TUMBAN ESTATUAS Y NO VEN LA DESTRUCCIÒN EL ARCO MINERO
DE GUAYANA.
El origen del nombre de Venezuela.
Siempre en la escuela nos enseñaban que el nombre de
Venezuela se dio por el parecido de los palafitos del lago de Coquivacoa con la
ciudad de Venecia y fue una iniciativa del navegante Don Alonso de Ojeda. Hay otra tesis por investigar.
Los progresistas, socialista,
comunistas y el régimen chavista-madurista en su postura reduccionista, en su
empeño por cambiar la historia, han llevado el proceso colombino a una simple explotación
de minas de oro, esclavización de los aborígenes y la consecuencia actual destrucción
en las estatuas de Cristóbal Colón y de otros conquistadores como únicos
responsables de aquella triste historia. Eso ocurrió entre 1492 y 1700, pero
hoy en pleno siglo XXI hay una realidad mil veces peor, pues en aquellos años
los conceptos de los DD. HH y de la protección de la naturaleza no se habían desarrollado,
ni existían leyes, ni convenios internacionales, ni organismos para promoverlos
https://youtu.be/QmH96eV5iKo
Hoy en una oleada de estupidez y de ignorancia
inducida, mientras miles se dedican con gran fanatismo a tumbar estatuas de
españoles fundadores, Venezuela bajo el amparo y la promoción del socialismo
del siglo XXI se ha convertido en una mina de oro, diamantes, coltán,
explotadas con el primitivismo, la violencia delincuencial y la cultura
extractora que nos trajeron los conquistadores, es un brinco hacia atrás de 500
años, pero ante esa realidad los iconoclastas anti Colón hacen silencio. Lo más
grave es la entrega desenfrenada de toda la riqueza minera, en especial del
llamado "Arco minero guayanés", a empresas chinas, rusas, turcas, iraníes,
minas controladas por grupos armados el narco guerrilla colombiana. Es una rebatiña
de oro y devastación donde los gobernadores venezolanos tienen sus minas asignadas
y las comparten con los generales de la FF.AA. Participan en ese reparto minero
los garimpeiros, los nuevos terrófagos. Las trasnacionales de los países
buitres se han apoderado inmensos territorios en las selvas venezolana,
brasilera y colombiana, protegidos por la corrupción los agentes de los Estados
limítrofes que debían defender la naturaleza en esa selva.
Esa oleada de aventureros auspiciados por el régimen ha encontrado El
Dorado que los conquistadores buscaron inútilmente. Hoy no son los
representantes de Belzares alemanes, banqueros que financiaron los viajes de Colón,
ahora son las mafias violentas, de sembradores y traficantes de drogas,
guerrillas y paramilitares ocupan una extensión del tamaño de Bélgica y Holanda,
El mal trato a los aborígenes es mil veces peor, pierden sus espacios naturales
o peor aún se les corrompe formando parte del submundo de la violencia y de la
droga que domina nuestras fronteras.
Es una obligación de todos los venezolanos abordar el problema de nuestros
aborígenes con una visión más amplia y real, más allá de radicalismos
jacobinos, de discursos que ven los males del pasado y son ciegos, sordos y
mudos ante la depredación ECOSOCIALISTA que solo ha cambiado y modernizado los métodos
de exterminio. En 500 años seguimos siendo un país extractor, nada ha cambiado.
No hay razón para manifestar tanto odio contra las estatuas de Colón cuando los
revolucionarios del siglo XXI, los que protestan contra todo lo están haciendo
peor.
ALGUNOS EQUÌVOCOS OCURRIDOS HACE 500 AÑOS.
PRIMERO: En 1498 se encontraron
los españoles que acompañaban al Almirante Cristóbal Colón con un continente
que no aparecía en los mapas, ni en las cartas de navegación de la época, he
aquí el primer equívoco de nuestra historia, un continente que por otra
confusión se le denominó América y no Colombia como correspondía y es que
nuestra historia está llena de espejismos, de falsas percepciones y de
equivocaciones. El Almirante creyó que había llegado al mítico territorio de
Cipango, nación que hoy conocemos como el Japón. En su relación de viaje o
bitácora afirmaba con absoluta seguridad que las hermosas costas de la
península de Paria correspondían al bíblico Paraíso Terrenal y a los habitantes
originarios de aquellos inmensos y magníficos territorios se les denominó
indios por el otro enigma de confundirlos por el color de su piel con los
habitantes de la milenaria nación asiática de la India.
SEGUNDO. Pocos años después Alonso
de Ojeda, autorizado por la Corona, recorriendo las costas del territorio de
tierra firme, actual Venezuela al llegar al lago de Coquivacoa, hoy conocido
como lago de Maracaibo, según cuenta una leyenda no muy fundamentada, que Ojeda
al ver los palafitos paraujanos los comparó con los canales venecianos y así
denominó a la región con un vocablo o sustantivo de terminación despectiva “Zuela”,
que significa pequeña Venecia, lo cual es otro eufemismo pues si quería indicar
comparaciones en tamaño se hubiese dicho “Venecita”, terminación que indica
pequeño y no Venezuela que se connota como una Venecia fea, de baja calidad.
Aunque hay una nueva hipótesis del historiador Carlos Alarico Gómez que
reivindica el origen de la palabra Venezuela como autóctono aborigen, nombre
dado a un islote que se encuentra en la barra del lago de Maracaibo- Según
Carlos Alarico el mapa de Juan de la Cosa fue elaborado en Sinamaica en 1499 y
completado en España en 1500. En él se aprecia la imagen de San Cristóbal con
una referencia del autor que dice: “Juan de la Cosa la fizo en el puerto de
Santa María en el año de 1500”. La autenticidad del mapa fue establecida en
1987 por el “Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado” y en la
actualidad se puede admirar en el Museo Naval de Madrid. Es por tanto el
documento más antiguo del Nuevo Mundo y en él se menciona el nombre de un
caserío llamado “Veneciuela”, según el historiador venezolano es el más
probable antecedente del nombre de nuestro país.
Somos un país de equívocos que se
hacen ley.
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