EL "BOLIVARIANISMO" UNA ENTELEQUIA DE CHÁVEZ
El bolívar
es la moneda más devaluada del mundo, se tendría que hacer un movimiento de
protesta de la opinión pública nacional para quitar el nombre de Simón Bolívar
a esa ficha sin valor que es la moneda venezolana.
El culto
utilitario a Simón Bolívar no es el sano respeto que debemos al Padre de la
Patria, Libertador y cofundador de la República
,el “bolivarianismo” no es más que lo señalado por el historiador Don
Germán Carrera Damas:”Una línea vacía sin un cuerpo doctrinario”, hacen de
Bolívar el comodín que se puede amoldar a cualquier discurso “revolucionario”,
desde el antimperialismo radical, pasando por la moral acomodaticia de los
revolucionarios, la Soberanía, el nacionalismo chauvinista, la guerra, la paz ,
la educación, la cultura todo necesita un barniz “bolivariano”, se extraen
frases sin relación de contexto o se inventa para justificar cualquier necedad
que sirva de anzuelo y cubierta que
endulzada el veneno castrista y tratan de legitimar todo género de estropicios
que se cometen en nombre de Simón Bolívar.
La revolución castrista socializante y
extremista se cubre con el traje “bolivariano” ya que carece de atractivo por
su pobreza ideológica y total fracaso en crear bienestar para el pueblo. Se
busca colocar a Bolívar como el “padre putativo” del socialismo del siglo XXI,
el inspirador de los bandidos de las FARC, del ELN, de cuanto movimiento
terrorista y narco exista en el mundo, un gancho para atraer incautos, ya que el
“castrismo guerrillero” no tiene la potencia política, ni el marxismo leninismo
es digerible para los pueblos latino-americanos, en cambio con el
“bolivarianismo” se puede engañar, se puede manipular. Todos los pueblos de
América tienen una identificación con nuestro Libertador. Cualquier bazofia
ideológica se envuelve en traje bolivariano y puede entrar de contrabando, un
“paquete chileno” tal como ocurrió en Venezuela
Tuvieron la
audacia de colocarle a la República de Venezuela un adjetivo calificativo “Bolivariana”,
un sesgo fascistoide para estigmatizar a los opositores al régimen como antipatriotas,
anti bolivarianos y traidores; ejercer
el democrático derecho a oponerse a esta locura, es llevar el “INRI” de la anti
venezolanidad, esa es una de las características segregacionista de este
carnaval de fascismo y comunismo, de este delirio de estupidez que llaman
revolución del socialismo del siglo XXI, bolivariana, zamorista etc. etc. Con
esa desfasada consigna necrofílica de “Patria o Muerte”, toda una andanada de charlatanerías,
cuyo verdadero contenido es el totalitarismo militarista, castrista, corrupto e
ineficiente.
Hasta el
rostro del Libertador lo cambiaron para fabricarse un Simón Bolívar a su medida,
el Bolívar liberal, el Bolívar aristocrático, el Bolívar verdadero no les
servía, era necesario violentar el referente grabado en la mente del venezolano
para hacer un Simón Bolívar totalmente diferente, esa es una perversa manipulación que busca
acabar con el Simón Bolívar real, porque
es muy peligroso, pues apena se indaga un poco en la historia se descubre que
no hay nada más anti- bolivariano que este pichaque de revolución, de
empoderamiento de hampones y entronización de la marginalidad,
En su afán
inventaron que los norteamericanos habían envenenado a Simón Bolívar, crearon cuentos
y los transformaron en esa historia, buscaron historiadores tarifados que le
dieren un poco de seriedad a esa locura y así justificaron ante el mundo, especialmente de los países Bolivarianos,
la violación de la memoria histórica del padre de cinco naciones y procedieron con alevosía a violentar la tumba sagrada de El Libertador
Simón Bolívar; el pueblo en venganza crea el mito, la leyenda urbana de la “Maldición del Panteón” que
ronda sobre la vida de los usurpadores, tal como ocurrió con los violadores de
la tumba de Tutankamón en Egipto. La gente del pueblo lleva la cuenta de los
muertos, los que están en la lista y mantiene en estado de pánico a la cúpula
gubernamental que permanece con vida.
Esa nueva casta de bribones en su fanatismo y
ambición de mantener el poder “como sea”, se hacen esclavos de la superstición
y aceptan la manipulación, hasta cierto punto pérfida, al creer que pueden absorber
con prácticas esotéricas la “energía inmanente” de la figura de Simón Bolívar.
El personaje
histórico más utilizado, manoseado y confiscado por la revolución del siglo XXI
es Simón Bolívar.
Oponerse al chavismo es anatema, al estilo de
la inquisición , ellos son los depositarios, intérpretes y “sumos sacerdotes”
del “sanedrín” del culto “bolivariano”,
quien no comulga con su satrapía es condenado a la discriminación, a la
represión, a la cárcel o al exilio, ellos son la única verdad, los únicos que
tienen la razón y todos los demás así representen el 80 % de los venezolanos estamos
equivocados, somos piezas del imperio, traidores, vendidos, cipayos, agentes de
una guerra económica y todo lo que puede hasta justificar la muerte, en manos
de un miliciano armado, con su moto y respaldado con la absoluta impunidad.
Hacer de
Simón Bolívar el padre e inspirador de todo este caos en que se ha convertido
Venezuela, el territorio más peligroso del mundo, el de la mayor inflación y
devaluación, de mayor miseria y hambre es el peor irrespeto al Padre de la
Patria.
Simón
Bolívar no merece estas afrentas.
El bolívar
es la moneda más devaluada del mundo, se tendría que hacer un movimiento de
protesta de la opinión pública para impedir que el nombre de Simón Bolívar se
continúe usando en esa ficha sin valor en que el gobierno ha transformado la
moneda venezolana. Se les dice popularmente “BOLIBURGUESES” a la nueva
oligarquía corrupta venezolana cuando sus nombres correctos deberían ser
llamados los chaviburgueses.
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