Dónde está el país de mis querencias.
No somos ni la sombra de aquel país de la prosperidad, con sus brazos abiertos y amplios para los desesperados, quienes veían como el mejor nicho a la tierra de Bolívar, para edificar sus sueños. Pero hoy es la tierra de los despavoridos; de los que huyen sin biografía, perdiendo la tradición y aprendiendo a ser extranjero, tragando el sabor amargo de la nostalgia. Profesionales que prefieren vender chucherías en un semáforo, lavar autos en cualquier ciudad del mundo que morir en Venezuela con el repertorio de maldad que se adueñó de nuestra patria
Los valores del trabajo, de la prosperidad, de salir de bajo con esfuerzo, con estudio están hundidos en la nueva geografía que impone como único requisito EL CARNET DE LA PATRIA, la versión tecnológica y moderna del apartheid surafricano, de la discriminación social y de la peor abyección de una sociedad en decadencia total.
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EL HAMBRE LLEGÓ Y CRECE. |
Se perdió nuestro país, en las noches de insomnio y angustia lo busco entre las almohadas, en los sueños donde vienen a mi mente imágenes borrosas y confusas de un pasado que murió. Solo quedan los recuerdos entrañables y nostálgicos, despojos de una reminiscencia que recojo en crónicas, como única tabla de salvación entre la cruel realidad del presente y las añoranzas que jamás volverán. Siento un luto que se hace eterno, por la pérdida de mi país.
A veces abro los libros de historia buscando una luz ante tanta confusión y encuentro que esas páginas de historia patria sucumben ante la ignorancia, la soberbia y fanatismo de una secta que nos confiscó nuestros héroes, que se robó la gloria de Bolívar y la transformó en un coleto. Buscan hacer un revoltillo de inmundicias entre los que fuimos y lo que somos, cobijan su desnudez moral y su sequía de gloria con la figura de nuestro Libertador. Prostituyen nuestra memoria, mancillan nuestro pasado, convierten nuestro Himno Nacional y Símbolos Patrios en cliché de propaganda y en jingles embrutecedores, Embalsaman la virtudes para aprovecharse de lo que no tienen.
Se perdió nuestro país en manos de sus peores hijos, la dictadura de la marginalidad moral, de la mediocridad intelectual y de la ineptitud hecha gobierno. Hábiles en el juego corrupto, en la trampa, en la bellaquería, en el cinismo y el descaro. Hicieron de Venezuela una caricatura de una nación, solo nos queda un paisaje erosionado por la hecatombe que produce la peor crisis de nuestra historia.
La palabra FUTURO es un desafío en Venezuela, el pesimismo obligado por una tiranía nos constriñe a buscar un rumbo que nos permita salir de esta tumba de un millón de kilómetros cuadrados, no salir despavoridos por las fronteras en busca de una esperanza que hoy se nos niega. Es la lucha aquí y ahora por todos los medios que podamos, llámese lucha de calle, escribir por las redes, salir a votar con todo en contra, presionar como sociedad civil. Todo es lícito en esta lucha menos desmovilizarnos y dejarnos dominar por la desesperanza.
En algún momento más temprano que tarde empezaremos la reconstrucción de la Venezuela que se nos fue.
Por ahora luchar para que llegue ese momento de la nueva Venezuela.
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