LA FRANQUICIA DEL MAL


LA DIFERENCIA ENTRE LA EFICACIA Y LA EFICIENCIA.


                       LA FRANQUICIA DEL MAL.


El régimen de Maduro ha sido eficaz en mantenerse en el poder, no escatiman costos, no importa la destrucción de Venezuela, pero ha sido ineficiente en el manejo de la República, llevo a la quiebra el país, arruinó a los venezolanos.
 A la eficacia no le importan los costos si se cumple el objetivo, en este caso mantener el poder. Durante 20 años el chavismo madurismo ha jugado fuerte a la eficacia, aunque en la eficiencia como gobierno ha fracasado.
Los cambios en el gabinete ministerial de Maduro confirman que se profundiza la estructura hegemónica de radicalismo enfermizo que se apoderó de Venezuela. Solo se puede esperar una mayor persecución a la oposición, mayor represión y control social. No hay una luz de cambio en la política económica que nos llevó a la mayor hiperinflación del siglo en el Hemisferio Occidental. Esa política de arrase total  de instituciones y de la economía les ha dado buenos resultados para el logro de su objetivo que mantener el poder a toda costa, no hay razón para cambiarla pues la experiencia evidencia que los graves problemas económicos y sociales no son suficientes para poner término a este régimen.

 Nadie puede esperar que el Estado venezolano hoy deje de ser el monopolizador de toda la actividad económica, mucho menos que el sector privado será tomado en cuenta. Cualquier “empresario” que manifieste confianza y esperanzas en un cambio en las políticas económicas, no es más que un oportunista en busca de hacer negocios con el régimen.
 El nuevo modelo comunal socialista  se presenta como la forma de reorganización geopolítica, se arrincona a las alcaldías y gobernaciones, quien siga creyendo en esos poderes bajo este régimen y considere “muy importante” servir de comparsa electoral, solo se presta para un juego distractor. En Venezuela murió la Democracia, ya no hay espacios que defender, no hay alcaldías, ni gobernaciones, ni concejalías, el poder hegemónico lo tiene el Poder Ejecutivo con el apoyo irrestricto del militarismo. Quien se quiera engañar aspirando concejalías   es libre de hacerlo.
 Ya el régimen en esta etapa deja de ser benévolo con los opositores, quiere su exterminio total, cualquier liderazgo individual  que pueda representar un peligro para su hegemonía será  expulsado, reprimido o “desaparecido”.
 Con la nueva Constitución la Asamblea Nacional será disuelta definitivamente, la situación de los partidos políticos opositores favorece todas estas movidas. No hay oposición  que pueda poner en peligro  al régimen. Las cuatro gobernaciones adecas no son nada, no pesan políticamente y los gobernadores están amarrados con su respectivo protector.
Nicolás Maduro carece de las condiciones y el carisma de Hugo Chávez, es un ser anodino, incapaz de articular correctamente una oración en castellano, mucho menos desarrollar  un pensamiento propio y coherente. Lo que se perfilaba como una ridícula caricatura de un gobierno de los Tres Chiflados se ha consolidado como un autoritarismo con el acelerador a fondo al totalitarismo y a la peor de las tiranías. Un hombre que se veía como un tipo simpático y bonachón se ha convertido en el amo y señor de un reino de males, una nueva edición de un Idi Amin Dada en territorio latinoamericano.

 Maduro es solo la cara visible de una Trasnacional del Poder, cuya especialidad es controlar a los pueblos con viejos métodos como el miedo y el hambre y nuevas tecnologías como las elecciones en computadoras. Siglos de maldad acumulados en manuales que difuminan el poder para engañar pero la realidad es que toda la experiencia de una franquicia se maneja desde su sede principal y el trabajo de las sucursales es cumplir estrictamente el “Know haw” de la franquicia política del mal, ese trabajo lo ha hecho Maduro muy bien. Su preparación en Cuba  es para eso, no para gobernar.
 Es evidente que para consolidar esta fase del totalitarismo es mejor un Maduro con el cerebro de Jorge Rodríguez como el otro Yo, que maneja directamente la Vice-presidencia (Poder del Poder) bajo el control de su hermana. La lucha interna es a muerte pero todos se necesitan, se odian, pero el dueño de la franquicia los necesita divididos y odiándose, sus intereses son otros, 60 años hacen la diferencia y la estructura del poder militar con el control económico y la socialización de la corrupción es una formula política que ha dado buenos resultados a la Isla y ahora en Venezuela.
 Son eficaces pero jamás podrán ser eficientes. Mientras tanto Venezuela se termina de hundir y para romper el poder de la franquicia del mal  se necesitaría aplicar los métodos utilizados por los aliados  contra Adolfo Hitler. Sin esa alianza mundial jamás el pueblo alemán se hubiese podido liberar del nazismo, algo muy parecido ocurre en Venezuela. Solo que para que se pueda dar esa alianza es necesario que la franquicia del mal se convierta un peligro geopolítico, mientras las víctimas sean solo los venezolanos la solidaridad es amplia pero la efectividad nula.



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