LA MALDICIÒN DEL SIGLO XXI.

 

             ENTRE POPULISTAS TE VEAS.

                                                    Libro del Dr. ANIBAL ROMERO. 1986 

"Los delirios de la “Gran Venezuela”, sin embargo, son poca cosa comparados con la pesadilla que hoy vive el país. Entonces, al menos nuestra sociedad vivió una bonanza, que como todas culminó en amargura; pero actualmente no hay bonanza sino solo amargura. Pérez pudo creer con alguna base que el petróleo, unido a la coyuntura internacional vigente, presentaba realmente a Venezuela la ocasión de jugar un papel transformador a escala global, a pesar de nuestras obvias vulnerabilidades como país, de nuestra dependencia importadora, del bajo nivel educativo de la población y de nuestra orfandad en los campos del avance científico y tecnológico."  ANIBAL ROMERO. 

El grave problema del populismo y de la izquierda socialista es que sueñan con redistribuir la riqueza, según afirman está mal repartida, pero se olvidan de lo fundamental: Que antes de repartir hay que producir. Allí está el nudo del populismo, no tienen idea de lo que significa el esfuerzo para hacer una sociedad productiva. En nombre de la justicia distributiva apelan a la violencia de la expropiación y a la confiscación por antojo. Asfixian a la iniciativa de los ciudadanos, obstruyen con leyes y reglamentos la acción de los empresarios y comerciantes. Con esas políticas van destruyendo el aparato productivo, generando desempleo y pobreza, tal como ha ocurrido en Cuba y Venezuela, dos países embarcados en su aventura de socialismo estatista y centralizador.


                                  EL PUEBLO  SOY YO .

                                        DOCUMENTAL 

 Venezuela en 1945 renunció a la tímida propuesta liberal de los gobiernos de los generales López Contreras y Medina Angarita, con el golpe militar de octubre del 45 y la llegada A.D. al poder, se abre lo que los expertos llaman Capitalismo de Estado, gracias a la inmensa renta petrolera se establece un sistema populista financiado por el petróleo. El cual va a durar hasta hoy, con el matiz actual, profundizador de la izquierda   socialista irresponsable, durante los últimos 22 años. Acabaron en dos décadas con la renta petrolera y dejaron al país desnudo y pobre, con la única alternativa de emigrar, si no se quiere vivir en la peor miseria. Se pasó, en cómodas cuotas, de la relativa prosperidad, de un estado de bienestar que daba una ilusión de armonía, con un resplandor de bonanza eterna. Pocos se pudieron imaginar que el socialismo del siglo XXI se convertiría en un tsunami económico y social que destruiría las bases institucionales de la república y convertiría a Venezuela en uno de los países más pobres del hemisferio occidental.

El Modelo populista y socialista implantado en Venezuela es insustentable, no hay manera de financiarlo, ya no hay renta petrolera, se destruyó el parque industrial, se fomentó la hiperinflación, el país se endeudó, la economía productiva se diluyó y solo les quedó a los gobernantes  apelar a la destrucción del medio ambiente, mediante la aplicación de una devastadora minería, se volvió en el tiempo al modelo extractivo que llegó con los colonizadores españoles en 1492.La Amazonía venezolana está sufriendo la peor devastación en 500 años. Las selvas del llamado “arco minero”, reciben el impacto depredador del “ecosocialismo”, extravagante nombre, con gravísimas consecuencias ambientales, no solo para Venezuela, sino para el mundo.

  En lo político el populismo chavista permitió que Venezuela pasara de un autoritarismo personalista.  a una dictadura atroz, con sus extras de control social y político por necesidad y hambre y de máxima corrupción. Es un modelo agotado por las extravagancias, la demencia, la incompetencia y la corrupción al que no se le pone fin por el contagio de los mismos males que sufre la oposición y ahora la clase empresarial. Cómo se puede estar de acuerdo en compartir este modelo, de cohabitar con los verdugos, de estar dispuestos a ser funcionarios o socios del régimen, en una Venezuela que se está disolviendo en morbos de todo tipo y no asumir la única realidad honesta, que es poner fin al régimen.  Hoy no hay caminos de diálogos y negociaciones, sin una presión fuerte, creíble por parte de los burócratas convertidos en amos. Ellos tienen que sentir el agua al cuello, no el abrazo hipócrita y complaciente. Tienen que sentir la presión para que puedan consentir la realización de unas elecciones confiables. Ese panorama no se percibe por ningún lado. Hay elecciones “aliñadas” y acompañamientos que dan vergüenza.

 La promesa de redistribución de la riqueza, la ilusión de la inclusión socioeconómica y la aplicación de programas sociales demagógicos, efectistas, nada efectivos para superar la pobreza ya son ampliamente conocidos como fracasos históricos , a nivel de Hispanoamérica, esa  “trampa jaula” ya no debería funcionar, sin embargo hay un grave peligro siempre presente, la democracia liberal  no se consolida y los populistas con diferentes pelambres están al acecho, esperando la oportunidad, explotando las debilidades y el cansancio de los pueblos. La democracia y la economía de mercado siguen siendo proyectos muy complejos de llevar adelante por razones de orden cultural, lo más fácil es la oferta engañosa, el paquete de mentiras y cuando los pueblos toman conciencia de su equivocación, ya parece que es muy tarde para cambiar el rumbo al abismo.

 

 

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