LA DOLARIZACIÒN “CHUCUTA”.
Mientras el chavismo
siga en el poder tendremos la dolarización caótica, el desorden monetario. No
hay forma ni práctica, ni legal que el régimen madurista implemente una dolarización
formal, confiable y seria. Mucho menos que dolarice los salarios.
Si hacemos una comparación
entre Venezuela y Ecuador, podemos, por la experiencia ecuatoriana, ver resultados
positivos, si la economía venezolana se acercara al modelo ecuatoriano.
Venezuela podría resolver de inmediato el grave problema hiperinflacionario, un
cáncer que se tragó la capacidad de compra de los salarios y pensiones. Se lograría
una estabilidad monetaria que no tenemos hace décadas. Se elimina el riesgo de
la devaluación diaria, se generaría confianza y se iniciaría un proceso de inversión
y de creación de buenos empleos, bien remunerados. Se iniciaría un proceso para
salir del hueco económico y social en que estamos y se rompería el circulo
vicioso de hiperinflación y pobreza.
Los gobiernos revolucionarios, socialistas y populistas, como
es nuestro caso, no tienen la posibilidad de imprimir dinero efectivo o digital,
para cubrir los gastos del Estado, lo cual corta radicalmente la posibilidad de
generar inflación. Por eso los gobernantes populistas no están de acuerdo con
la dolarización. En el caso ecuatoriano la dolarización resistió el populismo
correista. Es muy raro que un gobernante populista sacrifique sus gastos por
contener la inflación, es el peor impuesto, el más cruel y dañino, pero como
hay reparto de comida, bonos, bajas tarifas de los servicios públicos, se
tolera hasta que explota, como ocurrió en Venezuela o como va a pasar en
Argentina y en México.
La dolarización no es
la panacea, pero está demostrado que es un freno al desmadre populista, en que
la economía entra en el círculo perverso de pobreza, indigencia, inflación, que
va profundizando con cada aumento salarial decretado y que no se resuelve ni
con las cajas de comida, ni con los bonos de la pobreza. Ecuador lo rompió y lo
contuvo, gracias a la dolarización.
Venezuela por ahora no
tiene salida al grave problema económico, mientras no se salga del régimen socialista
(militar-civil), pero una vez que logre romper ese dique de estatización y corrupción
la economía venezolana se colocará a la cabeza de la región y es ineludible, la
dolarización como sistema monetario sustitutivo. La era del bolívar se acabó,
la mató el socialismo. Por ahora no hay
manera de resucitarlo.
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