¿VENEZUELA PUEDE LLEGAR SER LA IRLANDA DE AMÈRICA?

 

LA LIBERTAD ECONÒMICA EN VENEZUELA.


                            Ocupamos el último lugar.

 “Sin libertad económica, no hay libertad política”.

   


La libertad económica en Venezuela siempre ha estado en déficit. Las garantías económicas de la Constitución de 1961 estuvieron suspendidas desde la promulgación en 1961 hasta 1989 en el segundo gobierno de CAP. Formalmente los gobiernos democráticos aceptaban la libertad económica, pero con una reserva muy especial del Estado, era una fórmula de tolerancia, más no de verdadera libertad. Con la llegada de Chávez y de su sucesor Maduro terminaron de asfixiar la economía y han generado un colapso de dimensión mundial. Las políticas de tipo socialista y populista, de proteccionismo e intervención han dado lugar a una profunda crisis económica, política y humanitaria que ha afectado a tal nivel la calidad de vida de los venezolanos que ha puesto en riesgo incluso la seguridad alimentaria y sanitaria; han generado una migración forzada de más de cinco millones de venezolanos. Las medidas económicas tomadas durante 22 años han convertido a Venezuela en uno de los países más pobres del Mundo. Es el más estruendoso fracaso de la izquierda cavernícola pro castrista.

“LA LIBERTAD ECONÒMICA es la posibilidad de trabajar, producir, vender, comprar e intercambiar bienes y servicios con responsabilidad, de forma voluntaria y sin que otros nos lo impidan, para satisfacer nuestras necesidades y vivir mejor”. Para que exista libertad económica se necesitan cuatro instituciones fundamentales e interdependientes: Propiedad privada, mercados libres, división del trabajo y cooperación social.



La libertad económica es ética y moralmente superior a las alternativas intervencionistas, por cuanto los individuos están en la búsqueda de su propio interés, deben siempre pensar en el bienestar del prójimo, pues la única forma de obtener lo que quieren es ofreciendo un producto o servicio de calidad, a precio asequible, que le mejora la vida a otra persona. Por ejemplo, un vendedor de pizzas busca al mismo tiempo ganar dinero y que sus consumidores pasen un momento feliz con sus familias a la vez que satisfagan su apetito. En este sistema no se enriquece el que roba, el que engaña o que saquea a los demás, sino el que mejor satisface los deseos y las necesidades del prójimo. La libertad económica no es la usura, ni la especulación, mucho menos el monopolio.

 No es lo mismo que tener que recibir unos alimentos subsidiados por Estado en una caja, cuyo contenido y calidad lo determina un burócrata en nombre del Estado. No se puede producir lo que gente quiere, se importa porque es donde está el negocio de los administradores, el ciudadano no puede comprar lo que quiere y tiene que comer lo que es interés particular de otro. Esa situación significa ausencia total de libertad económica, política e individual. Lo grave es que muchos venezolanos agradecen esa ausencia de libertad, hasta para escoger lo que se quiere comer o beber.



 Ahora después de 22 años de intervencionismo, de ausencia total de libertad económica Maduro y sus representantes se reúnen con el sector empresarial, representado por FEDECÀMARAS, con la aparente finalidad de buscar algunos acuerdos para relanzar la economía, medidas que permitan la iniciativa privada, la inversión, producir más, trabajar con cierta holgura y algún grado de seguridad. Se trata de frenar el proceso de anulación total del sector privado en la vida económica de la nación. Una de las metas del Plan de la Patria impuesto por el chavismo.

 No es criticable que los empresarios traten de sobrevivir a la hecatombe, que traten de incrementar sus actividades productivas y comerciales. Hay que estar claros que los que han logrado subsistir al tsunami chavista-madurista deben ser considerados como “héroes de la libertad”. No ha sido nada fácil el infierno de tener que soportar a un Chávez con una mandarria expropiando y demoliendo la actividad productiva privada, aguantar a sus soberbios funcionarios de chaquetica roja, corruptos hasta los tuétanos, buscando de aprovecharse para la gratificación y la negociación bajo la mesa. El empresario ha tenido que entrar al oscuro mundo de la “matraca nacional”. No hay una actividad económica que sobreviva sino paga “vacuna”, esa es ya una “institución”. Esa corrupción total del sistema es lo que engendra al especulador, al protegido, al que vende en las calles lo que les roban a las cajas clap. Es mercado negro en su peor presentación, bajo este sistema estatista es la forma de poder “rebuscarse” y no morir de hambre.



Vivimos los tiempos de la mengua, entre el grito destemplado de “exprópiese” de Chávez, en vivo y directo por la TV en cadena nacional, hasta la decadencia  económica total del sistema  al aceptar la moneda de su odiado imperio, una dolarización salvaje de facto, la informalidad del dinero, de la actividad de compra y venta, un mercado controlado por los que producen el dólar negro el refugio del régimen en una economía mal trecha, que necesita del dólar para poder  sobrevivir y con el 95% de los venezolanos ganado  salarios y pensiones inferiores a  un dólar mensual, para cubrir todas sus necesidades. Es una esclavitud donde no se remunera el trabajo, se explota al95% de la población confiscándole el poder de compra de su salario en bolívares super devaluados.

