ESPERANZA INUTIL.
Una vieja canción de la Sonora Matancera interpretada por el inquieto Daniel Santos, refleja el drama convertido en tragedia que padecemos los venezolanos. Esas añejas canciones siempre tienen en su letra el mensaje de un desamor, de un despecho o frustración. Por no hablar de la desesperanza aprendida, optamos por el viejo bolero, somos del trópico.
Las miserables condiciones en que
sobreviven la mayoría de los venezolanos no son suficiente para que se abran
los caminos de un cambio efectivo hacia la libertad. No basta la catástrofe humanitaria,
ni la híper -corrupción revolucionaria. No es bastante el padecimiento de
millones de venezolanos, ni el desplazamiento de millones por todo un Continente.
La hegemonía del proyecto del socialismo del siglo XXI se impone sobre la
voluntad mayoritaria de los que rechazan esa miserable forma de vida.
No podemos decir que se agotaron las
esperanzas, porque sería aceptar que 22 años de resistencia se perdieron. Hay un
principio que establece una verdad: “Las crisis generan sus líderes” Los hemos
parido con dolor, pero las circunstancias, el abandono de un equipo comprometido,
las incoherencias, los traidores incrustados desde adentro han convertido la
actividad política en un trapiche para moler liderazgos y partidos. Se perdió la
confianza, lo cual es igual a perder la virginidad, jamás se vuelve a recuperar.
Nadie cree en nada y sin credulidad no hay sustento y no hay esperanza.
Ciertamente el régimen, a pesar de la
crisis económica y la destrucción de la renta petrolera tiene las botijas
repletas de dólares para persuadir a los estómagos vacíos, no del pueblo, que
solo recibe migajas y bonos, sino para los grupos políticos, los militares, los
financieros, los banqueros, los importadores, todos aquellos dispuestos al “dialogo
generador de divisas”. El pragmatismo les dice que hacer negocios con el régimen
es solo una estrategia práctica, libre de ideologías, pero no ven la naturaleza
de la tragedia, ni colaboracionismo. No sienten el agotamiento de los medios legítimos
para enfrentar la dictadura. En la práctica
ya no hay Constitución, ni respeto por los DD. HH, pero ¿Cuándo lo hubo? Desde
hace años se impuso un entuerto jurídico político que llaman “Plan de la Patria”.
Todas estas miserias se pasan por debajo de la mesa. Se toleran Hay acuerdos
para ir a votar, pero no para elegir, la elección es un derecho exclusivo del régimen.
El pueblo vota, pero no eligen y si algún candidato no señalado por dedo
socialista gana, no cobra y si cobra le montan un aparato paralelo para
fregarle la vida.
Hay paradojas, muy difícil de explicar: Aunque
el régimen está ampliamente desacreditado a nivel mundial, los países serios y democráticos
le niegan la legitimidad y le aplican sanciones, pero a lo interno muchos
opositores no están de acuerdo con las sanciones y no les importa la
ilegitimidad para participar en votaciones amañadas. Es decir que la comunidad
internacional está más clara sobre la naturaleza del régimen que muchos
factores opositores. Allí está la razón fundamental de la imposibilidad cierta
de acabar con la tragedia y la justificación del bolero: Esperanza Inútil.
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