LA PROSPERIDAD O LA POBREZA NO DEPENDEN DEL SUB SUELO, NI DEL CLIMA SON LAS POLITICAS APLICADAS.

 

    CON LA ECONOMÌA NO SE JUEGA.



 El socialismo se empeña en navegar contra la corriente de la historia y de la lógica en economía. Principios tan elementales como: No gastar más de lo que ingresa, solo endeudarse para producir, no para consumir. No gastarlo todo, tener siempre una reserva, son violados de manera monstruosa por la ignorancia y el fanatismo ideológico y como en economía nada es gratis, el precio que se paga es la miseria de las naciones, no, de los dirigentes, los cuales se hacen ricos de manera proporcional al grado de pobreza que padecen sus pueblos.

Un sistema económico que potencia la baja productividad, la ausencia de competitividad, el gigantismo del Estado, que no respeta la propiedad privada, que fabrica dinero inorgánico, que se sustenta en la corrupción, no tiene viabilidad. La llegada del chavismo al poder significó la implementación de políticas desastrosas para el sostenimiento de una economía sana. 

En Chávez, ni en su heredero, no hay ninguna formación económica, su relación con ese mundo complejo se limita a la administración de una cantina de cuartel y el ejercicio como presidente las fiestas patronales de la población de Elorza y en el otro, al manejo de un autobús. Con esa carta curricular podemos entender su manera de gobernar como unos elefantes en una cristalería. El convencimiento de Chávez, con la fe del carbonero, que los males que aquejaban a la Venezuela democrática eran producto de las manipulaciones de los grupos económicos en alianza con el imperialismo. Repetía el catecismo marxista de inculpar las compañías petroleras, a la CIA, al egoísmo de la burguesía y a los males del capitalismo salvaje. Recibe, desde le primer momento, el refuerzo ideológico de  su nuevo asesor el comandante Fidel Castro, quien le repitió la fórmula recomendada a Gadafi, el dictador de Libia: “Basta con la producción de un millón quinientos mil barriles diarios de petróleo para sostener la revolución, sin necesidad del sector privado” Según Fidel, Venezuela no necesitaba agricultura, ni ganadería, ni industrias, bastaba la renta para comprar todo en el exterior, enfatizaba que todo productor, empresario o comerciante autónomo es un contra revolucionario en potencia y hay que arruinarlos para que no conspiren. Allí está la razón práctica de las expropiaciones y del desmantelamiento de la economía. Lo que no pasó por la mente de Chávez fue que al aplicar esas políticas demoledoras a PDVSA significaba “matar la gallina de los huevos de oro”. 



Un país sin diversificar la productividad y solo vivíamos gracias a la producción petrolera. Su objetivo era desmontar el país dominante para imponer el socialismo, el plan se cumplió, pero como la dinámica económica es como un rio crecido, la realidad tomó su propio cauce, se redujo al empresariado hasta su desaparición, pero surge una nueva clase social, los llamados “bolis burgueses”, grupo parasitario, improductivo, cuya única razón era ganar plata, hacer negocios en sociedad con la burocracia chavista. Se especializaron en el manejo de la especulación de divisas, con un diferencial de cambio que los convierte en millonarios, a gran velocidad. Manejar dólares baratos, abrir cuentas en paraísos fiscales, comprar propiedades inmobiliarias en el extranjero. Esas actividades las aprendieron sobre la marcha.



Mientras se hacían millonarios, PDVSA se fue secando hasta llevarla a la quiebra y con ello la ruina nacional.

   Ni Chávez, ni Maduro, en su soberbia, jamás han entendido las leyes de la economía, no pasan de un pensamiento mágico marginal, de creer que la renta petrolera es una especie de maná que cae del cielo.   Ellos creen que la economía se puede manejar con decretos para controlar precios y orientar la producción. Han hecho cientos de planes económicos con los nombres más rimbombantes y ridículos, pero todos han fracasado. No tienen la más mínima idea de cómo funciona la economía y solo han aprendido que les toca un porcentaje en todo negocio que se haga en el país. Esa es la su única ley económica hoy. Abrirse al estilo cubano permitiendo que una elite, asociados a los militares y burócratas se sigan enriqueciendo, controlando las actividades legales e ilegales. mientras el 95% de la población cayó en la pobreza total.



 Si bien es cierto que ningún sistema que se llame socialista, en la historia de la humanidad, ha logrado superar el nivel que podemos llamar catastrófico, lo cual los ha conducido, a todos, incluidos los chinos, al derrumbe de su economía. En el caso venezolano es peor, por ser un cambio violento ocurrido de una sociedad relativamente prospera y de oportunidades a un estado de miseria generalizado. Los chinos crearon un sistema hibrido de un capitalismo super salvaje hacia afuera y un comunismo depredador hacia adentro. Su éxito cabalga sobre millones de pobres sometidos al comunismo en los campos de china.

 Es frase repetida mil veces por Hugo Chávez que “ser rico es malo”, se les convirtió en su maldición política, su familia, sus amigos y allegados sufriendo la “dura carga” de poseer millones de dólares y el pueblo cumpliendo la consigna de la pobreza que los “dignifica”. Todos pobres, menos ellos y sus familias.

Está demostrado que las estrategias y políticas que permiten el desarrollo económico sostenido están ligadas a la inversión privada, al mercado competitivo, a un régimen respetuoso de la propiedad privada, que estimule el emprendimiento. Eso se llama capitalismo.



 El control de precios, la propiedad colectiva, el estatismo exagerado, los salarios controlados y decretados por Estado, la administración de empresas por el Estado, el burocratismo y la corrupción son las causas de destrucción de la economía en los países manejados por socialistas marxistas.

 Venezuela hoy es una vitrina abierta ante el mundo, de lo que no se debe hacer en economía, millones de venezolanos expatriados por hambre, el país con las mayores reservas petroleras del hemisferio occidental, fundadores de la OPEP, antiguo polo de atracción para migrantes del mundo, hoy padece de una pobreza muy difícil de entender, por la riqueza que todavía tiene el país. Todo a consecuencia de las políticas aplicadas por el chavismo madurismo durante 20 años. En síntesis, la prosperidad o la miseria de una nación no depende de su ubicación geográfica, ni del clima, ni de sus riquezas minerales, depende de las políticas que apliquen sus gobernantes, por esa razón se debe tener especial cuidado al elegir, para no equivocarse y tener que arrepentirse.

 

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