20 años de fracasos de la oposición son suficientes.

                                    HAY QUE PONERSE DE ACUERDO.



20 AÑOS DE FRACASOS EN LA OPOSICIÒN  YA SON SUFICIENTES PARA HACERNOS ENTENDER QUE NOS NECESITAMOS Y QUE NOS DEBEMOS PONER DE ACUERDO.



Puede ser que no estemos de acuerdo, que nos agraden, que no le tengamos confianza, que no nos gustan sus procedimientos. Lo cual plantea una situación dilemática entre la necesidad práctica de esa cooperación o la imposibilidad de llegar a los acuerdos fundamentales. No es posible llegar a ninguna parte si no formamos parte de un mismo equipo y que vayamos en la misma dirección. No es la unanimidad, ni afinidad subjetiva, es la colaboración convencional, respetuosa, planificada en conjunto la que puede dar resultados. Eso es lo que asusta al régimen y por eso han trabajado con eficacia para dividirnos y los han logrado.

 Es necesario clarificar que no es claudicar en cuanto a los principios, pero no hay otra forma de superar este escollo histórico, sin un ACUERDO NACIONAL,NO SOLO DE LOS PARTIDOS, donde se ponga de manifiesto la flexibilidad personal e institucional, es un valor con un sentido práctico, que permite un ganar-ganar. La rigidez no funciona como elemento aglutinador, ni articulador. En una agenda de trabajo de 20 puntos, hay que empezar por las primeras coincidencias, afinando el proceso de acuerdos. Por algo se debe empezar, lo inaceptable es que no exista ni el diálogo entre los factores opositores y si lo hay es lleno de desconfianza y reservas que sobresalen sobre las afinidades. Es una apremiante situación y articular una política de acuerdos es una cuestión de supervivencia de todos los factores y fundamentalmente del país que ya no soporta esta catástrofe.

Si se quiere avanzar y salir del estancamiento que tenemos hay que tener una disposición y unas ganas sinceras de salir del atolladero en que nos encontramos hoy. Más que el sentido de colaboración, hay que  ser realistas. Sin acuerdos, no hay ruta de cambio. Nadie puede acometer esa tarea solo, ni personalidad, ni partido, ni institución, es un todo  Apoyo internacional y articulación interna es la clave. Aferrarse a la nada es lo que se ha hecho hasta hoy. Por eso el régimen ha dominado el panorama interno. Todo puede cambiar si realmente se aplican soluciones prácticas, sin necesidad de congelar los principios, es cuestión de equilibrio inteligente.


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