EL DÍA DESPUÉS.
Reconocer la realidad y aceptarla
es el primer paso.
Somos
más que pobres, padecemos de invalidez. El
socialismo chavista arrasó con todo.
La situación
de Venezuela cada vez es peor, hemos perdido más del 50% del PIB, el 60 % del comercio está cerrado, ya no hay
industrias, aunque el petróleo está cerca de los 70$ el barril, la destrucción de PDVSA ha bajado la producción
por debajo del millón al día, la más baja
producción en 70 años. Es un catástrofe económica por en encima de Zimbabue
entre el 2002 y el 2008, solo comparable con lo que fueron los países de órbita
soviética.
En la medida en que empora la situación solo
le va quedando al venezolano la migración forzosa para poder sobrevivir, no hay
manera de ocultar estos hechos con propaganda y ridículas misiones de burla
como la Vuelta a la Patria. Venezuela está en condiciones de invalidez económica
y social, no tiene forma de levantarse por sí misma requiere de una plan de
rescate, de ayuda internacional para enfrentar con éxito el inminente
desmoronamiento, no solo el gobierno socialista sino de la nación y del Estado.
No es con un crédito tutelado por los chinos para salvaguardar
sus intereses como vamos a salir de este
desastre total.
El
problema es que día después, a pesar de la profundización de la crisis no llega,
el deterioro no es suficiente por si solo para generar el cambio necesario. La
enorme destrucción del valor monetario de los últimos 6 meses, además han
colapsado las refinerías, los sistemas eléctricos interconectados, la distribución
de agua potable, la distribución de gas, el transporte público, la salud, la
seguridad social y el nuevo sistema salarial comunitario impuesto terminara con
lo poco que queda en Venezuela. Si agregamos los más altos niveles de inseguridad
personal, de violación al derecho de propiedad y una crisis humanitaria que
crece de manera geométrica. Si en los dos últimos años no se hubiesen ido del país
más de tres millones de venezolanos la situación seria indescriptible.
El
problema de Venezuela no es solo la restructuración de una deuda impagable
porque ya el poco petróleo que nos queda está comprometido y vendido por adelantado,
no hay forma de acudir a los mercados financieros internacionales, no tenemos como
pagar, ya el oro y el petróleo está comprometido. No hay reservas internacionales,
las evaporaron.
El
chavismo le trajo a Venezuela la peor catástrofe que haya sufrido ningún país del
mundo en últimos 80 años, mil veces superior a una catástrofe natural o una situación
de guerra.
Solo con la condonación de la deuda se puede salir adelante y con un plan de ajuste
muy severo. Debemos aceptar la realidad somos un país empobrecido, endeudado,
sin producción, con un liderazgo débil y confuso. La viabilidad como nación está
seriamente comprometida, estamos triplemente hipotecados y sin las condiciones
para iniciar una recuperación Quién le
puede condonar una deuda a un país que se llena la boca afirmando que tiene las
reservas más importantes del petróleo del mundo occidental.
Al régimen no le queda otra alternativa que
entregarse a los chinos y seguir la danza de la hiperinflación hasta el
infinito y a la población huir, ya los salarios llegaron a su fin, no hay
sueldo ni salario que soporte una inflación de 2.000.000%. Si esto no se
entiende, ni se acepta aun viviéndolo, no hay nada que hacer. Esa es la ruta
que marca el madurismo, no hay un paso atrás, la otra ruta alternativa, como decían antes
Brilla por su ausencia. Si existe es un secreto.
Si hay un camino pero se necesitan consensos y
liderazgos para llevarlo adelante, pues la medidas a tomar son excepcionales,
duras, el estado de ruina total exige la creación de un consorcio internacional,
tal como ocurrió con Japón después de su
rendición ,esta realidad es muy difícil de aceptar, seguimos creyendo en
cuentos y mitos y no aceptamos que esta es
la realidad , dura y cruel, ya no basta con creer en milagros, en auto
engañarnos, hay que superar el problema político, salir del comunismo
miserable, pero el día después exige el
esfuerzo de la sociedad, junto con un programa integral de reformas en todos
los órdenes y el respaldo internacional, para que nos ayuden con la crisis
humanitaria y a restituir a la mayor brevedad la capacidad del país de salir
del abismo y valerse por sí mismo. Nada fácil, pero si es posible.
Es el costo de un error cometido hace 20 años.
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Sin mencionar los muertos, que son la pérdida mayor, irrecuperable.
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