Vivir para el colapso o vivir en el colapso.
Los países que viven al borde del colapso, en
crisis humanitaria han padecido de guerras devastadoras, de cataclismos,
castigadas por la naturaleza o por la violencia
como Yemen Somalia, Siria, Eritrea o Haití, pero jamás en la historia de
la humanidad una nación con más de un millón de millones de dólares de ingreso
por factura petrolera, con las mayores reservas de petróleo del mundo, sin
sufrir de guerras, sin terremotos, sin una invasión de plagas como la langosta
ha llegado al estado de colapso final en que hoy se encuentra Venezuela.
La
combinación perfecta de una ideología destructora inspirada en el comunismo y
la ineptitud total de la nomenclatura burocrática que maneja el país necesito
de dos décadas para acabar con la nación de mayor prosperidad en la región, Se perdió
una oportunidad única del despegue al desarrollo y Venezuela está hoy viviendo
la última etapa para que se produzca el colapso final. El tiempo perdido jamás
se puede recuperar y el país que entregarán a un nuevo gobierno es
mil veces peor que el recibido por Chávez en 1999.
El
legado es nefasto, nada sirve, nada funciona, todo es un caos. No hay libertad
y la pobreza critica llega hasta la clase media, no hay ingresos que permitan llevar
una vida digna y las pensiones y jubilaciones no alcanzan ni para cubrir el
precio de las medicinas.
La gente entiende que la única alternativa es huir a cualquier parte.
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