NECESITAMOS
UN PROYECTO DE PAIS QUE NOS MOTIVE POSITIVAMENTE.
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Hay que pasar de país petrolero a productor
de energía.
Los
venezolanos debemos estar muy claros en cuanto a nuestro futuro, no solo en lo político,
sino en lo económico y social. El petróleo y los hidrocarburos será nuestra
palanca para reactivar la economía, pero con un enfoque muy distinto al pasado,
debemos convertirnos en país productor de energía, tenemos la ventaja competitiva
en la experiencia petrolera, pero necesitamos cambiar integralmente la perspectiva
y para esa nueva hoja de ruta es importante tener en cuenta la producción de energía
alternativa, la producción de gas y de energía hidroeléctrica. La revolución tecnológica
del próximo cuarto de siglo necesitará del doble de energía que se requiere hoy,
pero bajo esquemas amigables con el ambiente. Esa cuarta revolución industrial está
soportada en la producción de minerales que hoy se están regalando a los chinos
y rusos, recibiendo una bagatela para mantener a los jerarcas del régimen
madurista como socios.
Los países que se incrustarán en la modernidad tecnológica, serán
los audaces que den los pasos conscientes de la revolución que está ocurriendo
en el mundo. Hay que entrar a un nuevo tipo de sociedad adaptándose a las
transformaciones como las ocurridas en Europa y USA. La magnitud del salto es
tan grande como la Revolución Industrial de finales del siglo XIX y comienzos
del XX. Solo que dadas las circunstancias catastróficas que vivimos hoy, no
estamos conscientes de nuestro enorme potencial y quienes ejercen el poder se
han convertido en agentes al servicio de chinos y rusos, quienes si saben lo que hay
en Venezuela y han encontrado una forma muy barata de apoderarse de la gran
riqueza que todavía tenemos.
Hay un nuevo mundo por
delante y tenemos a miles de venezolanos preparados científica y tecnológicamente
para asumir esa responsabilidad con una visión global, pero con espíritu nacional.
Nuestra tragedia es tener el peor gobierno del globo terráqueo, manejado por
una ralea de ignorantes, que solo saben de corrupción y negocios turbios.
Venezuela fue una potencia económica gracias a la renta petrolera, pero como
era una riqueza maneja por un Estado ineficiente y corrupto, todo se tiró por
la borda. Pero esa riqueza sigue allí, no se ha esfumado, solo necesitamos un país
con una nueva visión, audaz y con un manejo honesto para volver a renacer de
nuestras cenizas.
Se que requiere un magno
esfuerzo del país nacional, un acuerdo político y económico de toda la nación para
ingresar con buen pie en esa carrera tecnológica que nos permita el paso
definitivo al primer mundo. Hay que pensar en grande, hacer de nuestras
universidades las mejores del mundo, de nuestras escuelas la gran palanca para
el desarrollo humano y el cambio paradigmático de nuestra cultura. Es un
enfoque totalmente distinto al de hoy y al de ayer. Si queremos integrarnos al mundo del futuro
debemos tener unas características de calidad del Estado, de las instituciones
y del venezolano, es un cambio cultural. Esos son los pilares con los cuales
podemos ubicarnos en el mundo civilizado. Cultura, educación y tecnología.
Hay que volver a un
proyecto de país que coloque al capital humano como lo más importante y a la educación
como el primer motor de transformación social, económica y política.
Todavía estamos a tiempo,
no solo de salvarnos de la hecatombe final, que nos conduce a ser una nación
fracasada y un Estado fallido, sino para convertirnos en cabeza de los grandes
avances.
El futuro es nuestro si
estamos a la altura del gran compromiso, pero ese futuro no va esperar por
nosotros, no se va detener a esperar los acuerdos de los políticos. Si no asumimos
el desafío nos va a pasar por encima. Solo los países que se suban a tiempo en esta dinámica lograrán
aprovechar y catapultar su desarrollo económico. Nadie nos hará la tarea.
Después solo quedará el lamento que nada va a aportar. Hay que convertir la
ciencia y tecnología, la educación y la integración con el mundo en los pilares
fundamentales de programas de gobierno. No nos podemos aislar, como hace hoy el
chavismo. Eso ir contra la historia.
AULA MAGNA DE LA UCV.
Este proyecto de país está más allá de la política burocrática y
del monopolio del Estado, es la simbiosis necesaria: Estado- Sector privado, en
un ganar- ganar. Ciertamente no es nada fácil lo que proponemos, se requiere una
visión muy clara del liderazgo nacional, hay que actuar con prontitud, con mucha
tenacidad y perseverancia para convencer a las mayorías de los venezolanos que
hay un camino para construir una nueva nación. No es una utopía de sueños
imposibles. Es crear un ambiente realista, positivo, de esperanzas y no de
frustraciones. Hoy estamos en cero y de allí hay que partir construyéndolo todo
bajo nuevos esquemas que nos alejen del facilismo, del populismo, de una ilusión
politiquera. Esa nueva nación venezolana surgirá si tenemos la voluntad y la ayuda
internacional para que sea realidad.
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