa, se
invoca a cada instante, pero el milagro no se produce, solo es otra ilusión.
El cese de la usurpación, el gobierno de transición
y las elecciones libres se quedó en ese rezo, plegaria o matras tibetano que se
repite para convencernos a nosotros mismos, para calmarnos y preservarnos del estrés
que produce la frustración. Más es un
camino hacia la iluminación y trasmutación de los deseos que una realidad política
tangible. La alharaca de febrero del 2019 se quedó en un profundo estado de meditación
catatónica. Todo en blanco.
Seguimos
soñando con el quiebre del régimen por mal manejo de la economía, por los miles
de problemas no resueltos y en evolución negativa, pero ese quiebre requiere
una alternativa organizada que precipite los acontecimientos, un empujoncito,
Pero ahora con el problema de virus surgen voces opositoras que claman por una
tregua, darse un “time” como en los partidos de fútbol. Se olvidan los
pacifistas que los comunistas no dan tregua, que ello se aprovecha de la vida,
de la muerte, de la enfermedad, de las tragedias, pero sobre todo de las
debilidades de sus oponentes, eso es lo que han hecho, con excelentes resultados
durante estos 20 años. Las crisis solas, aún las peores no tumban por si mismas
a los gobiernos, en África hay ejemplos muy claros de un deterioro creciente
sin consecuencias para los regímenes.
Aspirar un
cambio dentro de los factores del chavismo que no están con Maduro, es como decía
“el filósofo del Zulia”: pedir peras al “horno”. Los chavistas alejados del
madurismo, no han cambiado su mentalidad comunista totalitaria, no son demócratas,
no creen en elecciones a menos que le favorezcan y con ventajas , Son adictos a
la corrupción por naturaleza, solo están circunstancialmente apartados del
madurismo, pero siguen creyendo en la expropiaciones, en la destrucción de la
propiedad privada, en el abuso del poder, en el Estado como centro de la vida,
en el control de precios, son la misma emanación del comunismo, con esa gente es imposible
llegar a ningún acuerdo, si lo que se pretende es un cambio profundo, Ellos ambicionan
un negocio para montarse ellos y seguir en lo mismo.
Solo nos
está quedando el desmoronamiento total del régimen por acumulación de problemas
no resueltos como el agua, la luz, el gas, ahora la gasolina, el regreso de la diáspora,
la escasez por control de precios, el salario de esclavos que padecen los
venezolanos. Todo apunta hacia un estallido violento y feo, pero en auxilio del
régimen salen los saqueos que producen terror en el pueblo, los grupos armados
para asesinar libremente a quienes se atrevan a manifestar su descontento, las policías,
las guardias, las policías políticas del régimen , las guerrillas del ELN y las FARC, los terroristas iraníes ,
los cubanos, los rusos, los chinos, las ONG de inspiración comunista, los progresistas
socialistas, los traidores, los vendidos y la plaga del coronavirus como la
guinda del pastel. Estamos empastelados.
Cómo decía Aristóteles “La única verdad es
la realidad”. Lo demás pudiera inscribirse en las páginas de la mitología
moderna venezolana. Mientras las fuerzas que representan la democracia y
la libertad no se pongan de acuerdo simplemente nos seguimos hundiendo en manos
de los peores, eso es lo que dice el Oráculo.
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