MONS. RAFAEL PÉREZ LEÓN Y SU INFINITO AMOR POR "LA VIRGENCITA" Y POR OCUMARE DEL TUY
Por Manuel V. Aponte Bolìvar.
El pueblo de Carrizal, era una de las parroquias que formaban parte del antiguo Cantón de Caracas; sitio de arraigadas costumbres, de maravillosos cultivos, de hermosas flores y de aromático café. Es allí entre lomas y exuberantes parajes que conformaban las diferentes quebradas que surcaban el pequeño poblado, nace el más humilde de nuestros líderes espirituales, Rafael Pérez León, un 26 de julio de 1884. Fueron sus padres el general don Francisco Pérez Carias, nativo de la población de Cúa; hombre de recio carácter, disciplinado, quien en más de una acción bélica demostró su temple, además era de buena pluma, condiciones estas que lo llevó muchas veces a ocupar cargos públicos en la administración regional y municipal, y la gentil, bondadosa y distinguida dama carrizalense, doña Edelmira Enriqueta León Daza, mujer de modesta cultura, de buena instrucción religiosa y de excelsas virtudes. Esta pareja de profunda religiosidad, forma un digno hogar, lleno de gran distinción por su modestia, aun por cuanto poseían una solidez económica como ninguna otra familia en el poblado, eran varias las propiedades que poseían en la ciudad de Carrizal y una gran hacienda en el pueblo de Tácata Arriba.
De esta unión nacen seis hijos, a saber: Francisco, Gregoria, Manuel, Elvira, María y Rafael, que viene siendo el menor de todos. Nuestro futuro sacerdote, es presentado el 14 de septiembre y, ese mismo día recibe el Sacramento del Bautismo en la S.I.P. San Juan Bautista de su pueblo natal, imponiéndole el agua bautismal, el Pbro. Dr. José Manzini, cura interino de la parroquia y le bautiza con el nombre de Rafael Encarnación Ana del Carmen, siendo uno de sus padrinos su tío materno, don Encarnación León Daza y la madrina su abuela paterna, doña Gregoria Carias de Pérez. Rafael, con tan sólo 3 años de edad, recibe el Sacramento de la Confirmación, el día 6 de junio de 1887, ceremonia presidida por Su Excelencia Reverendísima, Mons. Dr. Crispulo Uzcategui, Arzobispo de Caracas, quien pernotaba en esa ocasión en Carrizal en su santa visita pastoral.
La infancia y juventud de Rafael, transcurre entre dos apacibles pueblos: Tácata Arriba, lugar donde la familia tenía una hacienda productora de café y su natal Carrizal, bajo los frondosos árboles, la frescura de sus parajes y la tranquila y agradable mansedumbre de sus pobladores.
En Carrizal realiza sus primeros estudios bajo la supervisión del Pbro. Álvaro Fonseca, párroco del lugar. Rafael, se muestra inteligente y precoz, siente atracción por la literatura y la historia patria; la religión se convierte en su norte bajo la tutela del padre Fonseca y la buena formación cristiana de su hogar. Esta situación hace que desde temprana edad se vislumbre su vocación por el ministerio sacerdotal, es un asiduo asistente a los oficios religiosos.
Al culminar sus estudios de primaria, él ya había manifestado sus deseos de ingresar al seminario, su vocación religiosa estaba a la par de su deseo de conocimiento, se traslada a la capital con apenas 17 años de edad. Ingresa al Seminario Inter-Diocesano de Caracas, cuya rectoría estaba a cargo del Ilustrísimo Monseñor, Dr. Nicolás E. Navarro. Recibiendo el 17 de enero de 1909 de manos del Arzobispo de Caracas, Dr. Juan Bautista Castro, la orden del presbiterado.
Cuando apenas contaba 25 años de edad, celebra su primera Misa o “Canto” en la S.I.P. San Juan Bautista de Carrizal, el día martes, 2 de febrero del mismo año. Conjuntamente con el padre Pérez León, se ordenan varios sacerdotes, entre quienes se encontraban dos de los más ilustres prelados de la curia venezolana, ellos eran: Monseñor Dr. Lucas Guillermo Castillo, Arzobispo que fuera de la Arquidiócesis de Caracas y el Pbro. Manuel Fulgencio Cañizares Zamora, quien se desempeñó como cura párroco de la población de Santa Teresa del Tuy, lugar donde comenzó su ministerio en el año 1910 y donde reposan sus restos mortales, después de 44 años de su incansable y fructífero trabajo pastoral.
