¿UN MAL GOBIERNO O EL GOBIERNO DEL MAL?
En Venezuela no solo tenemos un “mal gobierno”
sino que tenemos el gobierno del mal. Un mal gobierno se caracteriza por una
mala gestión, por el uso abusivo del dinero público, por la corrupción, por la
impunidad, por unos resultados desastrosos, por la multiplicación de la
pobreza, por el deterioro de la sociedad, por el crecimiento de la delincuencia
por mil razones altamente conocidas por los venezolanos. Los gobiernos del mal
son aquellos manejados por mentes siniestras que dedican todo su esfuerzo en transformar
al ser humano, crean un sistema que abarca todos los espacios de la vida, que
penetra el pensamiento e incluso la vida espiritual con el objetivo del control
total y absoluto del individuo, anular su libertad y ejercer dominio sobre su
identidad y voluntad.
Toda la maquinaria propagandística del gobierno (Medios)
ejerce lo que ellos llaman la “Hegemonía comunicacional” para obligar a pensar
y actuar en una sola dirección, todo un proceso reforzado por una cadena diaria,
CASI LAS 24 HORAS DEL DÍA, con la cual se busca el control mental de sus
seguidores. Funcionan como todas las sectas destructivas, fanatizadas que
descomponen la identidad, sustituyen sus creencias, impulsan un comportamiento,
una manera de pensar, hablar, gesticular, les aíslan de sus familiares,
amistades, de cualquier elemento que pueda influir en dirección contraria a la
identidad artificial que permite llevar la vida como un rebaño sometido y
controlado. Es lo que podríamos denominar una vigilancia “diabólica” donde los
ojos del supremo están allí observándote
para premiarte o castigarte si trasgredes sus órdenes, las cuales llegan a
través de unos oscuros personajillos, que hacen de intérpretes del oráculo de la revolución y al mismo tiempo se
dedican con mucho ímpetu al robo y la corrupción
más desaforada. Una competencia de servilismo y putrefacción, de manipulación y
descaro. Ellos saben perfectamente que todas sus mentiras jamás serán
cuestionadas por sus seguidores, están totalmente alienados y no son capaces de
diferenciar la mentira adobada, la media verdad, la verdad relativa o la verdad
absoluta. Ejercen un credo totalitario que le impide dudar, Por el contrario
las causas de todos los males, para ellos, son otros, los cuales son los
bautizados como “la derecha, los apátridas, los escuálidos”, adjetivos usados
con toda una carga significativa y simplista, que le hace creer que ellos son
los buenos y los demás los malos, por lo tanto merecedores del odio, del
desprecio y si es posible de castigos físicos y hasta la muerte.
Hay un remplazo gradual de la identidad original
por otra artificial controlada y sumisa que impide reaccionar contra sus
opresores, que está dispuesta a padecer hambre y miserias porque esa es la
orden que tienen en su subconsciente.
Un chavista convencido, controlado y sumiso se
conoce cuando habla, es como un robot que repite sin razonar los más torcidos
argumentos que recibe diariamente una
dosis medicinal anti persona, a través de los medios de comunicación, La piedra
angular de la sumisión es adoración sustitutiva del verdadero Dios de su
religión materna, por la idolatría a un “Líder Supremo y Eterno” el nuevo dios
sustitutivo que reemplaza todo el sistema de valores aprendidos desde el hogar.
Se controla la mente, se controla la vida y ese ser sumiso jamás se rebelará, no
le interesa ejercer la libertad, se la
entrega al estado para que un funcionario decida que come, dónde come, cuando
come, que lee, que puede ver en televisión, a quien saluda, con quien habla,
como se viste, de qué color es su ropa, como se educan sus hijos, en definiva
los convierten en piltrafas espirituales, cargadas de odio, de resentimientos,
seres sin esperanzas de progresar, conformistas que no se creen con capacidad
de emprender nada y llegan al extremo de sumisión que su alimentación depende una bolsa de comida que le entregan si es
fiel a la revolución
Ese es el “hombre nuevo” del ideal comunista, una
especie de hormiga feliz en su hormiguero trabajando para mantener a los zánganos
y a los burócratas que ejercen el poder en su nombre.
ESA MANIPULACIÓN DE LA CONCIENCIA ES EL ORIGEN DE
NUESTROS MALES
El comunismo es una “religión” que
rinde tributo al Mal Una secta destructiva de las sociedadesComo en toda secta destructiva de sociedades, el comunismo no es solo una ideología (Fe), y un partido (iglesia), para sus seguidores es la construcción científica de la utopía de la “Tierra Prometida”, cuando en realidad, es la reencarnación más terrible del infierno en la tierra, una oscura historia de represión y terror, que ha provocado millones de muertos.
El comunismo no ha muerto cambia de traje, sus
métodos de influencia están presentes en las universidades, institutos, O.N.G.
de allí salen los desactivadores de cerebros, formados para el mal. Cuba y
Venezuela viven una tragedia inducida, pero en la lista no termina allí, lo que
para nosotros es un fracaso, porque lo vemos como un mal gobierno, para ellos
es el éxito, mientras más pobres, más gente sometida, a más colas y escasez más control político al
igual que ISSIS, o cualquier secta religiosa el “paraíso” ofrecido, esa utopía
que jamás llegará, no es más que una estafa social y política, un engaño para
controlar la sociedad.
Cuando muchos de nuestros políticos hablan de
diálogo con el gobierno se olvidan de esta premisa:”Comunista no dialoga” a
menos que esté vencido, lo cual no es un
diálogo sino una capitulación. El comunista, el guerrillero hace fintas para engañar,
al final impone su sistema maligno.
Hoy la civilización occidental, la cultura
democrática, la libertad como sistema de vida está en peligro, hay una alianza estratégica
como una tenaza, donde una mandíbula es el fundamentalismo islámico y la otra
el totalitarismo comunista sus objetivos por ahora son compatibles.
EN VENEZUELA NO SOLO TENEMOS UN MAL GOBIERNO,
TENEMOS EL GOBIERNO DEL MAL
Algo para pensar.
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