 Dialogar es la esencia de cualquier actividad en que haya puntos de vista diferentes, pero el empresariado no se puede empalagar, creyendo en cuentos oficiales, deben tomar en cuenta que hay una condición insoslayable, ineludible a la hora de dialogar o buscar acuerdos con Maduro y su gente es la LIBERTAD ECONÒMICA Y POLÌTICA.   Ser un verdadero empresario es algo más que hacer plata como sea. No es lo han hecho empresarios españoles e italianos al invertir en turismo y hoteles en Cuba, sin impórtales para nada la libertad del pueblo cubano. Esos no son empresarios son vulgares negociantes al estilo de socio de Maduro el barranquillero Saab que tienen detenido en África por testaferro. Ese no puede ser el estilo y la vocación del empresariado venezolano, el cual siempre ha demostrado una perspectiva ética que procura ganar con decoro, que respeta a sus trabajadores y les paga en dólares para conservarlos. Los negociantes de maletín nos tienen acostumbrados a que ganan mucha plata, cobijados bajo la sombra de quienes manejan los recursos públicos. Hacen negocios los que tienen esas conexiones y se prestan para todo tipo de triquiñuelas y vagabunderías. No es que ahora nos vamos a encontrar con dos tipos de empresarios, los testaferros reconocidos y los que aspiran a comer en la piara del dinero público, sin correr ningún riesgo empresarial.



 El régimen de Maduro se acerca a FEDECÂMARAS no porque haya renunciado a su socialismo enfermizo, expropiador y castrador, no es porque reconocen que su modelo ha fracasado y se suman al capitalismo y al libre mercado. No es porque han dejado de creer en el colectivismo y en todas esas ideas fracasadas, tampoco es porque necesitan de los impuestos que puedan generar los empresarios, lo hacen por razones políticas , un cambio de táctica, como decía Lenin :”Un paso atrás, para luego dar dos adelante” A Maduro no le interesa en lo más mínimo la recuperación económica, ni fortalecer la producción nacional, su único interés es GANAR TIEMPO, buscar una bocanada de oxígeno, buscar legitimidad, derrumbar las medidas de presión impuestas y las sanciones económicas. Necesitan presentarse al nuevo presidente de EE. UU acompañado por FEDECAMARAS, del sector privado. Una vez derrumbas las sanciones, seguirán en lo mismo de siempre.

 Si lo que se quiere es ampliar la burbuja de bienestar que hoy ampara a la nomenclatura socialista, sería un pobre desempeño, pues se limitarían a hacer plata bajo la tiranía y para nada  les importaría la LIBERTAD. Para hacer eso no necesitan una reunión en Caracas, bastaba con una parrillada en uno de restaurantes de Las Mercedes, unas cuantas puntas traseras   regadas con whisky etiqueta azul y champaña de Don Perignon. de 300 dólares la botella.  Lo cual es tradición en esta Venezuela socialista de bolibugueses.

 Parece que se va de una expropiación brutal a una dolarización salvaje. Hay que ver hasta dónde quieren llegar los empresarios, cual su capacidad de tolerancia. hasta donde están dispuestos a entregar su libertad a cambio de unos dólares más o menos.

 Hay que tener claro que sin libertad económica se puede hacer negocio, pero jamás será una receta exitosa para salir del atraso y la pobreza en que ha caído Venezuela. La prosperidad de los venezolanos no depende de una alianza de negocios entre el régimen madurista y FEDECAMARAS. Tenemos ejemplos mundiales donde se evidencia que solo la libertad económica permite el avance de los pueblos de la ruina a la prosperidad. En 1922, Irlanda pasaba por una aguda crisis económica que obligó a millones a abandonar el país. En ese entonces, su gobierno implementó grandes reformas para tener mayor libertad de empresa y en 1987 decide modernizar su economía reduciendo impuestos, flexibilizando el mercado laboral, eliminando las restricciones a la competencia y disminuyendo el gasto público. Con esto pasaron de un PIB per cápita de 8.220 dólares en 1987 a 62.210 dólares en 2019. 



Ese es el desafío que tenemos los venezolanos, convertir a Venezuela en una Irlanda que resurgió de sus cenizas. Hay que construir una economía con equidad, lejos de los vivimos hoy en Venezuela donde el 95 % sobrevive en la más abyecta miseria y el 5% disfruta de todo el bienestar en una burbuja de aparente prosperidad. Los pueblos necesitan Libertad económica, la cual no se debe confundir con el despelote del bulevar de Catia, la redoma de Patare o los obscenos bodegones dolarizados  que están proliferando.

 

 

 

 

 

 

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