EL TURISMO APOCALÍPTICO
Hay civilizaciones que han
desaparecido, naciones que son un recuerdo, pueblos que se encuentran inmersos
en procesos de disolución institucional, económica y moral. Hay motivos que llevan
a naciones o territorios a prosperar sobre otros, teniendo las mismas
condiciones geográficas, los mismos recursos naturales, pero hay diferentes
instituciones que rigen esos territorios o naciones y son esas instituciones
las que le van a permitir prosperar o fracasar. Es la forma como las sociedades
se organizan, si hay respeto por la propiedad privada, si hay educación de
calidad, si hay una verdadera separación de los poderes, si hay la posibilidad
del correcto funcionamiento de una economía de libre mercado, si no hay
fanatismos políticos o religiosos, eso es lo va hacer la diferencia entre la
pobreza endémica de un Haití y la prosperidad de Aruba. La calidad de vida
entre ciudades limítrofes como El Paso mexicano y el Paso de EE. UU Una misma
ciudad con dos calidades de vida. La Alemania Oriental y la Alemania Occidental;
la Corea del Norte y la del Sur; Israel y Palestina. Los índices de desarrollo
humano dependen más de las instituciones que de los recursos naturales, de las
minas. Depende más de la cultura ciudadana, de la educación que de la voluntad
de un político autoritario o de una camarilla.
Nos ha correspondido a los
venezolanos tener que lidiar durante 20 años con una “generación carroñera”, anti-
histórica, cuyo gran “logro” es el haber convertido a un país próspero,
productor de petróleo y formalmente democrático, en un cadáver social y económico,
al que han despresado, desguazado como una chatarra y lo han convertido en pasto
de corruptos. Es una generación sin
escrúpulos, la cual se entrega con fruición
a la política de los negociados turbios de todo tipo. Ya estamos al borde de
ser una nación fracasada y casi inviable.
Caímos en manos del Círculo los Cuatro Jinetes
del Apocalipsis. Las creencias abominables en supercherías para religiosas, nos
colocan en la ruta de ser el Haití del Continente.
Literalmente estamos inmersos en la profecía
de los últimos días.
·
El caballo negro: El Hambre. ...
·
El caballo rojo: La Guerra. ...
·
El caballo bayo: La Muerte. ...
·
El misterioso jinete del caballo blanco. Para
muchos es la peste o la pandemia que llega al final.
El Apocalipsis, o el
Libro de la Revelación, es un misterio para la mayoría de las personas que se
toman el tiempo de leerlo. Lleno de extrañas visiones, sangre y humo,
aterrorizantes guerras, horripilantes bestias y despreciables
gobernantes, parece la lectura de una de las peores pesadillas. Fue
escrito por un hombre llamado Juan, como resultado de sus extraordinarias
experiencias durante su estancia en prisión en la isla romana de Patmos, cerca
de la costa de lo que hoy conocemos como Turquía occidental.
El término griego apokalypsis, del cual deriva el
título del libro, significa «la revelación» o «el develamiento», en este
caso, de cosas por venir; sin embargo, las reacciones de la mayoría de las
personas sugieren que, lejos de revelar el futuro, el contenido del libro
continúa siendo poco entendido. La única excepción concierne a la masiva
confrontación entre Dios y la humanidad que no se arrepiente cerca del final de
«la era actual». Así, el término apocalipsis ha desarrollado los diferentes
significados de «catástrofe incontenible», «cataclismo» o incluso
«Armagedón».
Los venezolanos tenemos el extraño privilegio de vivir el
apocalipsis en el presente, el socialismo del siglo XXI, nombre de una
perversión política, no
nos permitió esperar para descubrir los detalles acerca del fin del mundo en el
momento previsto en la profecía bíblica.
Un
falso profeta encumbrado por la estupidez colectiva nos colocó en medio del
infierno en la tierra. Quien quiera saber cómo serán los últimos días de
humanidad solo tiene que visitar a Venezuela, aquí podrá hacer una especie de “turismo
apocalíptico”, es como una realidad virtual en un territorio de un millón de
kilómetros cuadrados. Allí podrán las comunidades cristianas del mundo y todos
los interesados en el tema del Libro de la Revelaciones vivir en presente y en
vivo lo que es el “dulce y extraño porvenir” que aquí se llama socialismo, los
siete años de cada caballo de la profecía multiplicado por tres, es decir 21
años. (El hambre, la guerra y la muerte) Entrando hoy en los últimos siete años
del caballo blanco de la peste o la pandemia, como el complemento final de
todos los males de la humanidad. Los
últimos siete años de la historia, en los que habrá tribulación y luego Jesús
nos rescatará de todo lo malo que estará por venir. Nos hemos convertido en la parábola
viviente de la purificación del alma por el sufrimiento.
Jesús dijo: «Por eso les hablo por
parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden» (Mateo 13:13).
Las sociedades
fracasan cuando no tiene incentivos para el
trabajo, para el estudio, para invertir, para innovar, no hay manera de
desarrollar el talento. Se cae en la desesperanza, el pesimismo y la sociedad se
disuelve como por efecto de un ácido.
Los cuatro
jinetes son la representación simbólica de nuestros males actuales, la anomia. Pero
al final siempre la luz vence a la oscuridad, esa fe es lo que nos mantiene en
la lucha, el convencimiento que saldremos fortalecidos; que la superchería, la profanación
de los sagrados sepulcros, la ignorancia, la barbaridad, el primitivismo no podrán
con El Gran Poder de Dios que siempre acompaña a los hombres y mujeres de buena
fe. Esa es nuestra fuerza espiritual y moral.
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