A PATIR DEL 1 DE OCTUBRE EL SALARIO DE 7.000.000 SE CONVIERTE EN 7 BOLÌVARES SUPER FUERTES

 

RECONVERSIÒN O MAQUILLAJE DE PAYASO.



Sin una reforma profunda de la economía que nos saque de la cárcel socialista la reconversión monetaria es un maquillaje de payaso. Es lo mismo que los decretos de aumento de sueldos. El mal no son los ceros, es el sistema económico implantado en Venezuela.

 Ya en el 2008 se le quitaron tres ceros al bolívar y se la llamó demagógicamente EL BOLIVAR FUERTE. La inflación siguió campante para desgracia del venezolano. En el 2018 el heredero de la pradera socialista ordenó, con bombos y platillos la segunda poda de ceros al bolívar se le quitaron cinco ceros, pan comido, la economía se resuelve positivamente, según Maduro y sus acólitos.  La economía colapsó.



 Llegamos al 2021 con la mayor inflación del mundo, con los mayores niveles de pobreza, con la mayor migración (desplazamiento) de venezolanos. Una nación desmantelada en todos los ordenes y “oh milagro socialista”, los economistas de Maduro van por la vencida, esta vez si va a funcionar la reconversión monetaria, se suman en tres reconversiones la poda de 14 ceros Hoy se ordena mediante decreto ejecutivo, un ábrete sésamo y le quitan seis ceros. Es la magia de los ceros que no funciona, un círculo más que vicioso, es un círculo estupidez repetida, pues no se tocan las causas estructurales de la hiperinflación que disuelve el poder de compra y se convierte en papel inservible en muy pocos meses.

 Hay una realidad que no se puede ocultar, la economía venezolana se convirtió en una “piel de zapa” que se encogió desde 1999 hasta hoy en un 80%: Las políticas socializantes, estatizantes, expropiadoras del chavismo convirtieron la económica del país en un enano, no hay como cubrir las necesidades de una nación, escasez de recursos, escasez de bienes y servicios para llevar una vida normal y decente.

 Venezuela para cubrir el tamaño del Estado y de funcionariado necesitaba de un barril de petróleo con un precio por encima de los 130 dólares y las desastrosas políticas acabaron con PDVSA que generaba el 96% de la renta nacional. No hay fondos para cubrir el monstruoso gasto nacional, las empresas públicas quebradas por una pésima administración, no generan ingresos ni para cubrir el 20% de sus necesidades, por eso no hay luz, ni agua potable, ni gas, ni telecomunicaciones, ni metro, ni ferrocarril. No producen estas empresas públicas ni para pagar su nómina. Con una reducción del 80% de la economía el gobierno no recauda suficientes impuestos sobre la renta, ni IVA, ni aranceles de importación, no hay regalías, solo les queda la sobre explotación de las minas de oro del Arco Minero del Sur, con la depredación total del ambiente y en manos de delincuentes guerrilleros y militares El haber convertido a PDVSA en la caja chica del PSUV fue la flor que se coloca en la tumba de un difunto.

 No hay otra forma de sobrevivir que convertir el BCV en una imprenta de billetes sin valor, de dinero digitalizado sin valor. Las emisiones de dinero sin respaldo que realiza el BCV para cubrir el déficit fiscal es la razón del desastre económico que dispara los precios y la inflación y condena al venezolano a la más triste pobreza y lo obliga a huir del país.

 Sin un programa serio de profundas reformas económicas, empezando por reducir el tamaño del Estado, estabilizando la moneda con una dolarización formal, privatizando sectores estatizados. Frenando la fabrica de billetes en que transformó en BCV, generando confianza, se podría empezar el proceso de abatir la inflación que azota al venezolano y lo obliga a un rebusque dolarizado informalmente y a tomar el rumbo hacia tierras extrañas. La reconversión monetaria sin esas medidas básicas es una burla más.  Una comiquita de tantas que utiliza el régimen para engañar bobos.

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