“SOLO TENGO Y DEJO UNA VIUDA Y ONCE HIJOS EN LA MAYOR
POBREZA”
General Rafael Urdaneta. (Frases para la historia)
En estos tiempos en
que la corrupción ya es una manera “normal” de ejercer el gobierno, donde la
desvergüenza forma parte del patrimonio latinoamericano, la gran trasnacional
brasilera de la corrupción, la constructora Odebrecht, tiene entre sus clientes
habituales a empresarios, políticos y
gobernantes de 10 países
latinoamericanos y dos africanos, recibieron 788 millones en sobornos,
con la finalidad de quedarse con la mayoría y los más jugosos contratos de
infraestructura de esas naciones. Lo mismo ha hecho el colombiano Alex Saab
representando los cientos de millones de Maduro, amasados desde el poder.
Las investigaciones se
hacen en todos los países, menos en Venezuela, el soborno se ha hecho el
denominador común de los ejercen el poder, desde México hasta la Patagonia, la
honestidad es la excepción. Hasta la pandemia le sirve a los corruptos para
cometer sus tropelías, ellos gozan de impunidad y si tiene que ir a la cárcel,
lo toman como unas vacaciones.
El robo de millones de
dólares, tienen en la picota a presidentes, ministros, funcionarios de todas
las dependencias, presidentes encarcelados y un hasta suicidio en Perú. Solo en
Venezuela la corrupción, el narcotráfico, el lavado de activo, la explotación del
oro, los contratos constituyen un solo paquete que se reparten todos los que
asaltaron el poder.
Esta basura extendida
por toda la pradera nos trae a la memoria la frase del general Rafael Urdaneta,
nacido en Maracaibo, expresidente de la Gran Colombia Bolivariana, quien antes
de su muerte, se le insistió en la conveniencia de hacer un testamento, a lo
que respondió “SOLO TENGO Y DEJO UNA VIUDA Y ONCE HIJOS EN LA MAYOR POBREZA”
La vida de los grandes
hombres de la generación de la Independencia está signada por la tragedia y la
fatalidad. Esa frase del general Urdaneta, más allá de la frustración encierra
una lección de dignidad, tal vez en esta sociedad de pillos suene a
romanticismo, pero al igual que Urdaneta, si hemos tenido en los altos cargos
de responsabilidad gente honesta
El general Rafael
Urdaneta, fue a París buscando la ciencia para mejorar su salud, pero se encontró
con la muerte. Estas lecciones de honestidad quedan como ejemplos en estos
tiempos de saqueo de la revolución más
corrupta de la historia.
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