A TODO COCHINO LE LLEGA SU NAVIDAD.

NUTRIRSE DE TRADICIÒN CON UN PEDAZO DE PERNIL .


Del pernil del marrano criollo al pedazo de pernil enviado por el nuevo amo dista el espacio y la distancia entre un país devastado por la pobreza socialista y la memoria de épocas que jamás volverán.
En aquella Venezuela rural el marrano engordado en los corrales de la casa con los desperdicios significaba la posibilidad de los estrenos navideños, de las hallacas, de la inicial para una nevera o una lavadora, la venta del marrano ,era el bono navideño que se ganaba con trabajo y ahorro.
En la Venezuela urbana se ganaba trabajando para comprar el pernil, se producía en modernas granjas que incluso permitía la exportación de carne porcina a las islas del Caribe. Era un país próspero dónde nadie hacía cola para recibir un pedazo de carne, ni se peleaban como bestias hambrientas.
Hoy el pedazo de pernil ruso significa la imposibilidad de comer con nuestro trabajo, hay que dar gracias públicas por el trozo de carne que viene a llenar el espacio que deja unos ingresos miserables que no permiten comer con decencia. Ese pernil es el sello de mala calidad de vida, de miserias generalizadas, viene del "buen corazón" de un gobernante que al igual que los emperadores antiguos maneja la política del pernil y el circo.. Ese pernil . viene de tierras lejanas como si los venezolanos no fuésemos capaces de engordar una marrano navideño.

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