Lo que está en juego no es una alcaldía, ni una gobernación es prosecución la República de Venezuela.
¿DÒNDE ESTÀN LOS LÌDERES QUE NECESITAMOS?
La crisis ya es un
suplicio que se alarga más allá de la resiliencia del venezolano. Es imposible
seguir volteando la cara para no ver nuestra agonía histórica. No hay otro
objetivo, más importante que liberar a Venezuela del yugo tiránico y criminal
de los socialistas del siglo XXI. Hay que derrocar al chavismo en todos los
terrenos, no se le puede dejar espacio,
para el pensamiento, ni para la palabra ni la acción del chavismo-madurismo.
Aunque suene a totalitarismo, a intransigencia. El mal debe ser extirpado de raíz,
es como un cáncer, si se deja una célula se reproduce y hace metástasis.
Para lograr esta magna tarea se requiere una plataforma
unitaria, más allá de los partidos políticos que realmente hacen oposición.
Urge una dirección política muy diferente a ese aparato que llaman G4,
caracterizado por su posición amorfa, desarticulada, poco atractiva y que además, envés de unir, mutila a la oposición verdadera. Entre sus integrantes hay
factores que no se representan ni ellos mismos, se notan tan timoratos que
parecen representar los intereses del régimen.
Con un liderazgo mutilado y amorfo
es imposible planificar, luchar y mucho menos liberar una nación resquebrajada,
rota, pulverizada, como Venezuela.
No hay unidad verdadera, ni hay fuerza moral y
sin esos dos factores es imposible lograr la libertad de ninguna nación. Basta
leer un poco de historia universal.
La política de esta agrupación es
contemporizar, coexistir o hacer un maridaje entre el régimen y la oposición.
Lo consideran menos traumático que una resistencia abierta y clara, como la que
hizo A.D. y el PCV contra dictadura perezjimenista.
La unidad no es solo de partidos, ni de líderes
políticos es de la sociedad civil, de toda Venezuela, incluido el factor militar.
Unidad con un único fin derrocar a la dictadura. Ninguna elección donde el
objetivo no sea una mega elección para el cambio de todos los poderes, supervisada
por organismos internacionales serios y de reconocida vocación democrática no
tiene sentido hoy. Cualquier participación en elecciones regionales, tal como están
planteadas hoy, solo es maridaje de oposición y régimen. Es un aparentar
cambiar que no cambia nada, el famoso gatopardismo al que nos tienen acostumbrados
algunos factores mal llamados opositores.
LA UNIDAD ES PARA LOGRAR LA LIBERTAD NO UNA
ALCALDÌA, NI UNA GOBERNACIÒN, MUCHO MENOS UNOS CONCEJALES.
Hoy vivimos una etapa muy parecida a la “patria
boba” de los años iniciales del proceso de Independencia. Se debatían entre quienes solo querían una autonomía
administrativa de España y no la independencia y los radicales que querían
romper con España. Esa lucha trajo la pérdida de la Primera República, la destrucción
del país naciente por las hordas de Boves. Solo la figura del general José Antonio
Páez logró la unidad nacional, la cual, bajo la dirección suprema de Simón Bolívar
trajo la libertad. Eso fue la unidad nacional en la naciente república y eso es
lo que hoy reclama Venezuela, pero carecemos de esas descollantes figuras de
ayer. La situación tan grave que ya no basta ser líder, se necesita un nuevo
procerato republicano.
Lo que está en juego no es una alcaldía, ni
una gobernación es prosecución la República de Venezuela.
El 23 de enero de 1958 se dio porque tres líderes se pusieron de acuerdo y actuaron en Unidad Nacional: Rafael
Caldera, Jòvito Villalba y Rómulo Betancourt y le indicaron a Venezuela un
camino que duró 40 años, Hoy no tenemos ese liderazgo y allí esta nuestro mal.
Puede un "bate quebrado" como Maduro con todos los problemas que
tiene encima y sin solución, desafiar las fuerzas democráticas sin una
respuesta contundente, eso es una tragedia más para cualquier pueblo y es la
nuestra.
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