EL ESTADO DISTRIBUIDOR DE SUBSIDIOS ES UN HIMNO AL FRACASO SOCIAL.

 

¿ESTAMOS CONDENADOS A LA POBREZA?



El populismo sigue siendo la fórmula de gobierno atractiva a las mayorías.

La historia es maestra de la vida, nos sirve para conocer los hechos que se van repitiendo como una noria. Indro Montanelli (1909-2001), periodista, escritor e historiador italiano, autor de libros reveladores, con objetividad y lenguaje ameno lleva al lector por escenarios donde actuaron quienes han sido protagonistas de la historia, responsables de lo que ha pasado. Grecia, Roma y Edad Media son una triada de obras sobre las grandezas y miserias de los conductores de las culturas que han sido modelos para Occidente y para los estilos de gobierno, que unas veces deliberan y otras deliran, inspirados en paradigmas que varían en sabiduría, métodos y vocación de grandeza. Unos pueblos, más maduros, se estabilizan; y otros, verdes todavía, suben y bajan sin lograr lo que los sociólogos llaman “desarrollo sostenible*”. Al final de Grecia Montanelli hace esta revelación (Se puede bajar el libro gratis de Google)



“(…) los griegos degeneraron en un materialismo general, cuyo objetivo eran los placeres. Para la masa popular, sobre todo en Atenas, nada había más importante que las fiestas y las funciones teatrales gratuitas. No necesitaban trabajar, pues el Estado subvencionaba a cuantos cumplían sus pretendidos deberes ciudadanos y les alimentaba sin exigirles nada a cambio. Este sistema perjudicaba la moral popular. Aristóteles comparaba esta ayuda a un tamiz: lo que se echa en él se cuela al instante. Además, incita a las masas a exigir cada vez más.


                Estatua de  Montanelli vandalizada
“El ateniense medio sólo veía en el Estado un organismo encargado de distribuir subsidios y organizar festejos. (…) la defensa de la ciudad se confió a mercenarios, símbolo de la decadencia de la época y la señal más evidente de la desaparición de los sentimientos cívicos (…) (…) todos hablaban de sus derechos, pero nadie de sus deberes, el fraude y la prevaricación eran habituales y eran inútiles los organismos de control; ¿para qué si ellos también se dejan sobornar? Se creyó que nuevas leyes estimularían los sentimientos cívicos y se promulgaron infinidad de decretos. El resultado fue que nadie se entendió en este laberinto de leyes y reglamentos y, en la práctica, cada quien obraba a su antojo. Lo positivo de la democracia ateniense se iba borrando, en tanto que los gérmenes de desorden (…) crecían sin obstáculos. (…).



Esto pasaba en Grecia antes de la era cristiana y sucedió después en Roma. El poderoso imperio se derrumbó “al peso de su propia podredumbre”, cuando la fórmula “pan y circo” y la molicie de los emperadores dieron al traste con la gloria y la grandeza. Caudillos populistas en Latinoamérica, “estadistas de medio pelo” de pantalla y pasarela, gobiernan haciendo un show, pueden llevar a sus pueblos a desbarrancaderos sin fondo.



 Venezuela es la vitrina de ese modelo tan antiguo como la humanidad. La lucha sigue siendo entre la civilización y la barbarie, entre el trabajo creador, gratificante y la molicie inducida por el populismo que cambia de ropaje con el tiempo.

·     1 ¿QUÉ SON LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE?

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, también conocidos como Objetivos Mundiales, se adoptaron por todos los Estados Miembros en 2015 como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030.

Los 17 ODS están integrados, ya que reconocen que las intervenciones en un área afectarán los resultados de otras y que el desarrollo debe equilibrar la sostenibilidad medio ambiental, económica y social.

Siguiendo la promesa de no dejar a nadie atrás, los países se han comprometido a acelerar el progreso para aquellos más atrasados. Es por esto que los ODS han sido diseñados para traer al mundo varios “ceros” que cambien la vida, lo que incluye pobreza cero, hambre cero, SIDA cero y discriminación cero contra las mujeres y niñas.



Todo el mundo es necesario para alcanzar estos objetivos ambiciosos. Se necesita la creatividad, el conocimiento, la tecnología y los recursos financieros de toda la sociedad para conseguir los ODS en cada contexto. 

 

 

 

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