EL PAÌS EXTRAVAGANTE (Bizarro)
Aclaratoria.
(El uso del francés Bizarreé).
Se usa mucho la frase: “El país bizarro”. En
castellano bizarro es esforzado, valiente, corajudo y no tiene nada que ver con
extravagante, raro, extraño. Por lo cual, prefiero usar la palabra
extravagante.
¿El
chavismo ya no es un modelo político para América Latina?
Boric el nuevo presidente comunista chileno lo
llama” modelo fracasado” Castillo el “sombreruo” presidente de la izquierda
peruana reniega del modelo implantado en Venezuela y Nicaragua. Petro el
izquierdista colombiano que encabeza las encuestas hace un silencio que dice
mucho.
El modelo chavista-madurista se ha convertido
en impresentable ante el mundo y quien lo defienda pierde puntos en las
encuestas, pero el corazón de Boric, de Castillo y de Petro, como el de López
Obrador es comunista y sus accionar siempre se encamina al estatismo, al
centralismo leninista, a la expropiación y al combate frontal contra el
capitalismo, el libre mercado y la democracia.
Hay una
opinión manipulada para amortiguar el impacto de un pésimo sistema socialista
implantado en Venezuela. Hay quienes afirman que no es socialista. Todo depende
del cristal de la mirada. Pero nadie puede negar que el régimen venezolano y su
carga de corrupción e ineptitudes es socialismo puro tutelado por cubanos y
apoyado por la izquierda y el progresismo mundial.
Los mismos partidos democráticos de la oposición
venezolana jamás se han puesto de acuerdo para calificar al régimen madurista, no
hay una visión clara sobre su ilegitimidad de origen y desempeño. Incluso hay
sectores opositores reconocidos que se declaran incapaces de encontrar la
formula adecuada para poner fin al régimen chavista madurista y están convencidos
y así lo hacen saber sus voceros que ante la imposibilidad de lograr un cambio
por la vía electoral o cualquier otra alternativa solo queda el camino de la colaboración
y participar en todas las farsas electorales, en los seudo diálogos, hacer un
juego para ocupar espacios. Es la actitud política de renunciar a la resistencia
activa (No violenta), el desconocimiento real del régimen. Al hacer ese doble
juego se han hecho el harakiri político y el régimen ha logrado una legitimidad
de facto a lo interno, aunque a nivel internacional hay un statu quo diferente,
con la creación de una figura extraña de una presidencia paralela representada por
Juan Guiadò y que representa intereses políticos que no tienen un alto interés en
poner fin al régimen, sino en administrar recursos y bienes geográficamente
ubicados en el exterior. Esa presidencia paralela tampoco hace nada efectivo para lograr el
cambio.
Al final tenemos una oposición postrada, sin
fuerza, desmantelada y con un prestigio por el suelo.
Se ha llegado a un punto donde algunos que eran oposición,
hasta hace algún tiempo; han dejado de serlo. La comunidad internacional lo sabe
perfectamente. Ya no hay competencia democrática en el país. Casi no hay medios
libres. Los partidos, incluyendo el PSUV, han cambiado de función. Ya no son
mediadores entre sociedad y Estado. Se han transformado en distribuidores de
puestos asignados por una camarilla que ejerce el poder. (diputados, concejales,
Gobernaciones, alcaldías) Las votaciones no eligen; los cargos son asignados
por pactos entre sectores seudo opositores y el régimen.
Los partidos se han convertido en cascarones
vacíos en manos de un liderazgo elegido a dedo por el TSJ, no por las bases
partidistas.
Es muy claro que ya esos partidos, sino se reinventan,
organizan y fijan metas claras, por encima de la legalidad impuesta por el TSJ,
han dejado de ser la vía para terminar la tiranía.
No importa que se pueda ir a elecciones,
tampoco influye que haya abstención; los partidos que son el instrumento
democrático para la alternancia, ya no existen, hay individualidades
opositoras, aisladas, descoordinadas y eso no cambia gobierno.
Las mayores reservas de petròleo del mundo.
Solo queda el camino de la resistencia activa
a lo interno, con apoyo internacional. La población y la sociedad se han debilitado en una lucha de largos años y una
grave crisis económica, factores que no permiten eficacia opositora contra la
dictadura. El debilitamiento económico y el traslado de la riqueza nacional a
una nueva oligarquía (boli burgueses y militares) limita el financiamiento de
la oposición, la cual ahora depende fundamentalmente de la ayuda internacional.
La ayuda y el apoyo
internacional son muy útiles en esta lucha, pero sin un poderoso movimiento de
residencia interna se hace ineficaz para lograr un cambio. Se va creando un
statu quo de pasividad, de ausencia de movilización que termina en una epidemia
de gran desesperanza nacional.
Históricamente se ha demostrado que las
dictaduras, de diversos orígenes, se han caído o se han debilitado cuando se
les ha enfrentado una población desafiante y movilizada. Esa lucha causa terror
en las tiranías, saben que no son capaces de soportar una presión creciente a
lo interno y una presión internacional asfixiante. Por eso invierten millones
de dólares en cooptar, dividir, destruir, desmoralizar, desmovilizar e
infiltrar a una verdadera oposición.
La oposición ha terminado cooptada, dividida e
infiltrada.
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