DIOS NO TE QUIERE POBRE , NI MISERABLE, TE QUIERE EN LA ABUNDANCIA.

 SER EXITOSO EN UNA SOCIEDAD DEL FRACASO.


Añadir título

Según la sabiduría convencional, la gente de éxito tiene tres cosas en común: Motivación, capacidad y oportunidad. Si queremos alcanzar el éxito, necesitaremos una combinación de trabajo duro, talento y suerte. Hay un cuarto ingrediente crítico pero que a menudo se pasa por alto: el éxito depende en gran parte de cómo abordamos nuestras interacciones con los demás, con nuestro entorno.

El poder de la mente es más poderoso que las intenciones perversas de un gobierno como el de Venezuela. No es nada fácil enfocarse en la abundancia cuando la sociedad se programa para sufrir carencias. Lo grave de esta fuerza negativa es que muchos terminan convencidos que la vida es así de miserable, el ser humano se adapta a todo y te limita a crear que estas condenado y nada se puede hacer. La vida termina respondiendo a lo que piensas, sientes y atraes y será según crees merecer.

El poder carismático de un líder negativo convence con la palabra a muchos de sus seguidores que “Ser rico es malo”, aunque todos los miembros del alto gobierno viven como magnates. Si la influencia religiosa condiciona con aquella frase “Los ricos no entrarán al reino de los cielos” El ambiente está hecho para condicionar la mente a repetir un credo: “Soy pobre, soy un fracaso, lo que consigo nunca me alcanza, el dinero es malo y corrompe” Abundan los que están convencidos que sin la ayuda económica del gobierno mediante cajas de comida y bonos su vida sería peor y que recibir esas ayudas es su máxima felicidad, es lo que creen merecer. También algunos ingenuos que además de sus grandes limitaciones económicas, dan parte de sus mínimos ingresos para que su ambicioso pastor nade en dinero y lujos. Aseguràndole la existencia el paraíso en la otra vida, a cambio de un diezmo Hay un  viejo dicho. “Todos los días nace un tonto y el que se lo encuentra es de él”
Venezuela en los últimos 80 años fue y sigue siendo un país de abundancia, refugio de millones de inmigrantes, especialmente europeos y vecinos que encontraron en Venezuela el llamado “sueño americano”, el país de las oportunidades y miles de eso inmigrantes que llegaron sin nada, con esfuerzo, trabajo, inteligencia y motivación aprovecharon la oportunidad de una nación productora de petróleo y se hicieron ricos, millonarios, crearon emporios generadores de empleo y prosperidad. Mientras el “Musiu” trabajaba como una hormiga, ahorraba para invertir y salir de abajo con una meta muy clara; “Ser rico”. El venezolano promedio no entendía por qué aquel extranjero trabajaba y almorzaba con un pan con mortadela y una Pepsi cola. Pasaban los años, el obrero inmigrante terminaba como propietario de un emprendimiento y empleador del venezolano. Cuando en cualquier otro país siempre ha sido lo contrario. El nacional emplea al extranjero.
Es una realidad que el venezolano derrochador jamás entendió que vivía en un paraíso, pero tenía la obligación de cuidarlo y aprovecharlo. Sus paradigmas incluían un complejo actitudinal que se conoce como “viveza criolla”, una limitación mental que viene de muy atrás, de padres que a su vez lo recibieron de sus abuelos, una práctica nefasta que condiciona psicológicamente al aprovechamiento de la rapiña, a la corrupción, al facilismo, “No importa lo que se dañe si yo creo que me favorece”
Se combina en nuestra psiquis la actitud del conformismo y la famosa viveza un cóctel letal para el progreso. Es necesario romper con ese atavismo. Hay que dar un salto cuántico para identificar y borrar estos viejos paradigmas que limitan el crecimiento como persona y necesitamos crear otros: No venimos al mundo a sufrir, hay que ser felices. Ser rico no es malo .El trabajo debe ser una valor fundamental de la existencia, Respetar las propiedad ajena. No hacer otros lo que no quieres te hagan a ti, Serian paradigmas de vieja sabiduría universal, hay que ponerlos de moda y cancelar ideas erróneas que nos frenan, que no permiten volar alto y creer que no mereces vivir mejor.

Venezuela sigue siendo el país con el mayor potencial en esta región de América , el colapso que vivimos debe ser asumido como una dura experiencia que todavía puede hacerse peor, es un paréntesis del mal que pasará Lo más importante es que el colapso no afecte tu mente. No te fijes límites, ni permitas que ningún gobierno te los imponga. Abre tu mente y fíjate como meta la abundancia aunque en ese momento no tengas como desayunar. No aceptes esa situación de escasez como algo normal y merecido. No es así, Dios no te quiere pobre ni miserable, te quiere en la abundancia en todos los campos de la vida. Si bien cierto que no es fácil hablar de abundancia en medio de la escasez inducida. Que todo esto sea una lección para que nazca un nuevo país, mil veces mejor. Así será, si nosotros lo queremos.


Comentarios