NUESTRA
POBREZA ES MULTIDIMENSIONAL.
“Somos
pobres para que ellos sean multimillonarios”.
Así
como la oposición se declara incapaz de poner fin al régimen socialista del
siglo XXI, el régimen madurista, a su vez, se rinde definitivamente ante la
pobreza. Ambos, comprendiendo sus profundas limitaciones optan por la
convivencia. Es decir que los venezolanos estamos condenados a soportar al régimen
socialista del siglo XXI y a chapotear la pobreza para siempre como nación.
La pobreza hoy en día es algo más complejo que
no tener dinero o muy bajos ingresos que no cubren las necesidades, en ese
estado de necesidad estamos el 90% de
los venezolanos. Pero si agregamos el concepto de POBREZA MULTIDIMENSIONAL que
son las muy variadas desventajas que tenemos los venezolanos como el acceso a
la salud, la creciente desnutrición, la carencia de agua potable, de
electricidad, un trabajo mal remunerado, bajos niveles de educación, la pésima calidad
de vida, todos estos índices nos indican que todos los venezolanos, inclusos
los privilegiados que tienen ingresos suficientes padecemos de POBREZA MULTIDIMENSIONAL.
Es medir la manera de cómo somos pobres,
no solo la falta de dinero.
En definitiva, el mal gobierno, CONVERTIDO EN
RÈGIMEN ha perdido la batalla contra la pobreza, es incapaz de prestar unos
servicios públicos aceptables, la vivienda, la salud, la educación, el transporte,
el empleo, la seguridad social y personal es una total catástrofe. Lo más grave
es que ningún venezolano puede vivir con los salarios establecidos por ley y
necesita sobrevivir de lo que llaman REBUSQUE. Como complemento a la tragedia la pandemia llegó `para consolidar el naufragio
social y para darle una excusa más a la
ineptitud oficial.
Millones
de venezolanos para poder garantizar el derecho a comer tienen que huir por las
fronteras y convertirse en exiliados o desplazados económicos. Los únicos “avances”
solo se pueden medir en el crecimiento desbocado de la delincuencia en todas
sus dimensiones: Narcotráfico, extorsión o matraqueo, robos, secuestros y
aumento geométrico de los cordones de miseria en los barrios y urbanizaciones
de clase media, las zonas rurales las condiciones son peores.
En la superación de la pobreza y cumplir las
llamadas metas del milenio, el régimen socialista del chavismo está aplazado,
los indicadores solo reflejan una situación de crisis humanitaria y por
ausencia de medidas se hace crónica. La gente se acostumbra a la pobreza, a la
mala calidad de vida. La pobreza multidimensional crece como la mala hierba. La
caída del PIB no lo va a frenar la apertura de los casinos, ni los bodegones,
mucho menos los planes delirantes que pasan por la cabeza de Maduro y sus asesores
y que presentan siempre como la gran solución.
Para
empezar a superar la pobreza se necesita un cambio radical en la implementación
de las políticas del Estado, proyectando el sector privado como el centro de un
gran proyecto modernizador, generando confianza y sobre todo educando para un país
productivo. Nada de eso se está haciendo, todo lo contrario, el régimen sigue
con sus proyectos comunales de pobreza, de reparto de bolsa de comida, de bonos miserables,
porque necesitan al venezolano pobre, es el control social y político al estilo
implementado en la URSS, en Cuba, en la Europa del Este para que se le
garantice su continuidad eterna en el poder. Es un fracaso social y el éxito de
la perversidad, impuesto por razones de poder, todo lo cual coloca en peligro
la viabilidad de la nación. Estamos tan mal o peor que Haití, aún con todas las millonarias reservas
de hidrocarburo. Claro está, el tema de
la pobreza no forma parte de la agenda de negociación entre el régimen y la oposición.
No es prioridad. Lo que interesa al final son los cargos a repartir en
convivencia. Los pobres llegaron para quedarse.
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