Del Socialismo radical al madurismo fascista
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Dos caras de una misma moneda: El Totalitarismo.
Mussolini resumía la filosofía fascista con una frase: “Todo en el
Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado”.
En junio de 1961 Fidel Castro repitió esa
misma frase al trazar la política cultural socialista cubana: “Dentro de la
revolución (léase Estado) todo, contra la revolución, nada, ningún derecho”.
¿Casualidad? No lo creo, Castro en su juventud fue un gran admirador de
Mussolini.
Las bases del comunismo son igualmente el
colectivismo, el partido único, la propaganda y el adoctrinamiento de las
“masas”, de las que exige total sumisión para formar al hombre nuevo que vivirá
en la sociedad superior. Se suprime la libertad de prensa, se alienta el temor
popular a un enemigo imaginario (el imperialismo y sus agentes internos) para
exacerbar el nacionalismo patriótico y mantener una psicología permanente de
plaza sitiada. Enemigos inventados, guerra económica.
Todo dentro de la Constitución,
nada fuera de ella (Hugo Chávez)
Para los narco-políticos y narco-militares no hay ideologías,
son la síntesis de todo lo negativo que puedan tener los sistemas políticos más
crueles y que le sean útiles a sus objetivos de mantener su estructura de
poder. Lo mismo son derechistas, izquierdistas, comunistas o santeros
El Madurismo es la expresión pura de la estupidez hecha
gobierno, es derivación decadente del chavismo, la expresión de la política de
forajidos y delincuentes en que ha derivado la “revolución bonita”. Ese
proyecto de país impregnado de un socialismo inicial atractivo, populista,
demagógico y charlatán, que robaba y repartía, que atrapó a millones de
venezolanos decepcionados de las fallas de la democracia representativa, de los
40 años de vida civil, el verbo de un buhonero vendedor de ferias, unido a la
bonanza de los precios del petróleo creó lo que podríamos llamar un “Estado
irresponsable”, derrochador, descarado, había suficiente dinero para crear un Estado
paralelo e inútil.
Un funcionariado inepto, sin saber nada de nada empezaron a
experimentar, a inventar el agua tibia, creyeron que era muy fácil destruir las
instituciones, la economía, los principios, los valores, la historia, con la pretensión
de hacer un nuevo país, cada loco con poder inventaba y cometían error sobre
error, pero el dinero fácil de la factura petrolera todo lo permite, hace a los
pueblos tolerantes con las idioteces de los corruptos con poder. En 18 años no
fueron capaces de hacer nada que sirviera, todo fue un fraude un desmadre de
corrupción que pudrió a la nación. Un capitalismo de estado lleno
de una efervescencia de infantilismo izquierdista o seudo-leninismo que
aparentaba un radicalismo con expropiaciones selectivas para complacer y
mantener una canalla comunista, de vagos, de mal vivientes que denominaron pomposamente
colectivos, gente que no es más que lumpen empoderado, con un disfraz de pueblo,
a los que se le ha permitido todo género de tropelías y hoy los usan como fuerzas
de choque para la represión. El poder de las armas en manos de delincuentes
para aterrorizar a las comunidades y someterlas política y socialmente. La perversión
en su máxima expresión.
De ese arroz con
mango, de esa merengada de podredumbre y corrupción solo quedó la destrucción de
un aparato económico representado por empresas industriales, agrícolas y
pecuarias, de las cuales solo quedan deudas y ruinas. Hoy para poder alimentar
al venezolano hay que importar hasta el arroz y los dólares se esfumaron en la
corrupción, un millón quinientos mil millones de dólares se perdieron y hoy Venezuela vive
para su vergüenza una crisis humanitaria. La importación de comida es un vulgar
negocio del generalato, una complacencia asquerosa para tener a los militares
como marranos cebados, gordos, bien comidos, esperando su sábado.
Los secuestradores de Venezuela se revuelcan como fieras, no
reconocen su fracaso en la administración decente de la riqueza colectiva, solo
tuvieron éxito en su vulgar enriquecimiento personal, complementado con el
tráfico de drogas, el contrabando de extracción, el manejo descarado de los
dólares preferenciales, un carnaval, un derrape permanente que destruyó una
nación.
Hoy, no conformes con
todo lo saqueado, con lo repartido a los chulos del mundo comunista e
izquierdistas se empeñan en mantenerse en el poder, no es fácil dejar esas
fuente de riquezas, sobre todo cuando se tienen tantas deudas que pagar,
ya no cuentan con los votos que tuvieron en los primeros
años, ahora la democracia representativa, ni participativa les sirve, ya las
elecciones no les funcionan , no hay dinero para complacer a la clientela
electoral y no pueden ganar ninguna elección y simplemente toman la
determinación de cambiar las reglas de juego en medio del partido y se embarcan
un proceso constituyente violando todos los principios que teóricamente están
en la Constitución vigente, con el único fin de darle legalidad a un régimen de terror, a una dictadura que es
un hibrido de stalinismo, castrismo, al caponismo, “pabloescobarismo” y
fascismo mussoliniano. Un monstruo para consolidar un narco-estado, cuya única
credencial es ser uno de los países más corruptos del universo.
Sus asesores como el jurista Hermman Escarrá
escogieron el camino del corporativismo como forma de Estado y de gobierno, que
sustituye el sistema de Soberanía popular y secciona o segmenta territorial y
socialmente el cuerpo electoral de la Nación. El voto universal, directo y
secreto es suprimido. Al igual que las libertades públicas. La represión del
Estado contra disidentes y opositores aumenta de grados e intensidad. ¿El
cuerpo electoral es dividido en parcelas de gremios por oficios y profesiones,
e incluso edades, sexos, religión y, algo increíble razas? así como de grupos territoriales de intereses.
Todos afines y nucleados, controlados por el aparato del partido y el Estado.
Los
principios de “elegibilidad” y “revocabilidad”, sostenidos paradójicamente por
la doctrina leninista y trotskista, como por las democracias burguesas de
occidente, son ignorados, repudiados y combatidos. Se sueldan las piezas de la
máquina de dominio de la “nueva clase”, sobre el conjunto de la sociedad en
forma indestructible y permanente, ya que los funcionarios del partido son los
mismos altos funcionarios del gobierno y del Estado. Con el modo escogido para
la elección y composición de la asamblea constituyente por el presidente
Nicolás Maduro, se asiste otra vez en tierra americana, a la resurrección
política del "Duce" Benito Mussolini, con un profundo olor a coca.
Ya Chávez no es útil, ni Bolívar, ni la
democracia participativa ahora es fascista, peronista. Medellín de los años 80
es el modelo. Venezuela se hunde definitivamente en el tremedal de esa cloaca
rota que es militarismo-madurista, hay que parar esa locura y cambiar de
gobierno. No es fácil por el poder y las armas que ha acumulado, pero no
imposible si hay una determinación clara. El Madurismo ya no es un gobierno es
una especie de mafia de locuras cuyo único sostén son los corruptos militares.
El fin está cerca.
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