VENEZUELA EN MANOS DE UNA PANDILLA MILITAR.
Un hecho inédito en la historia una gavilla de malhechores se
apodera de un Estado.
Los venezolanos y el mundo tenemos la impresión de que Nicolás
Maduro y sus esbirros militares y paramilitares están acorralados, sus
violaciones a la Constitución y a las leyes no puede ser tolerado ni por los
venezolanos, ni por el mundo occidental. El saqueo de las arcas del Estado, la
violación de los DD. HH, el estado al servicio del delito y el narcotráfico ya traspasaron
hace rato el umbral del mundo civilizado. Parece que se agotaron las
violaciones a la ley y a la decencia. Pero estas infracciones horrorosas contra todo lo racional y lo humano, donde ya
no quedan ni las hebras del hilo constitucional, tiene su “guarimba” en el
cacareado principio de la “no injerencia en asuntos internos de la nación” Todo
indica que el régimen con el mayor descaro se atrinchera en una brutal
dictadura, matando, encarcelando, aterrorizando porque tiene la seguridad
absoluta que ni siquiera una
manifestación de 10 millones de personas desarmadas les pueden hacer algo y su
cálculo político les dice que nada de lo que hagan en materia de violaciones a
los DD.HH les podrá afectar, porque el ordenamiento jurídico internacional está
hecho para frenar gobiernos autoritarios, dictadores tradicionales pero no para
combatir los desmanes que comete el CRIMEN ORGANIZADO INTERNACIONAL, UNA
GAVILLA DE CRIMINALES que ha tomado el
control del Estado venezolano por la vía electoral, que se apoderó de las Instituciones,
las doblegó, que utiliza el Ejercito del mismo país como fuerza de ocupación
para humillar y asesinar a los venezolanos y que utiliza su organización,
apresto y legalidad en el monopolio de la violencia y de las armas para hacer
alianzas con organizaciones mafiosa como
las FARC para poner toda infraestructura militar al servicio del tráfico
internacional de drogas. No hay
mecanismos jurídicos internacionales, ni un modelo de cooperación regional que
permita rescatar al Estado venezolano de esa mafia sin violar la soberanía. La
Carta Democrática de la OEA, no es más que un saludo a la bandera, todo el alto
gobierno tiene expedientes en la DEA por tráfico de drogas y lavado de activos
y solo llegan a formar parte de una lista negra, pero hasta allí, algún embargo,
alguna prohibición que a ellos les importa un comino, mientras siguen
conservando el poder y la riqueza nacional.
Solo le queda al pueblo venezolano
y sus líderes luchar solos, desarmados contra el horror de un ejército que usa
a civiles delincuentes armados y un organismo militar podrida como es la GN
para atropellar, apresar, juzgar, condenar y matar a los opositores. Esos
crímenes no tienen límites, lo mismo pueden matar 50 venezolanos que 100.000.
Su objetivo no es servir al pueblo es saquear la riqueza venezolana al costo
que sea y cómo sea con el único fin de mantener lo que ellos llaman la
revolución mundial anti imperialista.
La tragedia venezolana está programada para repetirse en otros
países de América. Hoy somos un laboratorio experimental donde los neo-comunistas
ponen en práctica su nuevo modelo de dominación. Si esto fracasa se cae todo un
tinglado revolucionario, montado por el Foro de Sao Paulo, una franquicia
internacional del poder que abarca desde ganar unas elecciones democráticamente
hasta llegar a una dictadura tenebrosa al peor estilo estaliniano, como la que
vive Venezuela hoy, pasando por ganar una guerra de guerrillas perdida, el
financiamiento mediante el tráfico de drogas, el servicio al terrorismo islámico,
el saqueo de la riqueza nacional. No hay
escrúpulos, ni hay límites para estos criminales.
Para llegar a este punto fue necesario un plan perverso durante
18 años para desmantelar las FF. AA, la economía de la nación, expropiar el dinero,
el valor de las propiedades, acabar con la producción nacional, quebrar
económica y moralmente a Venezuela. Obligar a millones de venezolanos a emigrar.
Someter a un pueblo por la miseria, humillarlo con un carnet de la patria, el cual
vale más que la cédula de identidad. Después de haber llegado hasta aquí no los
van a parar unos muertos más o menos. Ni por la opinión del mundo.
La situación venezolana tiene un carácter excepcional, inédito,
ni los venezolanos, ni el mundo han tenido jamás que lidiar con una banda de
criminales dueños de un Estado. Ni Siria, ni Zimbabue, ni Sudan, Ni Eritrea
tiene el perfil de la crisis venezolana, ni son Estado en manos de
delincuentes.
Si queremos tener país en
algún momento hay que seguir adelante, en resistencia pacífica, en
desobediencia a las leyes injustas, desgraciadamente poniendo vidas hasta que
el tumor reviente, solo la vocación heroica del pueblo venezolano puede salvar
la Patria, hoy hecha girones. Ni la OEA, ni ONU, podrán hacer nada ellos se
blindan ahora con una nueva Constitución adaptada a su condición de forajidos, para
imponer un Estado Comunal, niegan elecciones porque esa nueva Constitución lo
establece y se amparan en el principio de Legalidad, aunque no tenga un gramo
de Legitimidad. Esa es la gran tragedia que vivimos, el mundo no está preparado
para enfrentar al régimen del mal. Pero los venezolanos estamos dispuestos a
darlo todo para sacar esos bellacos de Miraflores. Ese es el tamaño de nuestro
desafío.
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