El Pbro. Rafael Pérez León, una vez ordenado obtiene su primera parroquia para ejercer su ministerio sacerdotal, siendo nombrado párroco de la S.I.P. Santa Rosa de Lima de Charallave, comenzando su incansable misión sacerdotal en el año 1910. Posteriormente el 14 de febrero de 1917 es trasladado a la ciudad de Maracay del estado Aragua, donde es nombrado Vicario Parroquial y se hace amigo y confesor de la hoy, Beata Madre María de San José, luego pasa a la población de Villa de Cura de ese mismo estado, donde continua su incansable labor clerical, de Villa de Cura, fue enviado a la Ciudad de Caracas, donde se le encomienda fundar la Parroquia Ntra. Sra. del Carmen de Catia, siendo el primer cura párroco de esa populosa comunidad; luego es llamado nuevamente a Carrizal, atendiendo simultáneamente a las poblaciones de San Diego de los Altos, Tácata y Paracotos, respectivamente. A finales de los años treinta y nombrado Vicario Parroquial y con apenas 50 años de edad y 27 de sacerdocio, llega a nuestra Sabana de Ocumare, bañada por el caudaloso río Tuy, a la que tanto amo infinitamente y entrañablemente. Fue tanto el amor que le profesaba a su grey ocumareña que en una ocasión Mons. Dr. Pedro Pablo Tenreiro, a la sazón Obispo de la Diócesis de Guanare, le pide encarecidamente se encargue de la Vicaria General Provincial de Ntra. Sra. de Coromoto, reconociendo con ello el gran amor y devoción que el padre Pérez le prodigaba a la “Virgencita”, como él solía llamarla. El Padre Pérez, contesta a Mons. Tenreiro, manifestándole humildemente la imposibilidad de aceptar tal designación; porque él no podía dejar sola a su feligresía. Algunas fiestas religiosas gracias a él fueron transformadas en tradición, como por ejemplo las peregrinaciones. Recuérdese que en el pasado existió en el interior de nuestro templo una hermosa gruta en honor a la venerada imagen de Ntra. Sra. de Lourdes, hasta la cual llegaban cada 11 de febrero una considerable multitud de peregrinos de todas partes del país y de la región con el objeto de pagar sus promesas a la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Lourdes.
El padre Pérez, fue un gran impulsor para la construcción de la capilla de Candelero, entre los años 1940 y 1945, hoy Parroquia Ntra. Sra. del Carmen, así como del oratorio de la Parroquia Santa Bárbara, entre otras. Tomo gran interés para que fuese creada una institución católica en ésta población, siendo actualmente la U.E. Colegio “Santo Ángel de la Guarda”. Fundo también la “Voz Parroquial” en el mes de mayo del año 1945 órgano informativo de la parroquia. El 2 de febrero de 1959, en ocasión de la celebración de sus “Bodas de Oro Sacerdotales”, fue marco propicio para que la Municipalidad ocumareña y el pueblo en general, le rindieran un cálido homenaje declarándole “Hijo Adoptivo de la ciudad de Ocumare del Tuy”, entre otras hermosas palabras manifestó:…”Amadísimo pueblo de Ocumare, recibí el testimonio de mi agradecimiento junto con los votos que formulo para que cuando Dios Nuestro Señor, tenga a bien cortar el hilo de mis días en este mundo, sea en este querido pueblo de Ocumare, en el seno de esta madre cariñosa, donde venga a reposar con mis hermanos ocumareños el glorioso día de la Resurrección…”.
El 12 de octubre de 1961, tras 52 años de labor espiritual y 20 dedicados a la Vicaria de Ocumare del Tuy, recibe por la gracia de Dios y de la Santa Sede de Roma, el Titulo Pontificio de “Prelado Domestico de Su Santidad”, lo cual lo convirtió en el séptimo Prelado Doméstico de la Arquidiócesis de Caracas, alta dignidad conferida por el Papa Juan XXIII, de manos del Eminentísimo Cardenal José Humberto Quintero, Arzobispo de Caracas, lo que lo convirtió en Ilustrísimo Monseñor de Nuestra Santa Iglesia, Católica, Apostólica y Romana. En el marco de la celebración del primer centenario de su fallecimiento, el 26 de julio de 1984, el Ilustre Concejo Municipal del Dtto. Lander a nombre de la ciudad de Ocumare del Tuy erigió una lápida de mármol en el interior de nuestro templo parroquial, como homenaje y reconocimiento a la encomiable labor pastoral realizada durante 25 años por este preclaro sacerdote.
Mons. Pérez León, muere en esta ciudad, el 27 de mayo de 1965, a las 5 de la tarde a la edad de 80 años, 9 meses y 28 días, a consecuencia de un enfisema pulmonar, asma bronquial crónica, según certificación de su médico de cabecera el notable charallavense, Dr. Arnaldo Arocha Vargas.
Vida de santo, corazón de artista, bondad sencilla, fe ardiente, fervor coromotano, fueron de sus virtudes las que marcaron más honda huella en el alma ocumareña.
“Honor y Gloria a Mons. Dr. Rafael Pérez León”Foto original que reposa en mi Biblioteca Privada.
Un homenaje a al cronista de Ocumare del Tuy (No oficial)
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