UN PAÌS SIN JUVENTUD
ASESINAR EL FUTURO.
Urge volver a los antiguos comedores escolares. Padecemos la hambruna.
Estamos perdiendo conquistas en todos los terrenos que nos costaron 80 años de luchas.
La
peor tragedia que puede sufrir una nación es perder para el futuro a las nuevas
generaciones. El siglo XX significó para Venezuela la eliminación de pandemias,
erradicar el paludismo, la bilharzia, la tuberculosis, pero sobre todo mejoras
en la estatura, en la escolaridad de las generaciones del siglo XX, gracias a la
buena y equilibrada alimentación, especialmente suministrada por el Instituto
Nacional de Nutrición, los comedores escolares presentes en todas las escuelas
y Grupos Escolares de Venezuela. Desde 1944 empezaron a funcionar y fueron una bendición,
el venezolano aprendió a comer vegetales, ensaladas, frutas con una buena sopa
o granos, leche de calidad, nuevos hábitos de salud, higiene dental, control de
vacunas, educación sanitaria, eliminación de letrinas y del techo de paja en
las casas. Venezuela ingresó al siglo XX y las consecuencias positivas de esas políticas
implementadas por el Estado venezolano fue el progreso integral físico, ético y
cultural varias generaciones, entre las cuales me encuentro yo. Nosotros
tuvimos la oportunidad de mejoras sociales, profesionalización a nivel
superior, ingresos decentes par vivir con comodidad, constituir familia, tener
casa propia, auto, buenos servicios.
Lastimosamente esa asistencia social al
venezolano se fue cambiando por mediadas de populismo electoral, hasta llegar a
la tragedia de hoy, donde estamos condenando a las nuevas generaciones a vivir
en la miseria, sobre todo la mala alimentación, la ausencia de políticas sanitarias
y el cierre al progreso personal por la vía del estudio y la superación personal.
El plan de becas Mariscal de Ayacucho
permitieron a miles de venezolanos estudiar en las mejores universidades del
mundo, se premiaba la inteligencia, la dedicación, la disciplina era la
meritocracia. Todo eso se acabó, se eliminó en busca de una igualdad social, inmersos en
la marginalidad, quieren a todos marginales. pobres, dependientes del Estado. Simplemente al régimen no le
interesa crear una élite inteligente, autónoma, bien preparada y bien alimentada.
Solo interesa una población sometida al colectivismo, a la pobreza y al hambre,
dominio del estómago y de la mente, control político. Las becas ahora son para adoctrinar y se les llama Robert Serra o Chè Guevara, Becas para estudiar en Cuba o en Rusia Que pobreza. Todo dentro de un pesado ambiente de ideologización hacia el castrismo. Una forma de castrar a la juventud.
Está demostrado que las mejoras en salud
mundial han impactado la inteligencia, y el Coeficiente Intelectual ha crecido
30 puntos en los últimos 100 años. Los venezolanos vivimos esa época donde predominaba la calidad de vida y el estado de bienestar que nos podía dar la renta petrolera.
Es gracias a mejor alimentación y mayor escolaridad. Hoy más niños en el mundo van al colegio que en 1900 y el cerebro recibe mayores estímulos. En Venezuela está ocurriendo ahora todo lo contrario., entramos en un túnel que puede incapacitar para la vida en un mundo globalizado a las nuevas generaciones de venezolanos. El hambre destruye el cuerpo y el cerebro.
El deber ser y la razón de la política y del Estado moderno es que la gente esté capacitada para usar las herramientas analíticas y símbolos visuales como mapas, hojas de cálculo y datos económicos. es el desarrollo de la inteligencia para beneficio de las nuevas generaciones.
Una educación adecuada facilita el acceso a conceptos académicos como ley de la oferta y demanda, derechos humanos y estadística de promedios. Una sociedad más inteligente y bien alimentada.es el futuro. Con hambre no hay manera de interpretar conceptos abstractos, la mente se cierra.
La mayor inteligencia influye en la moral y la gente que razona puede preguntarse cómo sería el mundo si opta por esta vía de progreso o toma el camino del socialismo castrador y hambreador. Que obliga a huir, a buscar otro camino si se quiere progresar. El socialismo implantado en Venezuela solo deja el camino de las drogas, de la ausencia de razonamientos, de fanatismos, resentimientos y odios.
Podemos afirmar que las políticas implementadas en Venezuela no responden al siglo XXI, hay insatisfacción juvenil, aumento de suicidios, riesgo de soledad, pero sobre todo vivir bajo la sombra de la desesperanza como política de Estado. Una tragedia social en crecimiento, un genocidio contra las nuevas generaciones.
Durante 70 años, Venezuela hizo lo correcto y
tenemos resultados tangibles, quizás lo único bueno que nos quedó de la etapa
petrolera, pero hoy se esta asesinado, castrando a las nuevas generaciones y así
no hay futuro y se comete un crimen de lesa patria contra Venezuela, porque la verdadera
riqueza de una nación no son las reservas petroleras, sino las reservas morales
de una juventud bien preparada para los desafíos del mundo de hoy.
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