Gustavo Delgado Bandes presente en el recuerdo.

             EL TIEMPO NO PASA.PASAN  LOS RECUERDOS.
Los Hermanos Delgado Bandes y los amigos de la calle Zamora.


La niebla del tiempo flota en los recuerdos, uno se detiene y pretende agarrarlos pero el paso de los años nos hace entender que el tiempo es un hueco vacío que solo se puede llenar con nuestras vivencias y recuerdos. El tiempo no existe, el tiempo somos nosotros y nosotros somos un jalón de recuerdos.



Hoy viene a mi mente la muerte absurda de un amigo de juventud, me refiero  a  GUSTAVO DELGADO BANDES, el hijo de Don Gustavo Delgado, el último farolero de Cùa, quien con una enorme vara de bambù pasaba la mágica cuchilla que daba luz a las calles del pueblo, Don Gustavo el fundador de la primera funeraria que tuvo nuestro pueblo. Gustavito formaba parte  de esa muchachada cueña que se daba cita en la plaza Bolívar para ver pasar, en esa noria de colores alegres, que eran las bellas muchachas de Cùa, dando vueltas  a la plaza en la noche dominguera. Sano divertimento de una época de bondad.



En aquel año de 1967, apenas trascurridos unos 28 días del terremoto caraqueño del 29 de julio corrió una triste noticia apareció en el cauce del río Tuy, frente a la arenera El Conde, donde Gustavo trabajaba, su cadáver con un fuerte golpe en la cabeza.  Quién cometió ese crimen, cuáles fueron las causas, todavía hay muchas dudas, nada claro. Lo cierto fue que ese día la tranquilidad de un pueblo donde nada pasaba se rompió, un preludio que anunciaba la hecatombe que se nos vendría encima 45 años después-

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