SIMÒN BOLÌVAR una gloria confiscada
“No podemos cargarle a Bolívar responsabilidades que no puede tener”.
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EL HIPERCULTO BOLIVARIANO HA HECHO DAÑO AL PAÍS. |
Ni las progresistas ideas de Simón Bolívar ni las invalorables reservas de petróleo sirvieron para elevar a categoría de potencia a la Venezuela republicana.
Los postulados libertarios de Bolívar tuvieron la mala fortuna de caer prisioneros en los regímenes que reclamaron su herencia intelectual y moral. Millones de barriles de oro negro y una opulenta tesorería de poco sirvieron para enrumbar hacia el progreso a nuestro país.
Quienes invocaron la presencia de Bolívar como mentor intelectual de dudosos regímenes de gobierno terminaron usando su nombre y confiscando su gloria Desde el bolivarianismo de Guzmàn Blanco hasta el reciente bolivarianismo chavista, todos ofrecieron el sol y gobernaron desde la oscuridad y la corrupciòn.
(Simón Bolívar es el mejor testimonio que tenemos frente a esa aberración mal
llamada “bolivarianismo chavista”. Su denominación más ajustada a la verdad debería
ser “urogallismo-chavista” pues su quehacer es heredero directo de la actuación
devastadora del “odio de clases” que significó el caudillo realista José Tomàs
Boves en nuestra historia.)
Los
amos del llamado Foro de Sao Paulo, encabezados por el difunto Fidel, el
enjuiciado Lula y el fallecido delfín del mal: Hugo Chávez ejecutan su primer
acto de expropiación al apoderarse del nombre y de la gloria de Simón Bolívar
para enmascarar la colcha de retazos ideológicos, de esa anticuada y desgastada
propuesta del comunismo o socialismo real al rebautizarla como socialismo bolivariano
del siglo XXI.
El
24 de julio fecha aniversaria del natalicio de Bolívar, lo asocian, ahora al
relanzamiento del falso bolivarianismo, hoy desprestigiado por el monumental
colapso del chavismo en Venezuela. El Foro de Sao Paulo ahora se viste con el llamado
“progresismo”, otro caramelito de cianuro para introducir su destructiva proposición
político -económica.
Lo primero que hizo Hugo Chávez, quien era un
obsesionado con las figuras de Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, fue un
juramento al pie de los restos del centenario Samán de Güere, donde la tradición
indica que Bolívar descanso con sus tropas en una jornada por la campiña
aragüeña. Al asumir la presidencia en 1999, puso en marcha su plan para
convertir a Bolívar en su principal instrumento ideologizador y castrador, a través de una Asamblea Constituyente rebautizó al país como
República Bolivariana de Venezuela y fue aprobado por los venezolanos.
Desde ese momento todos los errores
y horrores del chavismo se asocian al nombre del Libertador Simón Bolívar. Su
nueva clase social de corruptos cuello blanco y soles con charretera se llaman
“Boli burgueses” a otros jóvenes ladrones eléctricos les llaman los “Bolichicos”
la Guardia Nacional pasó a ser bolivariana, ejercito, la marina, las escuelas,
las universidades. Una inundación con el nombre de Bolívar. Todo en la
Venezuela chavista tiene su adjetivo calificativo de bolivariano, lo cual es lo mismo que hablar de ineptitud, corrupción, maldad, fanatismo enfermizo. Sin duda
es una afrenta a la memoria del Padre de la Patria y una obsolescencia absurda,
pues mientras unos estudiantes venezolanos se nutren en una biografía
distorsionada de un Simón Bolívar falso, hasta en su rostro, los estudiantes de
cualquier país desarrollado se nutren de
la ciencia, la tecnología, la cibernética y la robótica.
Sin entrar a profundizar en el
pensamiento auténtico de Simón Bolívar, que nada tiene que ver con el comunismo
y el socialismo marxista y mucho menos con el proyecto impulsado en Cuba por la
URSS y hoy con el mamotreto del llamado Foro de Sao Paulo, simplemente tomando
algunas conocidas frases que resumen el pensamiento de un hombre Liberal en su
acepción política-económica. Bolívar luchó por llevar adelante un proyecto
liberal al estilo del liberalismo inglés, no una copia fiel, sino con su propia
estructura. Copiar un modelo político proveniente de otras latitudes, ya es una
bofetada al Libertador, quien dejó muy claro:
“El gobierno que se le dé a la república debe estar fundado sobre
nuestras costumbres, sobre nuestra religión y sobre nuestras
inclinaciones, y últimamente, sobre nuestro origen y sobre nuestra historia”.
Bolívar también rechaza el vicio del continuismo y el gobierno eterno del chavismo-madurismo:
“…no conviene que la
opinión y la fuerza estén en las mismas manos, y que toda la fuerza esté
concentrada en el gobierno…”.
El chavismo calla ante esta frase bolivariana de transparencia y presentación
de cuentas públicas:
“…la hacienda nacional
no es de quien os gobierna. Todos los depositarios de vuestros intereses deben
demostraros el uso que han hecho de ellos”.
Los chavistas deberían tener muy en cuenta la recomendación bolivariana
contra ese mal que los está destruyendo también a ellos como al resto del país:
“La corrupción de los pueblos nace de la indulgencia de los Tribunales y de
la impunidad de los delitos”.
A eso hay que sumar que” la mejor política es la honradez”.
También deberían entender que “la impunidad de los delitos hace que éstos
se cometan con más frecuencia, y al fin llega el caso de que el castigo no basta para
reprimirlos”.
No deben olvidar que:
“la destrucción de la moral pública
causa bien pronto la disolución del Estado”.
Contra la perniciosa exclusión de los mejores, Bolívar aconsejó:
“El modo de gobernar bien es el emplear hombres honrados, aunque sean
enemigos”.
En cuanto a la implacable represión, tortura y asesinato de opositores,
además de la negación de la libertad de expresión, alertó:
“El que manda debe oír, aunque sean las más duras verdades y, después de
oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que produzcan
los errores”. Agregó: “La primera de todas las fuerzas es la opinión pública”.
Para una justicia arrodillada ante el Poder Ejecutivo dijo con claridad:
La justicia es la reina de las virtudes republicanas, y con ellas se
sostienen la igualdad y la libertad.
Las elecciones libres, sin trampas, ni ventajismos dijo:
·”
La aclamación libre de los ciudadanos es la única fuente legítima de todo poder
humano”.
El Libertador aborrecía la mentira y a los mentirosos
y la mentira es hoy política de Estado.
“La
verdad pura y limpia es el mejor modo de persuadir”.
Con Simón Bolívar pasa lo mismo que con los grandes hombres, si tomamos su
pensamiento en retazos, sin analizar los contextos, sus palabras pueden servir
para todo, como el comodín de las barajas, pero lo que vale Simón Bolívar es su
ejemplo como gobernante, como ciudadano y como hombre, jamás podrá usted
encontrar contradicción, ni doble discurso en su quehacer, mucho menos justificación
para esta locura hecha gobierno revolucionario.
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