Fantasmas de la Cùa de ayer y el hampa de
la realidad de hoy.
No creas que con la llegada de la luz
eléctrica desaparecieron los fantasmas y los espantos que habitaban en los
distintos rincones de aquella Cúa ayer. En la hacienda Tazón, en Marín, el
Magdalena, en la casa de Zamora, en La Gruta, en la plaza Bolívar, en la vieja
casa parroquial, la antigua casa del Ateneo, los famosos encantos del pozo de
Juaniquto, las bruja que volaba en El Yagual, La Sayona de los Corrales, la
joven que para los autos en Aragûita, el famoso espanto de Piedras Negras en el
camino de Mendoza. Son muchos y variados los espantos y todavía hay quienes afirman
haberse encontrado con alguna extraña aparición, algunos en gesto de valentía
se han tomado el trabajo de grabarlos con su celular.
El río Tuy fue la fuente de las famosas consejas
de duendes y encantos que se perdían en sus profundidades, mucha gente está segura
que en la plaza Bolívar los transeúntes se pierden. El paso de las quebradas y
los viejos caminos guardan historias que asustan. Sin embargo, hay una verdad
que todos vivimos las calles de nuestro pueblo después de las 5.00 p.m. están desoladas,
no por el miedo a encontrarse con uno de esos famosos fantasmas o criaturas de
otra dimensión, el terror de hoy es a encontrase con los hampones, seres vivos,
armados, dispuestos como fieras a robar y a matar. La aparición de estas
criaturas domina la noche y parte del día. Ya no es el sobresalto frente a la aparición
de la ultratumba colonial, es el terror frente a una
realidad contemporánea en que el Estado no cumple sus funciones de proteger la
vida y los bienes de los ciudadanos. Los espacios públicos, las calles, carretas,
plazas están dominados por una plaga que es auspiciada por el mismo Estado.
Algún día volverán los viejos fantasmas, solo
sentiremos en las noches el paso cojitranco de la mula maneada, Se volverán a
extraviar caminantes en la plaza. Ezequiel Zamora seguirá buscando su tumba, El
tesoro de Marín, el de la casa del viejo Ateneo, el de bandido Cisneros en la
Magdalena seguirán guiando con su luz a los a los buscadores de tesoros.
No pasará mucho tiempo en que los fantasmas volverán
por sus fueros y los zombis del hampa desaparecerán.
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