EL SUICIDIO COLETIVO DEL CHAVISMO

                   LA LOCURA  DEL MADURISMO.
Solo un perturbado puede creer que repitiendo los errores se pueda llegar a la solución  de la crisis sistémica que padece Venezuela, a menos que esos errores sean "friamente calculados" . luego no serían  errores sino perversión.
Nada de extraño tiene que mañana Maduro decrete que a partir del junio queda abolida la ley de gravedad y en su lugar tendremos la ley comunal de la atracción gravitacional. La palabra gravedad no le gusta al régimen y queda abolida. De ese tamaño es la peste de la idiotez.  
Solo los psiquiatras y teólogos expertos en el conocimiento del alma y la psiquis puedan darnos una explicación racional sobre la locura colectiva que padece ese residuo del chavismo radical, entreguista e inepto que se denomina Madurismo.

Se han contagiado del delirio del poder absoluto, un mal que induce a quienes lo padecen a creer que pueden hacer lo que les venga en gana, cuando quieran y como quieran sin tomar en cuenta las realidades objetivas que indican con mucha claridad que esos delirios de poder absoluto no tienen sustento en el tiempo y menos aun cuando la oferta de estos locos es muerte, hambre, miserias, desesperanzas, saqueo, secuestros, atracos, expropiaciones, abusos, ineficiencia y destrucción total.Mucha pobreza.
colectivos maduristas en acción
 Sin embargo, estos enfermos de la política tienen el poder inductor de llevar hasta al suicidio colectivo a sus seguidores.
 Tienen los gerentes del odio una gran capacidad para utilizar argumentos de la vieja cosecha de maldades acumuladas durante  18 años, utilizar esa simpleza argumental de meter a todos lo que ellos consideran sus enemigos, (para ellos no hay adversarios) en un mismo saco y con una denominación común LA DERECHA, repiten en una jaculatoria, el rezo de un rosario de odios y maldades: HAY QUE EXTERMINAR A LA DERECHA Y LO REPITEN Y LO REPITEN Y TODOS DICEN AMEN. Es una anti- oración a los demonios.
isis estado islámico

 Están convencidos que lo que hacen es una justa causa, igual que los militantes de Isis el estado islámico, lo mismo matan, cortan cabezas, colocan bombas porque hay que exterminar a impíos, a los enemigos de Alá y ellos se auto inmolan por un delirio, una locura colectiva inducida que les hace creer que exterminando a los infieles ganan el paraíso.
Es lo mismo que quieren hacer los fanáticos del Madurismo exterminar la derecha, a los malos, a los enemigos del pueblo, lo mismo que hizo Hitler al inducir el odio y el exterminio de los judíos. Es decir que esta maldad colectiva es de vieja data, cambia de trajes, por ejemplo, ahora en EE. UU se induce a sectores de la población a odiar a los latinos y en  países hermanos se cargan de xenofobia contra los desplazados y hambrientos venezolanos que han visto obligados  huir. 
Tragedia de Guyana 1978

La inducción al delirio colectivo, a esa locura puede ser peor si se utilizan medios como la televisión, las redes sociales, la prensa para contagiar amplios sectores, como se ha hecho en Venezuela con esa perversión que llaman hegemonía comunicacional, un bombardeo de mentiras, de medias verdades y de odio, las 24 horas del día en todos los medios controlados por el Estado, durante 18 años. Esa siembra hoy da sus frutos en fanáticos uniformados, en colectivos empoderados, en toda la basura social de la marginalidad enseñoreada.
El poder de los pranes,
nueva nomenclatura revolucionaria.
Hay casos emblemáticos de esta locura del contagio de este “virus del alma”. Quizá sea la tragedia de Jonestown en la Guayana Británica el caso más terrible de suicidios colectivos. Ocurrió en 1978 y murieron 909 personas, incluidos 303 niños, siguiendo las directrices del pastor Jim Jones, líder de la secta “El Templo del Pueblo”. Más reciente y estrambótico fue lo ocurrido en el Rancho Santa Fe, en California, donde 39 adeptos de la secta “Heaven’s Gate” se suicidaron para transportarse así a una nave espacial que iba tras el cometa Hale-Bopp.

Cuerpo militar  fanatizado para infundir  terror en la población civil

 La dinámica es siempre la misma, con Hitler, con Stalin, con Fidel, Isis, con Maduro, con el fundamentalismo islámico, explotar mentes débiles, envenenarles el alma, hacerles creer que exterminar o auto inmolarse es lo que quiere Dios, el caudillo o el partido, para los efectos de perversión es lo mismo todo un sistema de creencias delirantes al servicio de una ideología, una religión, un grupo político, social o religioso. Allí se mezclan prejuicios, odios, política, religión un coctel explosivo que hoy vivimos, no solo en Venezuela Lo mismo es ser del KKK clan anti afro, que nazi anti semita, que madurista anti derecha, que fanático islamita. Todos son la peor enfermedad de la humanidad. La tolerancia, el respeto a las creencias ajenas, la libertad como sistema de valores está en crisis y por desgracia, muchos que afirman estar del lado de la verdad, parecen contagiados también por ese virus de la intransigencia y del odio y se empiezan a notar síntomas preocupantes de radicalismo que pueden terminar muy mal. La justicia llegará y se ocupara de quienes han cometido todo género de crímenes y desafueros, pero el odio es una enfermedad del alma y se contagia muy fácil.

Solo una locura en uniforme , más allá de los intereses crematísticos , puede moralmente tratar de justificar la obediencia militar a tanto mal, por encima del mandato constitucional. No hay obediencia absoluta, ni la  irracionalidad de un robot armado que no siente ni padece los males de su pueblo. Muchos uniformados delinquen para expoliar a humildes ciudadanos que huyen por la frontera, eso es una realidad probada en un estado de absoluta anomia.

Venezuela no solo se cae a pedazos literalmente, sino que toda la institucionalidad, las armas y la justicia están al servicio de la maldad.La locura del suicida.







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