VIVENCIAS.
SE SIENTE UN FUERTE
MOVIMIENTO SÌSMICO.
Aquel sábado 29 de Julio de 1967, las 7.45 de la noche como
era costumbre estaban sentados en torno a una mesa del Bar El Campito los tres
amigos de siempre. La rockola marca Wurlitzer repetía por cuarta vez el disco
de moda, un ritmo que se empezaba a llamar Salsa, porque Fidias
Danilo Escalona, en su programa por radio Continente, entre pieza y
pieza de música antillana decía, para hacerle propaganda a una salsa de
tomates: “La hora de la salsa”. Era Joe Cuba y su Sexteto con el “Bang Bang”,
un boogalo al estilo de Nueva York que escribieron el director de la orquesta Joe
Cuba y el timbalero Jimmy Sabater, con la finalidad de atraer la atención del
público afroamericano que asistía sus conciertos. Era una extraña mezcla de
ritmos latinos con la sensibilidad del blue y del rhythm. El experimento
funcionó a la perfección, con una super venta de discos y presentaciones, que
generó una escuela de seguidores e imitadores, se puede considerar que ese
disco marca un antes y un después en la música tropical.
Las rockolas de
nuestros pueblos tenían años saturadas con la dictadura musical del despecho de
un Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas, por vez primera se empezaba a imponer un
ritmo centrado en el baile alegre y tropical distinto a Billo`s y a Los
Melódicos. Las rockolas en los bares de aquellos años eran unos instrumentos
consagrados al dolor y al despecho, acompañada con la cerveza bien fría, el
tercio Polar o Caracas, la maraquita de anís, la cuba libre o los dulces tragos
de Zamurito.
La ranura de la
Wurlitzer recibía su bolívar de plata y regalaba cinco canciones. José, uno de
los amigos de la mesa, vuelve a repetir mismo boogalo “Bang Bang”. Una melodía
de salsa de Richie Rey y Bobby Cruz el
“Jala Jala”. “A las seis es la cita” con Cheo Feliciano y el sexteto de Joe
Cuba, quizás inspirada en el viejo bolero que cantaba Panchito con su vibrato
en la voz.” El Profesor Rui Ras con la orquesta Billo`s y los Corraleros del
Majagual con “La Yerbita”. Un bar sin rockola, sin música, no podía existir,
era la reina del salón, todo giraba alrededor de la magia de aquellos discos de
acetato de 45 rpm que vendía el Sr. Urbina.
Llovía aquella noche,
un torrencial aguacero, nada extraño en el mes de julio, en la calle se sentía
las cornetas de un auto que llevaba unos novios al templo para contraer
nupcias, Carlos, otro de los amigos de la mesa dice: _ _Allí va Pascual Marín, se
casa esta noche. -- Llevaba un cortejo de amigos y familiares, varios autos
adornados le seguían, rumbo a la plaza Zamora
En aquel momento entra al bar un elegante señor con traje de
extraños colores, acompañado de una bella mujer de ojos verdes, se sientan en
una de las mesas y piden dos Whisky. De pronto, en el ambiente se siente un
profundo olor a tristeza, nadie puede definir aquel perfume de una extraña
suavidad, se sentía la inquietante la sensación de algo que estaba por ocurrir,
pero que nadie podía definir con claridad en aquel momento.
El reloj que marca los 8 y 6 minutos de la noche, de pronto se produce un extraño crujido que viene del fondo de la tierra, todo se mueve a nuestros pies, en el bamboleo se caen algunas botellas de licor que estaban en las viejas armadura exhibición. Un nuevo traquido de la tierra, ahora más fuerte. Un grito de unos de los parroquianos.
___ ¡TERREMOTO”! En ese mismo momento
se va la luz. Todo ocurrió en segundos, la gente corre a la calle en medio de
la oscuridad, Se cierra la Santamaría del negocio, por razones de seguridad. El
“Niño” Acevedo enciende un radio de baterías que tenía y sintoniza a Radio
Rumbos. ___ Extra, Extra Fuerte terremoto en Caracas y ciudades cercanas. La Histeria y pánico se apodera de la gente
que estaba a la puerta del bar El Campito, corren a sus casas para comprobar si
el terremoto ha causado daños materiales o si hay algunos heridos. Por suerte
en Cùa no hubo daños, solo Don Pascual Marín y su bella novia a quienes el terremoto
los tomó en medio de la ceremonia nupcial y fue suspendida.
La ciudad de Caracas
si fue afectada, especialmente la zona del Altamira y los Palos Grandes. El
Litoral sufrió graves daños en muchas
edificaciones. Muchas vidas se perdieron en este terremoto.
El terremoto de
Caracas del 29 de julio de 1967, le llamaron El “Cuatricentenario”, pues la
ciudad celebraba en ese mes 400 años de fundada.
Estas son nuestras
vivencias de acontecimientos de trascendencia que contamos para que queden en
la memoria colectiva de nuestro pueblo.
Comentarios
Publicar un comentario