Migrar es un proceso desgarrador y enriquecedor.


              LA FUGA DE TALENTOS.


UNA NACIÒN QUE PIERDE SUS TALENTOS NO ES VIABLE.

A medida que empeora la escasez de alimentos y medicinas, a los venezolanos les resulta cada vez más difícil sobrevivir en el país y deben escapar a otras áreas de la región, llegando incluso en muchas ocasiones hasta Canadá, los Estados Unidos, Europa y Asia. Hasta ahora suman unos cuatro millones y medio de venezolanos exiliados.

"No podemos pensar en emprendimiento si no tenemos que comer”


Venezuela está perdiendo su talento, los países receptores están recibiendo sin invertir un dólar en su formación a miles de venezolanos talentosos, preparados, emprendedores que no encuentran condiciones para desarrollar sus potencialidades en nuestro país.

Si bien las oleadas de la diáspora están formadas por diversos estratos y en especial gente muy bien preparada, también se ha marchado el "todero", la mano de obra calificada, el maestro de obras, artistas, artesanos, deportistas, el herrero, hasta los malandros y malvivientes que nos desprestigian y exacerban los bajos sentimientos de xenofobia y chauvinismo contra el venezolano. Hay de todo en la diàspora.

El país está perdiendo capital humano por la emigración de profesionales altamente capacitados. Venezuela es el principal emisor de profesionales de la medicina, de la tecnología, de la administración, profesores para todos los niveles, personal calificado que le ha costado mucha inversión al país Los bajos salarios, la falta de puestos de trabajo, de competitividad de ingresos y la inseguridad son puntos determinantes al decidir dejar el territorio venezolano.

La migración es un proceso desgarrador y, al mismo tiempo, enriquecedor. Los ciudadanos conocen otras lenguas, nuevas costumbres; amplían sus relaciones sociales y adquieren nuevas habilidades; tienen acceso a nuevas tecnologías y aprenden nuevos procesos; enriquecen sus bagajes culturales y desarrollan nuevas formas de interacción social, empresarial e institucional. El problema es que esta migración echa raíces y optan por quedarse y todo ese bagaje no regresa al país.
Los xenófobos deben entender que nadie deja por su paìs por hacer turismo y sin bien hay gente mala, como en todos estos fenòmenos sociales, la mayorìa es gente buena y hace grandes aportes al desarrollo econòmco y cultural del paìs receptor.


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